La otra media parte del partido fue aún más intensa. Tanto Gavi como Vinícius se habían ganado una tarjeta amarilla con la discusión de antes del descanso, y ahora estaban al borde de conseguir otra.
Todos los jugadores, además de nerviosos, estaban exhaustos. Quedaban menos de quince minutos para que el partido terminara, la mayoría de futbolistas estaban empezando a notar como sus gemelos se sobrecargaban, entre ellos, Gavi y Vinícius.
Vini se vió obligado a pedirle a Carlo que lo sacara del campo, Pablo le pidió lo mismo a Xavi un par de minutos después.
Ahora ambos jóvenes se encontraban en los banquillos de sus respectivos equipos, tratando de regular su respiración. Realmente habían dado todo de sí para el partido.
Aquellos quince minutos fueron... emocionantes, cuanto menos. El marcador se encontraba en empate a uno debido a un gol de Rodrygo antes de la media parte, y a ambos jóvenes les mataba no poder hacer algo para ayudar a sus compañeros.
En el minuto noventa y dos, cuando ambos equipos estaban empezando a despedirse de los tres puntos, João Félix volvió a recibir una asistencia prácticamente en el punto de penalti, remató y le dio a su equipo el gol de la victoria.
Gavi se levantó de un salto en cuanto vio el balón entrar en la portería, el resto de culés también. Esta vez, la celebración del portugués fue más intensa. Corrió por el campo hasta colocarse en frente de la afición merengue, subió al muro de un salto y abrió los brazos, sonriendo. A Vinícius le hervía la sangre.
Y fue aún peor cuando João bajó del muro y corrió, todavía sonriendo de oreja a oreja, hasta el banquillo azulgrana.
Pablo corrió hacia él y literalmente se abalanzó, João lo agarró por la cintura para que no cayera y alzó el puño hacia el resto de su equipo, celebrando.
Vinícius tuvo que dejar de mirar. Agachó la cabeza y miró sus botas, cerró los ojos y se obligó a respirar profundamente varias veces.
No podía ponerse así, no tenía ningún derecho a ponerse... ¿celoso?
Bueno, lo estaba de todas formas. Sentía una inhumana necesidad de ir hasta ellos, pegarle un manotazo particularmente fuerte a João para separarlos y llevarse a Gavi de allí para hacerle... "¡Joder, no!"
El partido siguió y Vinícius no levantó la cabeza, algunos de sus compañeros comenzaban a mirarlo extrañados. Incluso Gavi frunció un poco el ceño, confuso, cuando lo vio.
"Espera, ¿eso es por... mí?"
Entonces alzó ligeramente las cejas y sonrió un poquito. Luego se dio cuenta y apretó los labios, volviéndose a centrar en el juego.
***
Los cinco minutos de tiempo añadido que restaban terminaron y la afición culé empezó a cantar.
Todos los jugadores se estrecharon las manos y se dirigieron a los vestuarios. El de los culés rezumaba felicidad, el de los merengues, no tanta.
Aún así, varios futbolistas del equipo blanco charlaban entre ellos y no se veían demasiado malhumorados, excepto uno. Vinícius.
Rodrygo se le acercó cuando lo vio sentado, solo, en uno de los bancos.
-¡Hola! Oye, ¿has visto...?
-¿Lo guapo que está Pedri? -Vini imitó el tono de voz de su amigo-. No, no me he fijado.
-Oh, oh, alguien está de mal humor. ¿Puedo saber qué te pasa?
-No me pasa nada -dijo Vinícius sin levantar la cabeza-.
-Ya, claro -Rodry se acercó más y se sentó a su lado-. No estarás así por Nuestra-amiga-la-gaviota, ¿verdad?
-Por favor, no lo llames así.
-¿Eso es un sí?
-No -respondió, de nuevo sin mirarlo-.
-Vale..., déjame pensar. Entonces: no estarás así por Nuestro-no-tan-amigo-el-portugués, ¿verdad?
Entonces sí que levantó la cabeza. Y lo fulminó con la mirada.
-Para nada.
-Ya veo -se recostó en el banco, junto a él-. Celoso, ¿no?
-No.
-Sí.
-¡No!
-Sí.
-¡Qué no...!
-¿Vinícius Júnior?
Ambos jóvenes se volvieron hacia aquella voz. Un miembro del equipo técnico del Barça -lo supieron por su ropa- se había detenido delante suyo. Prácticamente todo el equipo lo miraba expectante.
-¿Sí? -preguntó vacilante-.
-Uno de nuestros jugadores ha solicitado hablar con usted, si es tan amable de seguirme...
Rodrygo alzó las cejas y apretó mucho los labios para no sonreír. Vinícius abrió la boca.
-¿Ah, sí? ¿Quién...?
-Ahora lo verá. Si es tan amable de...
Al ver que no contestaba, su mejor amigo lo hizo por él.
-Claro que es tan amable de seguirle, señor -se levantó de un salto-. Vamos Vinícius, no hagas esperar a este buen hombre...
El brasileño se levantó y siguió a aquel hombre. Llegaron a una puerta blanca con un letrero que rezaba "SOLO PERSONAL AUTORIZADO". El hombre abrió la puerta y se hizo a un lado.
-Aquí es.
Vini le dio las gracias y se adentró en la habitación. Era una especie de sala de reuniones, había una mesa larga, muchas sillas, algunos sofás y varios sillones. Parecía vacía.
-¿Puede alguien hacer el favor de explicarme...?
Parecía vacía, pero no lo estaba.
-Hola.
El moreno se volvió y lo vio, a unos cuantos metros de él, con las manos en los bolsillos. Pablo.
-Hola... -alzó una ceja. Todos los nervios que antes tenía se habían esfumado al encontrarse a solas con él-. ¿Tú... "has solicitado" hablar conmigo? -preguntó, ahora algo divertido-.
-¿Qué? ¡No! Tú lo has hecho.
-¿Cómo? No, eso no es verdad.
Gavi abrió la boca para contestar, pero la puerta volvió a abrirse. Una mujer de unos cincuenta años entró en la sala, cerrando tras ella. Esta vez, era miembro del equipo técnico del Real Madrid.
-Supongo que se preguntarán que hacen aquí, ¿verdad?
"Sí, la verdad..."
La mujer no les dejó contestar, siguió hablando:
-Tanto el Real Madrid como el Fútbol Club Barcelona se han dado cuenta de que, estos últimos meses, en el campo ha habido una relación poco deportiva entre ustedes dos -los jóvenes se miraron y agacharon la cabeza, la mujer prosiguió-. Por eso, el equipo directivo de ambos clubes ha decidido que es conveniente que pasen aquí dos horas y hablen de sus diferencias.
-¡¿Qué?! -la primera reacción de los jóvenes fue casi chillar, debido a la sorpresa-.
-Sí. Y les aconsejo que aprovechen el tiempo, la puerta se mantendrá cerrada hasta que ese tiempo haya transcurrido.
La mujer se giró y caminó hasta la puerta, diciendo una última cosa antes de desaparecer:
-No intenten salir, no lo conseguirán. Dentro de dos horas alguien vendrá a abrirles, tranquilos. Suerte -dijo, y se marchó-.
Gavi y Vinícius se miraron. Tendrían que pasar las siguientes dos horas a solas en aquella habitación vacía. ¿He mencionado ya que estarían solos?
***
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Te odio - Vinícius Jr x Gavi
Fanfiction-Te odio. -¿Ah, sí? Anoche no parecías opinar lo mismo. *** Dos jóvenes estrellas del fútbol. Rivales, destinados a odiarse. Ninguno logra entender porqué siente tantas cosas cuando el otro está cerca. *** SIN MALA INTENCIÓN HACIA NADIE. SITUACIONES...