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NARRA BRADLEY
Veo como Paola se me acerca con los ojos y la boca muy abiertos, enseguida sé que ha visto a ese tal Connor acompañarme así que paso de largo y me meto en clase lo más rápido que puedo.
Las clases pasan súper lento como siempre pero mi mente no para de divagar hacia ese extraño chico que decía que quería ligar conmigo. Ni siquiera estoy seguro del todo de mi sexualidad, parecía mayor que yo, pero no mucho más, esos profundos ojos azules habían dejado secuelas en mi cerebro pero aun no me había percatado de que a lo mejor eso me llevaría a meterme en problemas más adelante. Algo dentro de mí chillaba que quería volverlo a ver, que mi cuerpo necesitaba rebeldía pero yo lo ignoraba porque sabía que no estaba bien.
A la hora del almuerzo me escondo en la biblioteca para no tener que hablar con mis amigos, sé que me dirán algo malo de ese chico y no quiero saberlo, necesito una loca historia de amor como esas de las novelas que siempre acaban en sufrimiento, sí, me da igual el sufrimiento, necesito sentirme humano, fallar y caerme y levantarme.
Miro por la ventana de la biblioteca y lo veo, no puedo creerlo, está en su moto comiendo algo, se ve tan perfecto... entonces me ve y sonríe con suficiencia, como odio que sean así, pero él tiene algo que hace que no pueda apartar mi mirada él, sus fuertes brazos hacen que mi corazón lata a mil por hora.
Me hace un gesto para que baje y vaya con él, al principio dudo, no tendría que hacer esto, lo sé, pero necesito sentirme libre así que le hago un gesto para que espere a lo que él me sonríe de lado. Recojo mis cosas y voy al patio, rodeo el edificio y salto la valla sin que me vea ningún profesor, no puedo creerme que esté haciendo esto.
- ¡Bradley Will Simpson! ¡¿Se puede saber qué coño estás haciendo?! –se me congela todo el cuerpo y noto como voy empalideciendo. Me giro poco a poco para encarar a una chica rubia, bajita, que va vestida con un vestido amarillo por encima de la rodilla y unas Converse blancas y me mira con sus penetrantes ojos azules a través de esas gafas de sol de pasta. Si no estuviera la valla entre nosotros creo que es capaz de llevarme a clase de la oreja.
- Esto...
- Está preparado para salir corriendo y ser un adolescente libre. –contesta una voz por detrás de mí. Me giro y lo miro, él me sonríe con un cigarrillo en la boca.
-Brad no vayas con él... -suplica Paola, pero no la escucho, necesito saber que se siente siendo libre. Me subo detrás de él en la moto y rodeo su cintura con mis brazos, tiemblo inconscientemente pero él me calma acariciándome la mano, luego arranca y solo noto el frio viento de enero entumeciendo mi cara.
- ¿A dónde quieres ir pequeño?
- Podríamos ir a un parque que no está muy lejos de aquí si quieres.
Él asiente y me lleva a donde yo le indico, aparca delante y nos bajamos. Caminamos un rato en un silencio algo incómodo hasta que encontramos un buen sitio a la sombra de unos árboles para charlar, nos sentamos y miramos a los ciclistas y los corredores que hacen ejercicio delante de nosotros.
- Mis padres me van a matar. –Comento.- Seguramente ya saben que no estoy en el instituto.
-¿Son muy duros contigo?
- A veces.
-Mis padres también lo eran conmigo.
-¿Tus padres son los señores Ball? –Y él asiente.- ya sé quién eres entonces. Hace tiempo (quitando de esta mañana) que no te veía por el barrio.
-Me fui de casa. –se encoge de hombros.
-Vaya, ¿Por qué?
-¿Hoy hace muy buen día no? –suspiro, no quiere contármelo. No pasa nada, es normal, no le gusto tanto ahora que ha visto lo aburrido que soy.
-Supongo. -me encojo de hombros y miro como una madre riñe a su hijo por coger algo del suelo.
Noto como él me mira con sus penetrantes ojos azules y tambien noto como mis mejillas cogen un color rojizo. Se ríe. Y yo lo miro y le paso una mano por la cara haciendole reír más.
-Pareces un niño pequeño. -dice sonriendo y mirando hacia ese pobre niño que no sabía lo que le iba a caer por coger una pegatina del suelo.
-¿Por qué?
-Estas todo enfurruñado porque no he querido contarte mis razones para dejar la casa de mis padres. -se vuelve a reír. ¿Tan transparente soy? Sonrío.
-Idiota.
-Aja, pero TU idiota.
-Ey, ey, ey, ¿no te parece que vas muy rápido? Apenas nos conocemos.
-¿No te gusto? -esa pregunta me pilla desprevenido y me vuelvo a sonrojar.
-No he dicho eso.
-¿Pues? -me susurra al oído. ¿Cuando se ha acercado tanto? Me alejo entre molesto y excitado, ¿por qué ha hecho eso?
-Pues que no quiero acostarme contigo sin apenas conocerte, ni besarte, podrias tener alguna enfermedad contagiosa. -se ríe, a carcajada limpia, pero yo lo decía en serio.
-¡No tengo ninguna enfermedad! -se vuelve a reír como si le hubieran explicado el chiste más gracioso del mundo.

