XVIII - Dormir contigo

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Tragaron saliva y se tumbaron en la cama. Pablo alargó el brazo para apagar la luz, un segundo después estaban totalmente a oscuras.

Intentaron acomodarse al mismo tiempo, y sus brazos se tocaron por un momento. Gavi se sonrojó muchísimo y apartó el brazo.

"No acaba de pasarme eso."

Efectivamente, estaba más rojo que un tomate. Agradeció mentalmente haber apagado la luz hacía apenas cinco segundos.

Se colocaron literalmente en ambos extremos del colchón. El ambiente estaba tenso. Mucho.

Pasaron los minutos, las horas..., ambos estaban cansados pero no lograban dormir.

Vini, además de insomnio, estaba empezando a tener mucha calor. Esperaba que fuese por el agobio que le provocaba la situación.

Así que se levantó de la cama, con cuidado de no despertar a Pablo, aunque este ya lo estaba.

Vinícius caminó despacio hasta el baño, entró y cerró la puerta. Se quitó la camiseta y se inclinó sobre el lavabo. Se echó un poco de agua fría en la cara y en la nuca.

Luego, todavía con la camiseta en la mano, se dispuso a salir del baño. Abrió la puerta y se topó con Gavi, de pie justo delante de él. Los ojos del sevillano recorrieron a toda velocidad los marcados abdominales del brasileño, pero se obligó a girar la cabeza tan rápido como pudo. Lo hizo y apretó la mandíbula.

-Lo siento, no quería despertarte -Vinícius fue el primero en hablar-.

-Ya estaba despierto -volvió a girar la cabeza lentamente y lo miró-. ¿Tienes... calor?

-Sí. No estoy acostumbrado a... dormir acompañado.

-Ya. Yo tampoco. Puedes dormir en el suelo si quieres... -bromeó, tratando de suavizar el ambiente-.

-No, gracias. Creo que prefiero dormir contigo.

"Dormir contigo."

Gavi tragó saliva y respondió.

-Vale.

Pablo se hizo a un lado y Vini salió del baño mientras volvía a ponerse la camiseta. Luego entró e hizo lo mismo que él había hecho hacía un momento, también tenía muchísima calor. Es posible que el hecho de estar juntos, compartiendo un espacio tan.... pequeño, ayudara.

Salió del baño y volvió a dirigirse a la habitación, encontrándose con Vinícius sentado en la cama.

"Dormir contigo."

Definitivamente esas dos palabras iban a impedir que ambos pudiesen dormir aquella noche.

Gavi se sentó a su lado, nuevamente dejando la máxima distancia posible. Los dos se colocaron con la espalda apoyada en el respaldo, no querían mirarse. De repente uno de ellos chasqueó la lengua y murmuró por lo bajo:

-Joder, no voy a poder dormir.

-Creo... -el otro suspiró-. Creo que yo tampoco.

Volvieron a quedarse en silencio poco más de un minuto, el sevillano volvió a hablar:

-Vinícius.

-Dime.

-¿Te molesta si... me quito la camiseta? Ya sabes, para no tener calor...

-No, haz lo que quieras.

Pablo asintió y se retiró la prenda de ropa. Vini cerró los ojos con fuerza y obligó a su cerebro a no mirar.

Sin embargo, este le traicionó. Sus ojos se abrieron y miraron de reojo el ahora descubierto torso del más joven. Su piel clara cubierta de alguna que otra peca, su tonificado abdomen y el fino hilo de sudor que comenzaba a formarse en su espalda hacían que Vinícius... Bueno, sintiése cosas que no debería sentir.

Entonces Gavi carraspeó y Vinícius supo que la había cagado, que le había descubierto. Enseguida volvió a mirar al frente.

-Lo siento -tragó saliva-.

-Tranquilo.

Puede que Pablo sonriera. Solo un poco. Vini también pensó en retirar su camiseta, pero no estaba seguro de que fuese apropiado. Entonces Gavi habló y le sorprendió con lo que dijo.

-Puedes quitártela también..., si quieres. No me molesta.

-Oh. Vale.

Se quitó la camiseta y la arrojó al lado de la cama. Un par de minutos más tarde se dieron cuenta de lo estúpida que era la situación en la que se encontraban y volvieron a cambiar de postura para tumbarse.

Debían de ser alrededor de las cinco de la mañana. Esta vez no se tocaron al acomodarse en el colchón, pero quedaron mirando hacia la misma dirección. Pablo le daba la espalda a Vinícius.

El sevillano ahora podía sentir el aliento del contrario en la nuca. No se atrevía a girarse y comprobar qué tan cerca estaba... pero supuso que bastante.

Cerró los ojos con fuerza e intentó dormir, pasaron unos minutos y supuso que Vinícius ya lo había conseguido.

Pero entonces notó una caricia en la cintura. Una caricia tan suave y sutil que era casi imperceptible, pero la notó. Luego la mano ajena se posó sobre aquella zona con algo más de firmeza.

No dijo nada porque se suponía que debería estar dormido. Y lo consiguió, sorprendentemente. Cayó dormido en no más de dos minutos, con la mano del brasileño agarrando su costado.

***
Perdón por tardar tanto 🙏🏻.

Te odio - Vinícius Jr x GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora