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La estadía en Busan estaba siendo buena, los señores Bang nos habían acogido amablemente y a cada uno nos dio un cuarto propio pero lo que más me llamó la atención fue no ver a Chan. Pregunté por él y la única información que recibí fue un "llega en la madrugada, tuvo algunos asuntos personales".

No pregunté más.

Me refugié en esas cuatro paredes y lo que hice toda la noche fue lo más interesante del mundo; llorar. Llorar en silencio hasta quedarme sin lágrimas.

Mi compañera de la noche fue la solitaria luna, ni siquiera las estrellas salieron a darle compañía, era una triste y desolada madrugada. Caí rendido cuando dieron las dos de la mañana, deseando las buenas noches a un amor que se encontraba a kilómetros.

La puerta fue tocada y se escuchó un canto—. ¡A levantarse!

Y con mis pocas ganas de vivir; me levanté de la cama.

Mi mañana fue de las aburridas ya que no tenía mi celular para distraerme o escaparme de las absurdas y aburridas conversaciones.  Mis ojos miraban con insistencia la puerta, esperando que esta fuera abierta.

Mis sentidos se activaron cuando escuché el teléfono sonar.

—¿Si? Oh, ya estás llegando, te iré sirviendo. ¡Maneja con cuidado!

—¿Alguna novedad?—. La voz de mi madre se hizo presente.

La señora Bang sonrió—. Mi Channie ya está por llegar.

Ambas se dirigieron a la cocina en espera del mayor. Seguí comiendo en compañía de mi padre y del señor Bang; escuchando la aburrida charla de las empresas.

—Está a nada de cumplir el mes—, intentó susurrar pero no le sirvio de mucho ya que llegué a escucharlos.

—Una semana y listo.

Más y más charla poco interesante.

La puerta fue abierta y el sonido de pisadas se hicieron presentes, pero eran pequeñas y filosas, y sin estar listo sentí un peso sobre mis piernas.

—¡Hey!—mi sorpresa se dio a notar, bajé mis manos para darle dulces caricias al animal que estaba sobre mi—. ¿Quién eres tú?

—Se llama Berry, la traje para pasar un lindo momento familiar—. Bang caminó a su madre y la saludó con un cálido abrazo, lo mismo hizo con su padre.

No había saludos secos ni cortantes, su relación era muy distinta a la mía con mis padres. Se notaba el amor de familia mientras que en mi situación solo existía un amor controlado.

—Ahora si estamos completos, será una linda salida familiar.

Reí sin entender de lo que hablaba pero sabía que la señora Bang era muy amorosa, quizás sea por eso.

Subí a mi habitación a la espera de Chan, debía dejar que se acomode antes de bombardearlo con preguntas. Tenía que saber cómo terminó el partido y, sobre todo, averiguar cómo estaba Minho y la única persona que me haría ese favor era él.

—¿Puedo ...?—lo jalé de la muñeca, haciendo que gritaran por la impresión.— al menos deja que termine de entrar.

—Lo siento—, mis ojos se volvieron dos perlas brillantes.

Rain Kisses || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora