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 El otoño había llegado desde hace unas semanas y con ello múltiples comebacks tanto de grupos como de solistas en la industria musical coreana. Para ellos la llegada de octubre era un aumento significativo en el trabajo, ya que también comenzaban a prepararse para las futuras premiaciones de aquellos dos meses restantes.

No sólo Sunoo era el ocupado, Sunghoon también lo estaba porque estaría de MC en casi todas las galas, en algunas siendo el principal y en otras secundando a sus compañeros, además de una campaña de perfumes con la que acababa de firmar contrato.

Después de las declaraciones en aquella tarde de principios de octubre, ambos chicos no habían tenido tiempo para poder verse, y aunque habían intercambiado números, los mensajes eran escasos.

A veces cuando el insomnio lo atacaba, Sunoo comenzaba a analizar todos los sucesos importantes de su vida, y esa noche era una de esas.

No había podido descansar bien los últimos días debido a que llegaban tarde de las grabaciones para su tan esperado comeback, sumado a ello habían estado programando ensayos para las premiaciones, terminaba frito y ni siquiera podía hacer su rutina de skincare como todas las noches hacía de manera casi religiosa.

Sin embargo, precisamente esa noche había encontrado algo de tiempo por lo mismo de estar despierto. Se debatía en si hacer un live para engene o si simplemente disfrutaba un poco de su propia compañía, lo cual a veces o terminaba muy bien o muy mal.

Tomó una de las mascarillas que estaban en su cajón especial y su banda para el cabello, colocando un poco de música a un volumen considerable porque no quería despertar a sus demás compañeros de departamento. Por suerte le había tocado habitación sola porque Jungwon estaba en casa de sus padres.

Fue directo al baño y se enjuagó la cara luego de haberse puesto algo de jabón facial, para después secarse con suavidad y volver a su escritorio, tomando el pequeño espejo cuadrado para poder colocarse la mascarilla con olor a lavanda.

Listo, su rutina de relajación había comenzado, pero sabía que algo dentro de él lo estaba dejando intranquilo.

Tomó su teléfono y fue hacia el núcleo de esa intranquilidad: el perfil de Sunghoon. Observó esa foto de él en alguna playa, mirando sólo de perfil, dejando ver esa perfecta nariz y esos cabellos que ansiaba poder tocar nuevamente.

El corazón se le aceleró y se sintió un tonto. Ya no era un adolescente, ¿Por qué mierda se estaba cohibiendo por algo tan banal como una foto de perfil? Ah... los sentimientos serían algo que jamás entendería.

"¿Y si...?"

Él sabía que era lindo, ¿Pero no sería raro si de la nada le llegaba un mensaje a Sunghoon de su rostro? ¿Y si no lo encontraba atractivo?

¡Justo esa era la parte que más odiaba de tener sentimientos por alguien! El dudar tanto como para enviar una simple fotografía, ni siquiera era subida de tono. Aún quedaban estragos de esa persona insegura y temerosa por el qué dirán.

—Te bloquearé si desprecias esto, Park Sunghoon. —Murmuró cuando con rapidez se tomó una selfie donde si bien no se veía todo su rostro, se alcanzaba a visualizar parte de este con la mascarilla y la banda de cinnamoroll que una fan le había regalado.

Aventó el teléfono en cuanto escuchó que había una respuesta. Soltó un grito del susto y tuvo que taparse los labios porque había comenzado a reír de la pura adrenalina.

Vivir experiencias que en su adolescencia no pudo, ¿A quién no le había pasado eso por haber sido rechazado durante todo ese periodo de tiempo?

❛ runaway : sunsun ,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora