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30 de Agosto de 1995
"Narrado por Emma"
Tom Riddle, Tom Riddle; eso es lo que ha estado últimamente vagando por mi mente, el idiota hermano mayor de Lilith; una persona normal pensaría <<"¿Qué tiene de malo estar enamorada del hermano de una de tus amigas?">>, todo, porque no es solo el hermano de mi amiga, también es el mayor rival académico que tengo, en un poco de contexto, hace un año atrás, un club de debate a la profesora Mcgonagall se le hizo la idea más maravillosa de todo el maldito planeta, los alumnos más destacados de Hogwarts estaban ahí, o bueno, los que estaban interesados, mis amigos habían rechazado estar ahí, los chicos con excusa de que estaban ocupados con el Quidditch, todos incluido Tom, quien aparentemente cambió de opinión cuando dije que entraría, tiene una maldita obsesión con estarme jodiendo la puta existencia y para su estupenda suerte, a mí me encanta destrozar personas en cuestión de un par de palabras.
El último debate que tuvimos se resumió en que casi le lanzo un crucio y él me lo hubiera devuelto de no ser porque la profesora dio fin a nuestro ameno encuentro. Como sea, es un dolor de cabeza, un estúpido dolor de dos metros, cabello rizado, ojos oscuros, piel clara y unos brazos que podrían asfixiarme en cualquier momento. Pero no de la manera que podrían pensar, más bien me asesinaría.
Nuestra rivalidad no va de quien sea el mejor alumno de nuestra clase, más bien de la casa, Snape siempre nos daba una especie de lista con los alumnos con mejor promedio, el orden variaba, pero siempre, siempre terminaba en empate con Riddle, a pesar de que el maldito es un año mayor.
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Mi desesperación aumentó cuando Nerea Malfoy, mi supuesta mejor amiga, nos invitó a su casa, maravilloso, ¿No?, obviamente no, pero todo es mejor que estar en mi maldita casa; Alaska se ofreció a pasar por mí en 30 minutos, solamente necesitaba cambiarme así que era más que suficiente, por alguna extraña razón me puse una falda. Pasó el rato y mi celular sonó, había llegado, me salí y la saludé.
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Theodore estaba conduciendo, aparentemente no confiaba en Alaska para esto; llegamos bastante rápido a la casa de Nerea y Lilith, al parecer éramos las primeras.
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-Las piernas que te hace esa falda deberían ser consideradas patrimonio de la nación- bromeó Nere.
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Estábamos hablando con su madre, Narcissa, aparentemente los chicos no saldrían para nada, era una tarde solo para nosotras. Claire y Venus estaban a nada de llegar, el resto se había retardado un poco, no importaba mucho, estábamos haciendo un par de bocadillos hasta que Alaska me manchó la cara de crema batida; le pedí a la madre de Nere que me permitiera pasar a su baño y ella me indicó donde estaba.
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Me estaba lavando la cara cuando la puerta del baño se abrió, estaba levemente inclinada hacia delante, así que quien abrió tenía una vista no muy decente de mi cuerpo.
