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NARA BRADLEY

Me miro al espejo y solo veo una maraña de rizos desordenados, me arreglo la corbata e intento peinar mi pelo, como no consigo solucionarlo acabo poniéndome un gorro. Bajo y mi madre ya me ha preparado una taza de café, me la tomo. Hoy es un día normal. O al menos eso pensaba esa mañana, no tenía ni idea de que alguien iba a aparecer en mi vida y me la iba a poner patas arriba.

(A la misma hora pero en otra calle de Birmingham)

NARRA CONNOR

Paro mi moto en un semáforo, delante tengo a una chica preciosa que me giña un ojo pero la ignoro, no quiero saber nada mas de tías en un tiempo. Verde. Arranco mi moto y acelero. Dejo que el viento frio golpee mi cara dejándola entumecida. Giro a la derecha entrando en uno de los barrios altos de Birmingham, aquí todas las casas están perfectamente alineadas, todas construidas con ladrillos rojos y de al menos tres pisos, los jardines verdes repletos de flores por la primavera que lo llenan todo de un olor que yo considero cursi.
Paro delante de casa de mis viejos, ya no vivo aquí, he decidido mudarme a un apartamento en un barrio de mala muerte lo más lejos de ellos que pueda permitirme este pueblucho. Me caen fatal pero necesito comida.
Me quito el casco y paso mi mano por mi pelo intentando dejarlo decente cuando lo veo. Nunca había visto nada parecido, era precioso, ojos marrones oscuro, sonrisa con unos hoyuelos adorables, tez aniñada, un gorro encima de unos rizos algo desordenados, sus manos suaves y estilizadas, con las uñas perfectas en sus largos dedos, torso plano aun con rastros de niñez y unas piernas delgadas que se ven perfectas en esos pantalones ajustados. El chico repara en mi pero aparta la vista enseguida al darse cuenta de que lo estoy mirando, aun así no aparto la vista. El chico acaricia a un perro que ha salido de la casa detrás de él y mete la mochila en el asiento de atrás de un Jeep blanco. Le dice algo a una chica parecida a el que acaba de salir de la casa con cara de pocos amigos y se mete en el coche. Cuando toda la familia acabada de salir de pijolandia se mete en el coche arrancan y se van calle abajo. Me vuelvo a poner mi casco y decido seguirlos.
Unos diez minutos después paran delante de mi antiguo instituto y se bajan los dos hermanos después de despedirse alegremente de sus padres. Cuando el Jeep desaparece en la esquina me acerco al chico aun en la moto y sigo su ritmo estando justo a su lado, el me mira pero no dice nada y aumenta el ritmo de su caminata, me quito el casco y vuelvo a alcanzarlo.
- Hola soy Connor.
- Me alegro. -pero sigue caminando como si nada.
- Perdona, estoy intentando ligar contigo. -el me mira, parece molesto y alagado al mismo tiempo.
- Em... pues yo te estoy ignorando, eso te tendría que dar una idea de las oportunidades que tienes conmigo. -esa respuesta me deja sin palabras pero no pienso darme por vencido.
- ¿Cuál es tu nombre?
- Que más te da.
-Podría invitarte a tomar algo si me lo dijeses.
- ¿Quién te ha dicho que yo quiera salir con alguien como tú? -dice resaltando el "yo" y el "tu".
- No somos tan diferentes, vivimos en el mismo barrio.
- Imposible. -dice con un tono entre divertido y cansado.
- ¿Por qué?
-Porque hace tiempo que echamos insecticida por todas las casas.
-Vaya, que poco miráis por el medio ambiente.
-Y eso lo dice alguien con una caja de tabaco en el bolsillo. -dice señalando mi bolsillo por el que obviamente asoma una caja de tabaco.
-¿Quieres uno?
-Qué asco. -empieza a subir unas escaleras y ya no puedo seguirlo, pero esto no quedara así, él es mío, y cuando algo es mío no paro hasta tenerlo entre mis brazos.


Bad Boy (Bronnor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora