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"Yo no escribiría sobre tu aburrido vecino", dijo Adán.

Recibí una llamada de mi tía, quien me dijo que la cena estaba lista y que fuera a cenar con Adán. Salimos corriendo bajo la lluvia en una noche de serenidad, y antes de llegar, Adán comenzó a jugar tirándome agua. Cuando llegamos a casa, estábamos empapados.

"Harry, ve y cámbiate de ropa para que no te enfermes", dijo mi tía, y también le ofreció ropa a Adán para que se cambiara.

"¿Me puedo cambiar aquí?", preguntó Adán.

"No, no te quiero ver semidesnudo", respondí.

"La verdadera desnudez está en la transparencia del alma, en la pureza de los sentimientos", bromeó Adán. "¿Dónde queda el baño?". No quería ver la parte íntima de Adán y no estaba exactamente decidido sobre mi orientación sexual.

Cinco minutos más tarde, bajamos corriendo por las escaleras y nos sentamos a comer con mi tía. Ella había preparado mi plato favorito: poke.

"¿Adán, te gusta el poke?", preguntó mi tía.

"No mucho", respondió Adán.

"Yo amo el poke. Si solo pudiera comer una sola comida antes de morir, sería el poke. ¡Que los dioses hawaianos bendigan el poke!", exclamé.

"Oh no, ya sé que es un poco tarde para que mañana vayan a estudiar y ya casi comienza el Aquelarre", dijo mi tía.

"¿Ustedes son brujas?", preguntó Adán.

"Somos religiosos. Pele es una figura importante de la cultura hawaiana y representa todos los elementos relacionados con los volcanes: magma, vapor, cenizas. En los barrios rurales donde la lava del volcán Kilauea ha calcinado o amenazado con destruir viviendas, se escucha a menudo el nombre 'Pele', la diosa de los volcanes. Se dice que el padre de Pele la echó de su casa en Tahití porque tenía mal carácter y siempre estaba discutiendo con su hermana, Na-mako-o-Kaha'I, que era la diosa del mar", explicó emocionada mi tía.

"Wow, es interesante. Pensé que eran cristianos", comentó Adán.

"Oh, Adán, más respeto a nuestros superiores hawaianos. Que tengas una feliz noche", dijo mi tía.

Después, ayudé a lavar los platos, mi tía limpió la mesa y me dijo que iba a ver televisión un rato, luego me lavara los dientes y me durmiera.

Cuando llegué a mi habitación, mi mamá ya estaba dormida. Cuando me acosté, se despertó, me abrazó y nos quedamos dormidos juntos.

Al despertarme, vi un fulgor de sol y me di cuenta de que la alarma no había sonado; estaba tarde para la escuela. Me levanté corriendo, me resbalé en la ducha, pero no me lastimé. Me duché lo más rápido posible, bajé corriendo y ya estaban Don Leonardo, Adán y mi tía tomando café. Adán tenía una foca monje y un globo.

EL OCÉANO EN TUS OJOS -  (NUEVA VERSIÓN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora