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Nunca había sido bueno bebiendo, pero ahí estaba, con el cuarto vaso de cerveza en la mano mientras trataba de prestar atención a lo que las personas a su alrededor comentaban, aunque todo era en un inglés que ni él podía descifrar.

Hasta hace dos horas había estado al lado de Sunghoon presenciando el evento, aunque en realidad lo último no lo recordaba porque había retrocedido años en su mente y la preparatoria era ahora la protagonista de sus pensamientos.

No quiso discutir con el peliblanco, más bien, no había podido. Algo en su garganta se quedaba atorado y se negaba a salir, provocándole un nudo doloroso que ni la cerveza que se había empezado a tomar podía calmar aún.

Y hablando de Sunghoon, éste había desaparecido de su vista en cuanto pisaron el lugar, un bar que se consideraba de los mejores en Italia; él lo encontraba igual a los de Corea.

Su mente se había nublado desde la mitad de la primera cerveza, por lo que no podía explicarse cómo es que había acabado junto a otros extranjeros al parecer también famosos, los cuales comenzaban a bailar al ritmo de my strange addiction de Billie Eilish.

El cuerpo comenzó a reaccionar porque el ritmo era bastante bueno, dejándose llevar junto a los que podría denominar sus nuevos amigos.

—¡Sunoo! —Reaccionó con cierta torpeza cuando su nombre fue pronunciado, junto a algunos aplausos. —¡Sunoo! ¡Sunoo!

Los extranjeros también coreaban su nombre, gracias a que JEY había comenzado aquello. Ya lo recordaba, desde el primer minuto no se había despegado del rapero y por eso se encontraba en ese círculo.

El pelinegro sacó un vapeador y los ojitos del idol se iluminaron por completo. Se le acercó dando brinquitos y con movimientos torpes de manos le señaló el cigarro electrónico.

—¿También fumas?

—Sólo estos, no quiero que mis pulmones se dañen tan rápido. —Le guiñó el ojo y tomó el vapeador para darle una calada.

Su cuerpo se relajó al instante, como si hubiera estado tan sediento en medio de un desierto y hubiera encontrado un oasis. Le dio dos caladas más y se lo devolvió al rapero, quien negó a agarrarlo.

—Tengo otro, tú quédate con ese. —Sacó de su bolsillo el segundo vapeador que era de menta y lo movió entre sus dedos. —¿Ya se te subió verdad?

—¿Se me nota mucho? —Ambos estallaron en risas porque la respuesta era más que obvia. Las mejillas rojizas y brillantes del chiquillo lo confirmaban todo.

El tiempo fue transcurriendo y para ese momento la cerveza ya le resbalaba como si de agua natural se tratara. Veía doble y la boca se le había dormido un poco, no se sentía cansado y lo único en lo que pensaba en esos momentos era en lo bonito que se sentía estar al lado de JEY, nada comparado a Sunghoon.

Sunghoon... ¿Dónde mierda se había metido?

Se subió a una de las mesas con ayuda de un rubio que su nublada mente reconocía como uno de los modelos del evento. Sunoo solamente quería buscar a su compañero de viaje y trabajo, pero los chicos a su alrededor se estaban haciendo una idea equivocada al comenzar a chiflar y aplaudir para que bailara.

Si sus mejillas estaban rojas, en esos momentos parecía a punto de echar humo porque estaba completamente avergonzado; negó varias veces entre risas, pero sus nuevos amigos se negaban a dejar de alentarlo.

Entonces hizo lo que mejor sabía: bailar.

One of the girls de The Weeknd comenzó a sonar por todo el lugar. Kim cerró los ojos y se dejó guiar por la melodía, que era lenta y pegajosa. Acarició su cuerpo con sus manos de forma lenta y justo en el "Trade my whole life just to be", las lágrimas se agolparon en sus ojos, sintiéndose tan identificado con aquella parte que por un momento flaqueó en el baile, pero que después siguió junto al vitoreo de su alrededor.

❛ runaway : sunsun ,Donde viven las historias. Descúbrelo ahora