NARRA CONNOR

Ahora estoy seguro, ese chico me encanta, su inocencia me hace pensar en las cosas más sucias que hay escondidas en mi mente, su sonrisa sería capaz de hacerme luchar contra un ejército, sus ojos me quitarían el miedo y laspesadillas por las noches. Cuando me he acercado a su oído y he olido su aroma a vainilla me han dado ganas de violarlo. Con lo que me ha dicho despues me ha dejado descolocado y me ha hecho reír como hacía tiempo que no reía.
-¡No tengo ninguna enfermedad! -le he dicho entre risas. Creo que a él no le parecía gracioso.
-Quiero ser diferente... -dice en un suspiro, y mira a unos ancianos que caminan cogidos del brazo, la señora apenas se aguanta depié pero el señor la aguanta ayudado de su bastón de madera, es una imagen enternecedora.
- Lo eres. -le digo, y de verdad lo pienso, desde la primera vez que lo he visto lo he pensado, y encima he tenido la suerte de que fuera gay, creo que el KARMA me esta avisando de algo, creo que este chico me va a cambiar, creo que necesito ese cambio.
-Lo dices porque quieres enamorarme. He leído libros con este mismo argumento, un chico malo que se fija en un pijo, le hace vivir la historia de amor más bonita de su vida, y luego se va, se va o la caga de la manera más cruel destrozandole la vida al pobre chico, que pierde una beca y a toda su família por ese estupido chico
malo.
-¿Sabes? Sí, has leído demasiadas novelas. -me río pero ahora con nerviosismo. Él me mira algo ofendido, o eso creo.
-Creo que tengo que volver al instituto ya.
-Vale... Lo siento si te he ofendido.
-No me has ofendido. -pero por su cara sé que lo he ofendido, suspiro y me levanto del suelo, lo ayudo y el se expulsa los pantalones con las manos para quitar la hierba, ¿he comentado ya que esos pantalones le hacen un culo precioso? Me mira como si pudiera leerme los pensamientos.
Luego caminamos en silencio se vuelta a la moto, ¿como he podido cagarla tanto en un momento?, todo iba bien pero mi bocaza sempre lo estropea todo. Le ayudo a subir a la moto y la enchego.
-¿Piensas estar en silencio todo el camino?
-¿Algún problema?
-¿Qué he dicho para ofenderte?
-Nada, solo que esto no esta bien, tendría que estar en el instituto y mis padres me mataran. -parece preocupado. Le acaricio la rodilla un momento y luego arranco.
Cuando llegamos al instituto esta todo el patio desierto, igual que la entrada, supongo que la gente esta en clase. Él se baja de la moto.
-¿Puedes darme tu teléfono?
-¿Para qué? Si sabes donde vivo y cual es mi instituto sabes donde encontrarme. -sonríe y yo me río.
-Esta bien...
-Ya nos veremos. -y me da un beso en la mejilla y entra corriendo em el instituto.

NARRA BRAD

No me creo que me haya atrevido ha hacer lo que he hecho hoy, y para colmo darle un beso, ¿qué te esta pasando Bradley?
Entro en el colegio justo cuando suena el timbre de salida y al ir hacia mi taquilla veo a mis padres hablando con el director al final del pasillo. Mierda.

Bad Boy (Bronnor)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora