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NARRA CONNOR
No lo he vuelto a ver desde ese día, creo que era martes. La dependencia de ese chico que me demostré a mi mismo no me gustó nada. No le he enviado más mensajes, no lo he ido a ver al instituto, ni a su casa, nada. Me pregunto si esta enfadado o molesto, o preocupado. Él tampoco me ha enviado ningún mensaje ni ha intentado llamarme, ni siquiera sé si lo del sábado sigue en pié, espero que sí. Me muero por verlo, por besarlo...
Miro la pantalla del móvil, su último mensaje: "Acabo de salir de la biblioteca, estaba con Nick (mi mejor amigo). Lo siento no sabía que me esperabas para merendar, ¿otro día? xx". No le he respondido. Ahora estamos a jueves y no sé si aún querrá... Al final acabo intentándolo:
"¿Hoy te va bien?" y me quedo mirando la pantalla, en teoría aún esta en el instituto, creo...
"Tengo que estudiar pero si me llevas a algún sitio tranquilo perfecto ;)xx" Sonrío de inmediato. Sé dónde llevarlo.
"Hecho Xx"
Me desconecto y miro que ponerme ya que llevo sin vestirme dos días. Al final acabo cogiendo unos pantalones pitillos negros y una camisa azul marino que me da la sensación de que le encantará. Me voy al baño y me peino aunque con la moto me despeinaré... le pediré el coche a Aus decidido. Me pongo alguna que otra pulsera que encuentro por el baño y me calzo unas Vans negras.
Salgo del baño y voy al comedor. Austin mastica unas patatas de bolsa y me mira.
-¿Vas con el pijo otra vez?
-No le llames así. -rueda los ojos.- ¿Me dejas tu coche? -él se encoge de hombros y yo me lo tomo como un sí así que cojo las llaves y salgo del piso.
Bajo las escaleras de tres en tres, faltan cinco minutos para que Bradley salga del instituto así que tengo que darme prisa.

[...]

Espero apoyado en la puerta del coche. Miro como niñatos salen del edificio, también salen algunas chicas que pasan por delante mio sonriéndome coquetamente. Unos minutos después lo veo salir hablando animadamente con una chica morena y un chaval con gafas y el pelo negro. Me ve y me sonríe y los tres se acercan a mí.
-¡Hola! -me saluda, y me da un beso en la mejilla.
-Hola pequeño. -le sonrío.
-Ellos son Jenny y Nick. -ellos saludan con la mano; algo cortados, cuando escuchan sus nombres.- Él es Connor chicos.
La chica es la primera en hablar:
-Hola Connor, Braddy me ha hablado muchísimo de ti. -dice con una gran sonrisa.
-Jenny... -la regaña flojito Brad.
-¿Braddy? -pregunto yo divertido.
-Sí, es un mote que le puse hace mucho tiempo, pero puedes llamarlo tú también así si quieres. -me dice la morena y me guiña un ojo. Yo me río flojito y miro a "Braddy" que esta rojo como un tomate.
-Vamos Braddy. - él asiente y rodea el coche para sentarse en en asiento del copiloto. Me despido de sus amigos y me siento en el del piloto.
-¿A donde me vas a llevar? -me pregunta un segundo antes de que arranque.
-A las estrellas. -se ríe.
-No, en serio.
-A las estrellas. -y no mentía, era una pequeña cafetería a las afueras de Birminham.
Tras conducir durante unos diez minutos aparco cerca del local y me bajo del coche. Bradley se baja y mira a todas partes.
-¿Dónde estamos?
-Tranquilo pequeño ansias. -rodeo el coche y lo cojo de la mano. Caminamos por la acera y lo guío hacia la pequeña cafetería.

NARRA BRADLEY
Me lleva a una pequeña cafetería, en un letrero azul marino se lee The Stars en letras amarillas. Me río porque no me engañaba y el me sonríe y me besa la oreja. Entramos y dentro esta todo pintado del mismo azul marino que el letrero y hay estrellas con una fina pintura blanca por todas las paredes y el techo. Hay muchas mesas pequeñas con farolillos que parecen hadas que dan luz y iluminan el local haciéndolo parecer mágico. Connor se acerca al camarero de la barra que también es oscura con pequeñas estrellas luminosas y le pide una mesa. Él nos guía hasta una mesita apartada al lado de la ventana, y nos sentamos.
-Esto es precioso. -le digo- y muy tranquilo.
-Era una de tus condiciones. -sonríe enseñando esos preciosos dientes blancos. Asiento y viene un camarero a tomar nota, pedimos y se marcha para prepararlo.
Saco mis libros y mi libreta.
-¿Tienes muchos deberes? -pregunta.
-Últimamente los profesores se están pasando mucho, dicen que quieren prepararnos para que segundo nos sea más fácil. -él asiente y me acaricia la mano.
-¿Estás muy agobiado? ¿Quieres que te lleve a casa? -niego.
-Estoy bien, tú presencia me relaja.
Sonríe y nos traen nuestro pedido, mordisqueo una tostada con mantequilla mientras acabo los deberes de Matemáticas pero me quedo encallado en el último problema. Pienso y repienso pero no se como resolverlo. Connor parece notarlo y arrastra la silla hasta mi lado.
-¿No sabes resolver el problema? -niego- A ver... ¿qué estáis dando? -retrocede unas páginas del libro y las relee para saber sobre qué iba el temario. Cuando ya esta centrado vuelve al problema y lo lee. Para sorpresa mía me ayuda a resolverlo y cuando acabamos lo miro sorprendido.
-¿Estudias?
-No... pero acabé el instituto. Ahora estoy ahorrando para poder pagarme la universidad.
-Podría ayudarte... -él me mira tierno y sonríe pero niega con la cabeza.
-Brad no te quiero por tu dinero, si deseara eso habría vuelto a casa de mis padres. No, quiero arreglármelas solo, saborear lo bueno y lo malo de la vida, vivirla.
-Pero...
-¿Pero qué?
-Connor antes de vivir tienes que estudiar y estabilizarte.
-Lo sé. Pero tengo un trabajo estable, y algunos ahorros de cuando vivía con mis padres.
-Vaya... ¿y te los estas gastando en mí? -asiente poco a poco.- ¡Oh no!
-Pero tranquilo cariño, no me importa.
-¡Pero a mi sí!
-Bradley tú me estas ayudando muchísimo, me estas llevando por el buen camino. Estoy intentando dejar de fumar. -sonrío y le acaricio la cara.
Es tan adorable. Acabo los deberes y nos terminamos las tostadas y los cafés, volvemos al coche y allí pongo la radio, People Help The People de Birdy empieza a sonar mientras el arranca el coche de vuelta a mi casa.
Nos pasamos todo el viaje en silencio escuchando las canciones de la radio hasta que para delante de mi jardín. Lo miro y le sonrío tímidamente.
-Nos vemos el sábado.
Él asiente.
-A las ocho. -sonrío aún más y asiento. Le doy un beso en la mejilla y salgo del coche.
De camino a la puerta de casa Jesse (mi perra) viene a saludarme. La acaricio mientras ella me olisquea y la dejo entrar delante mío.

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¡Hola chicas! Aún sigo encerrada en este pueblo sin cobertura ni Internet y cada vez me resulta más difícil encontrar a alguien que quiera dejarme un ordenador y su Wifi. 

Por suerte falta apenas una semana para que vuelva a mi casa y entonces ya empezaré a subir un poco más seguido:) 

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Bad Boy (Bronnor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora