X - La gala

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-¡¿CÓMO?!

Vale. Alomejor Pedri debería haber buscado otra forma de... plantear la propuesta. Y no habérselo soltado directamente.

En ese momento estaban en una cafetería de Barcelona, desayunando juntos. Ese día no tenían que entrenar.

-Porfavor, cálmate. No pude evitar decirle que sí, se sintió como si Rodrygo estuviera... bueno, da igual. Pero tampoco es tan grave..., ¿no?

Gavi se obligó a tranquilizarse. Lo conocía demasiado bien. Respiró profundamente y volvió a mirarle.

-Supongo que teníamos que ir igualmente... No pasa nada por ir juntos. Me las apañaré para poder aguantar a Vinícius durante toda la noche.

-¿Te recuerdo nuestra última conversación sobre él? -preguntó divertido el canario-.

El sevillano entrecerró los ojos de forma acusatoria.

-No es necesario, gracias.

El otro rió.

***

-¡¿QUE QUÉ?!

Rodrygo rodó los ojos.

-Shhh... Tranquilo, pajarito. Sé que por dentro estás pegando saltitos de alegría, pero te avergüenza admitirlo. No tienes porqué fingir conmigo -dijo-.

Vinícius lo fulminó con la mirada.

-Esto no es gracioso.

-Sí, lo es. Sobre todo ver lo mal que disimulas las ganas que le tienes..., digo, que tienes, de ver a Gavi.

-¡Rodrygo!

El mayor se echó a reír a carcajadas sin importarle lo más mínimo la mirada asesina que su amigo estaba dedicándole.

***

Dos semanas después, los cuatro chicos habían acordado encontrarse a las afueras de la gala, para después entrar juntos.

Gavi estaba en el baño de la habitación que habían alquilado para dormir después de la gala, terminando de arreglarse. Pedri ya lo había hecho y estaba esperándolo sentado en un sillón, cada vez más impaciente.

-¡LLEGAREMOS TARDE, PABLO! -le gritó-.

-¡UN MOMENTO, PESADO!

Ambos chicos habían decidido ir a la gala igual de sencillos, vestidos con una camisa blanca, un chaleco negro y una americana del mismo color. Oh, y una pajarita, también negra, para complementar.

Gavi estaba delante del espejo, intentando colocarse esto último.

-¿NECESITAS AYUDA? -preguntó divertido, de nuevo gritando-.

-¡NO!

Pero seguía sin poder atar la dichosa pajarita. Unos minutos más tarde, después de insistir varias veces, salió del baño con semblante abatido.

Pedri se rió de él abiertamente.

-Vale, un poco.

El canario se levantó del sillón y él se acercó. Pedri formó un lazo prácticamente perfecto y se tomó un par de segundos para admirarlo.

-Bueno, pues ya estamos, ¿no? -preguntó, ahora tan alegre como siempre-.

Pablo asintió, algo tenso.

Mientras ambos jóvenes, ya con las americanas puestas, caminaban por el hotel hacia el parking, Gavi preguntó:

-Oye, ¿no estás ni un poco nervioso? Para no sentirme solo, más que nada.

El otro rió suavemente.

-Sí, bastante. Pero intento disimularlo -se encogió de hombros-. Ya tenemos bastante contigo -añadió-.

Ambos rieron. Llegaron al coche del mayor y montaron. El chico empezó a conducir, aparentemente tranquilo, mientras el más joven buscaba alguna emisora de radio que le gustara.

***

Vinícius y Rodrygo estaban en casa del primer mencionado, acabando de prepararse. No tardaron mucho.

Rodrygo llevaba un traje azul marino, Vinícius llevaba uno rojo. Los dos tenían corbatas tan caras como elegantes.

Se dirigieron al aparcamiento y montaron en el lujoso deportivo de Vinícius. El joven comenzó a conducir. Los dos estaba tensos pero ninguno quería admitirlo. Y los dos maldijeron en voz alta en el momento en que se vieron envueltos en un atasco.

-Vale, definitivamente llegaremos tarde -se quejó el menor-.

-Tranquilo, Romeo. No entrarán sin nosotros. Y no le causarás una mala impresión a Pedri. Porque eso es lo que te preocupa, ¿verdad?

-Puede -apartó la mirada un momento, pero luego volvió a mirar a su mejor amigo-. ¿Y tú? ¿Estás nervioso?

-No. Puede ser. Vale, sí. Total, yo ya le he causado mala impresión a Gavi..., aunque no es que me importe... claro.

Si él supiera...

-Bueno. Si quieres mi opinión, puedo sentir desde aquí las ganas que te tiene. Y las que le tienes tú, obviamente.

Se encogió de hombros. Soltó eso y se quedó tan tranquilo, como si fuese cualquier cosa.

Y Vinícius estaba aún más nervioso que antes.

"Genial. Gracias, Rodrygo."

Por fin superaron el atasco, y tras conducir unos minutos más, llegaron al lugar donde se celebraría la gala.

Vini aparcó en el primer lugar vacío que encontró, y ambos jóvenes bajaron del coche.

Se vieron envueltos inmediatamente por periodistas, paparazzis y aficionados. Caminaron hacia la entrada limitándose a sonreír y saludar a todo el mundo.

Hasta que llegaron al lugar donde los cuatro habían quedado en encontrarse. Los dos españoles ya estaban allí.

Pedri había notado que estaban caminando hacia ellos y saludó a Rodrygo con una sonrisa gentil. Él se la devolvió enseguida.

Rodry se adelantó para llegar antes con Pedri, Vinícius se quedó atrás.

No fue hasta que notó una presencia a su lado que Gavi, que había estado distraído mirando a ningún punto en concreto, giró la cabeza hacia ellos.

Saludó a Rodrygo con un asentimiento de cabeza. Y cuando se giró hacia el otro brasileño, Vini notó perfectamente como una especie de corriente eléctrica le recorría la columna vertebral, de abajo a arriba.

Mantuvieron el contacto visual durante unos segundos que parecieron eternos, ambos sentían las pulsaciones de sus corazones en la garganta.

Gavi se aclaró la garganta y dijo:

-Vamos. Pedri y Rodrygo ya han entrado.

Vinícius asintió. Y los dos, uno al lado del otro, caminaron para adentrarse en la gala.

***

Te odio - Vinícius Jr x GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora