Gavi fue el primero en despertar, gracias a la molesta luz que se colaba por la gran ventana de la habitación.
Se sintió inmediatamente aprisionado por unos brazos firmes, pero no sé sintió incómodo.
Él se había dado la vuelta sobre si mismo durante la noche, Vinícius seguía igual, y su mano también.
Pablo juraría que su cabeza estallaría en cualquier momento. Le dolía horrores y sentía una fuerte presión.
Trató de levantarse y al notar la mano del brasileño directamente en contacto con su piel, se percató de que ambos estaban sin camiseta.
Para qué negarlo, se sonrojó. Bastante.
Vinícius, al notar movimiento entre sus brazos, despertó también. Se sonrojó en el mismo instante en el que se dió cuenta de la posición en la que estaban y se separó rápidamente.
Se incorporó para quedar sentado con la espalda contra el respaldo de la cama. No debió de haberse movido tan rápido. Un fuerte y molesto pitido apareció en su cabeza. Gimió por lo bajo y se llevó una mano a la frente.
Entonces miró al español sentado a su lado y se dió cuenta de algo, le faltaba la parte superior del pijama. Se miró a sí mismo y vio que tampoco la llevaba. Alzó un poco las cejas y se dirigió a él:
-Oye, ¿por qué no tenemos...?
Pablo lo miró de una forma casi imposible de descifrar.
-No lo sé -tragó saliva-.
-¿Tú y yo...?
-No lo recuerdo. Pero dijimos que nada de eso se repetiría, y...
-... No se repetirá, lo sé.
Gavi asintió. Ninguno de los dos se movió después. Quedaron sentados, uno enfrente del otro, mirándose fijamente, sin lograr entender la mirada del contrario. Puede que pasaran un par de minutos en silencio, perdidos en los ojos del otro. Luego, como si de dos imanes se tratara, sus cuerpos comenzaron a acercarse, a atraerse entre sí.
Sus rostros estaban cada vez más cerca, y ellos ni ni siquiera eran conscientes del todo. El corazón de Gavi comenzó a latir desenfrenado, la respiración de Vinícius a volverse irregular.
Llegó el punto en el que a Pablo le bastaría con estirar un poco el cuello para rozar los labios de su rival. Pero no iba a hacerlo, no otra vez. Aquello no estaba bien, ¿verdad?
No es que un beso fuera a cambiar nada, pero eso no le parecía correcto.
Más bien, no le parecía que la sociedad en la que vivían pudiese aceptar algo como aquello. Algo como lo que fuese que pasase entre ellos dos.
Porque podía seguir empeñado en negarlo, pero a ver cómo le explicaba a su corazón que dejase de acelerarse cada vez que lo veía, o que reprimiera constantemente las ganas de tocarlo todo el tiempo.
Vinícius se acercó más, acarició el lóbulo de su oreja con sus labios entreabiertos.
-P-para, esto no está bien... -susurró Pablo, pese a que no había nadie allí que pudiese oírles-.
-¿Sabes? Creo que eso está dejando de importarme en lo referente a tí...
Gavi casi larga un suave suspiro al oír eso, pero se contuvo. Vinícius acercó sus labios a la mandíbula apretada del sevillano. Y aún en susurros, habló.
-Creo que estoy empezando a...
Nada. No pudo decir nada más. Alguien llamó a la puerta, luego se oyó una voz femenina:
-Servicio de habitaciones, ¿está todo bien por aquí?
Vini cerró los ojos, apretó la mandíbula y se apartó.
***
Un buen rato después, sobre las doce de la mañana, Pedri ya había conducido en su coche hasta el hotel donde Gavi se encontraba, y Vini hizo lo mismo hasta su casa.
Al llegar, se encontró a Rodrygo en el salón, tirado en el sofá. Había una particularidad: el brasileño estaba literalmente mirando la pared, pero no podía dejar de sonreír.
Su mejor amigo, al verlo, se acercó, también sonriente.
-Te veo bien. ¿Qué tal te ha ido?
Rodry se giró hacía él, sonriendo emocionado.
-Bien -volvió a apoyar su cabeza en el sofá y miró hacia el techo-, muy bien.
-Me alegro, en ser...
De repente Rodrygo ahogó un grito y se incorporó de golpe. Miró a Vinícius con una sonrisa diferente a la de antes, una sonrisa más bien pícara. El otro se calló.
-¿Y a tí? Me he enterado de que te ha tocado compartir cama...
-Habéis sido vosotros, ¿no?
-Por supuesto.
-Pues me ha ido... No lo sé, todo lo bien que puede irle a dos personas que... duermen juntas.
-Imagino que dormir no ha sido lo único que habéis hecho, ¿no?
Vini vaciló un momento y dijo:
-Lo único, sí.
Rodrygo alzó mucho las cejas.
-¡¿Lo único?!
-Ajá.
-¿No ha pasado nada? -seguía sin creerlo-.
Vinícius negó con la cabeza.
-Pero... ¡¿Nada de nada?!
-Nada de nada.
Rodry bufó con fuerza, haciendo una mueca de impaciencia.
-Un momento -dijo, y se marchó-.
Se fue del salón sin decir nada más, volvió a los pocos segundos. Se detuvo delante de su mejor amigo y puso dos huevos delante suyo, sobre la mesita.
-¿Dos huevos? -le miró divertido-.
-¡Sí, los que te faltan para decirle a Gavi que te gusta de una condenada vez!
A Vini se le borró la sonrisa. Lo miró mal.
-Qué gracioso eres.
-Lo sé, suelen decírmelo. Pero hablo en serio, Vini.
Él bufó.
-¿Y qué se supone que debería hacer, eh?
-¿Hace falta que te lo explique? -preguntó como si fuese obvio (en realidad lo era)-.
Se mantuvieron en silencio unos segundos, luego el más moreno habló.
-¿Sabes? En realidad, lo he intentado...
La expresión de Rodrygo se relajó notablemente. Se transformó en una de ilusión.
-¿En serio?
Ahora fue Vini el que se dejó caer en el sofá y se colocó mirando al techo.
-Sí -suspiró-. Pero el servicio de habitaciones me interrumpió antes de que pudiese decir nada, así que...
***
Este capítulo es un poco más largo que los demás 👏🏻👏🏻.
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Te odio - Vinícius Jr x Gavi
Fanfiction-Te odio. -¿Ah, sí? Anoche no parecías opinar lo mismo. *** Dos jóvenes estrellas del fútbol. Rivales, destinados a odiarse. Ninguno logra entender porqué siente tantas cosas cuando el otro está cerca. *** SIN MALA INTENCIÓN HACIA NADIE. SITUACIONES...