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El carro iba en total silencio, un tortuoso silencio incómodo que ninguno se atrevía a romper.

Al subir el carro, este se puso en marcha para regresar a la ciudad, llevábamos casi una hora de viaje y solo se escuchaba el ruido de los otros carros, la incomodidad era tapada por la radio prendida.

Mire de reojo a Minho, tratando de descifrar el porque él estaba molesto, quien debería estar enojado era yo. Yo fui quien quedó en segundo lugar por minutos, por fin me tomó importancia cuando me fui.

Quizás esta así porque te vio con el chico rubio.

¿Eso era posible? Negué por la terrible excusa, solo conversábamos en cambio él estaba muy cerca de la peliteñida.

Vuelvo a removerme en el asiento y apoyo mi cabeza en la ventana.

—¿Quieres escuchar algo más?

Volví a verlo con incredulidad, ¿de verdad solo eso iba a decir?

—¿Que?

—Nada—.Ese es el problema.— ¿Cuánto falta?

—Menos de veinte minutos, ¿por qué?

—Déjame en la casa de Félix.— me abracé a mi mismo, empezaba hacer frío.

—Te dejaré en tu casa, tus padres deben estar preocupados.

¿Desde cuándo le importaba lo que dijera mis padres? Me senté mejor en el asiento, aún viéndolo—. Dije que me dejaras donde Lix ¿puedes o no?

Lo vi apretar el volante.— ¿Tus padres saben que irás?

Resoplé—. No debo pedirles permiso, ya soy mayor.

—No dije que no lo fueras, Jisung. Pero es diferente...

—¿Diferente en que? Mejor no hables que estas en falta por la estupidez que hiciste.

—Y según tú ¿que hice?

—¡Ah! No sé, dejarme tirado por tu próximo polvo tal vez.—sonreí con falsedad.

–—¿Próximo que...? ¿En serio creías que me iba a enrollar con ella?— me quede en silencio cuando su voz pasó de una calmada a una dura—. Responde.

No se—. Si.

—Perfecto— soltó negando.

—Pues perfecto, siempre es lo mismo ¿o te tengo que recordar como nos conocimos?

—¿Seguro que quieres recordarlo?— me lanzó una sonrisa matadora. ¡Dios! ¡No quería recordar eso!

—¡No lo decia por eso, tonto!—le pegué—. Pero sabes a qué me refiero, no se ni porque sigo aguantando tus estupideces.

—Solo fui amable con ella, además...

Lo corté–. ¿Amable? Es la misma excusa repetida que me das y yo soy solo un tonto que te las cree.—miré por la ventana y vi que habíamos llegado—. Déjame donde Felix.

—Bien.

Después de esa última respuesta, cortante respuesta, nos encontrábamos a dos cuadras del departamento del pecoso, enseguida le mandé un mensaje.

Lee estacionó el carro en la entrada y agarré mis cosas pero antes de bajar sentí un agarre en mi muñeca, el calor por su contacto me invadió como siempre, cada vez que me tocaba sentía estas cosas—. ¿Podemos hablar? Calmadamente.

Suspiré—. Estoy cansado, mejor otro día. Buenas noches.

—Te digo la verdad...

—Buenas noches, Minho.

Rain Kisses || MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora