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Me despierto, llevo mi pijama puesta y no recuerdo siquiera como es que me vestí, debo ir a trabajar así que tomo una ducha rápido y bajo al comedor a desayunar, ahí ya esta mi papá con su traje puesto y mi mamá en la cocina con su mandil como todas las mañanas.

-Leah ¿estas bien?-pregunta mi mamá desde la cocina

-umm,si, ¿por?

-hija, ayer llegaste muy rara-intercede mi papá- sólo llegaste y te fuiste a tu cuarto, te dijimos si querías cenar y que como te había ido en la entrevista, estabamos muy preocupados por saber en donde estabas y tu sólo nos miraste y te fuiste a tu recámara, pensaba ir a hablar contigo pero tu mamá me dijo que talves eran muchos cambios los que ha habido en tu vida así que no quisimos incomodarte, sólo te pido que si tienes algo por lo que estas atravesando cuentas con nosotros para apoyarte.

No puedo creer que todas esas palabras hayan salido de mi papá, él casi nunca hablaba conmigo, él sólo se dedica a trabajar y a darme "un ejemplo a seguir", en cambio mi mamá me dedica más tiempo, hasta cierta edad fue mi confidente, y yo fui el suyo, eramos inseparables, siempre que hacia algo malo era ella quien me regañaba no mi padre, me ayudaba con tareas, le contaba todo lo que me pasaba en la escuela día a día, le hablaba sobre los chicos que estaban lindos, también le decía como habían estado las fiestas a las que iba, pero con mi papá nunca tuve ese acercamiento como para contarle todo, ahora es él quien esta hablando conmigo y no mi mamá, al parecer todo aquí ha cambiado, incluso los roles de mis papás.

-si, gracias, en verdad...-sonrío, es todo lo que puedo hacer.

No recuerdo lo que paso ayer, no recuerdo haber visto a mis papás, hoy mismo sacaré una cita, la necesito urgentemente, no puedo, ni debo, ni quiero seguir así.

Termino de desayunar y voy al baño a lavarme los dientes, después de eso me pongo un poco de perfume, retocó mi labial y me voy al trabajo, no sin antes contarles a mis padres como me fue ayer y porque fue que llegue tarde, claro, omitiendo la parte de Patrick.

Esta vez como ya es tarde tomo un taxi para ir rápido, llego a las 8:20, diez minutos antes de mi hora de entrada, Derek ya esta en su oficina, al verme se levanta de su asiento y se acerca a mi para colocar sus labios en mi mejilla en forma de saludo, yo le devuelvo el beso.

-¡buenos días hermosa! ¿como dormiste?

No puedo evitar sonrojarme, no estoy acostumbrada a esos halagos.

-bien gracias-sonrio.

-muy bien- él también sonríe - aquí tienes tu uniforme ayer no fue necesario pero hoy sí, tienes 2 pacientes asignados así que por favor ve a cambiarte, ¡ah por cierto! Aquí esta tu llave del locker que te corresponde, ahí podrás acomodar tus pertenecías.

-ok, gracias.

Voy al baño para poder cambiarme, definitivamente estoy arruinada, hoy venia muy arreglada para atender decentemente vestida y Derek sale con esto, pensé que este hospital era diferente y que no ocupaban uniformes.
Al fin salgo del baño y Derek esta precisamente enfrente de la puerta.

-te sienta muy bonito el color azul Leah, te ves muy linda.

Ahí va de nuevo esa sangre a acumularse en mis pómulos.

-Haha, no soy yo, es el traje, aun así gracias.

-mira, ella será tu primer paciente, ya te explicara su problema.

-buenos días-digo mientras extiendo mi brazo

-ese es mi problema niña, no puedo mover los brazos-responde mi primer paciente del día, una señora de unos 60 años aproximadamente, su voz es tan ronca que me asusta el tan sólo escucharla.

-lo siento...yo...no sabia-me disculpo

-tranquila Leah, no pasa nada, esta bien- Derek aboga por mi- ¿verdad señora?

-si, claro, solo no lo hagas de nuevo muchachita.

-Leah-dice Derek reclamando mi atención- puedes venir un momento conmigo por favor, ammm... Señora por favor entre al cubículo 3 y quitese la blusa.

La señora asiente y entra, él comienza a caminar hacia su oficina y yo lo sigo, espero mientras el toma asiento en la silla de su escritorio.

-sientate-extiende su brazo haciendo ademán de invitarme a tomar asiento.

Hago lo que me dice.

-princesa, no puedes ir en este consultorio así porque si, todas las personas que vienen no son tus amigas, no a todos les vas a caer bien, esa señora es muy especial, debes tratarla con más cuidado del normal, así habrá mucha gente, vi que te sacaste de onda con el comentario que te hizo y te entiendo pero...así es la vida corazón, ¿estamos?

-claro Derek, no hay problema, gracias de nuevo, creo que nunca dejare de darte las gracias por una cosa u otra.

Salgo de su oficina y voy hacia en cubículo donde esta la señora, hago lo que tengo que hacer unos cuantos masajes, movimiento con aparatos, electrodos natación y ya, un paciente menos, él otro llega casi una hora mas tarde de que se fue la señora, él esta lastimado del codo así que hago casi lo mismo. Al terminar con él, checo la hora y me sorprendo al ver que ya son las 2, ¡que rápido se pasa el tiempo aquí!, voy con Derek a su oficina pero al tocar la puerta nadie responde, me arriesgo a abrir la puerta y no hay nadie, lo busco y por todos lados y no esta, ¡ah! ¡los cubículos! Voy para allá y solo hay dos que están cerrados, toco en el primero y me responde una voz de chica, le pregunto si hay doctor con ella y me responde que no, voy hacia el otro y me responde Derek.

-Derek, sólo quería ver que mas pue...-digo al terminar de abrir la puerta corrediza.

-¿que pasa Leah?-él me mira confundido, ¡acaso no lo ha notado!

¡¿Por que dijo mi nombre?!

Mi vida...¿contigo? (PAUSADA HASTA NUEVO AVISO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora