La Gallería era un lugar bastante amplio, una plaza techada con cristales que dejaban ver el cielo azulado, donde había un montón de locales que alojaban marcas de lujo, además de edificios antiguos bien conservados donde las letras doradas resaltaban, como si estas fueran de oro puro.
La gente iba y venía, tomándose fotos, vídeos y alguna que otra compra, algo que dejara su huella en aquel punto de Italia. Era un destino turístico bastante atractivo, y por eso había llamado la atención de aquellos dos coreanos.
Sunoo y Sunghoon eran fieles amantes de la moda, y aquel lugar era como el paraíso para ambos. Recorrían el lugar, boquiabiertos; poco les faltaba para pellizcarse el uno al otro esperando no estar soñando, puesto que la realidad los estaba superando.
—¿No deberías traer contigo un séquito de quince personas para que nos graben? —Pasados unos minutos desde su llegada, Sunghoon le cuestionó, enarcando una ceja.
—Nos dan ciertas libertades ahora que no somos una carga para la empresa, así como contigo. —Sunoo no le estaba viendo, más bien, tomaba fotografías de cosas que le parecían estéticamente bellas y que, más tarde, subiría a sus redes sociales.
—De hecho, yo nunca tuve tantos empleados tras de mí. No soy tan importante como tú. —Iba cuidando que el menor no tropezara con nada, de manera sutil había posado una de sus manos sobre el hombro ajeno para guiarlo.
—¿Ah no? Pensé que todos los artistas de HYBE tenían, ya sabes, canales de youtube repletos de vídeos de entretenimiento. ¿Entonces qué haces en tu tiempo libre?
Y aunque Sunoo se había prometido no prestarle demasiada atención, ahí estaba, haciéndole preguntas personales de las cuales el mayor no parecía molestarse en contestar.
De alguna manera estaban cómodos. Era la primera vez que no tenían un intermediario que les separara si las cosas se ponían color hormiga.
—Toco la guitarra. —Una pausa y como vio que estaba aparentemente distraído, continuó. —Voy a clases de baile, compongo canciones... Lo normal.
El pelinegro se detuvo en seco, bajó su teléfono celular y volteó a verlo. Posó esos ojitos negros llenos de brillo sobre su peor enemigo; le dolió escucharlo.
—¿Tú quieres ser idol?
Las mejillas de Sunghoon se colorearon de un intenso rojizo; Sunoo no daba créditos a lo que estaba observando.
Touché.
—No tanto así... No sé, ¿Sí? Es sólo que a veces quisiera ser escuchado, reconocido no sólo por ser una cara bonita, sino algo más. Como tú. —Luego de soltar eso tuvo que desviar un poco la mirada hacia arriba de Sunoo, su orgullo tratando de no soltar alguna idiotez que lo dejara demasiado expuesto. —Podría decirse que a veces admiro tu trabajo, Kim.
Si el modelo estaba rojo, Sunoo parecía que se estaba ahogando con algo porque de igual forma estaba así o más que el contrario. No era una confesión de amor, pero juraba que era lo que más se acercaba entre ellos dos.
No pudo evitar reírse por los nervios, pero luego se sintió culpable y ya no hubo marcha atrás. Se seguía riendo, dándole pequeños empujoncitos a Sunghoon en medio de toda esa multitud, encerrados en su propio mundo.
Sunghoon lo comprendió sin tener que escuchar palabras de disculpa de por medio. No era algo común en su dinámica de odio, pero estar ahí sin nadie que hablara su propio idioma hacía que ambos mostraran sus verdaderas caras.
El pelinegro no quiso hacer ningún comentario al respecto; nuevamente se metió a la cámara de su teléfono y pulso el ícono de la cámara, para luego comenzar a grabar.

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❛ runaway : sunsun ,
FanficSunghoon es un modelo de una marca reconocida y Sunoo es integrante de ENHYPEN, un grupo de kpop bastante famoso. Las ocasiones en las que se han encontrado parecen llevarse bien; bromean, se elogian y transmiten una bonita vibra. Sin embargo, es t...