EL OCÉANO EN TUS OJOS - (NUEVA VERSIÓN).

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Después de un tiempo, decidí escribir un libro solo para mí, titulado Sus Ojos Azules, donde plasmo el amor que sentía por Adán.

Un día, mis amigas me invitaron a un partido de hockey. Mi tía no estaba, y mi madre me dejó ir. Cuando llegamos, vi que Adán estaba jugando con el equipo de Chicago en la final del campeonato. Fue un partido lleno de acción y emoción. En la grada, vi a su padre mirándome con una expresión seria, lo que me puso un poco nerviosa.

Después de tres horas de juego, el equipo de Adán ganó, y él se destacó como uno de los mejores jugadores. Cuando le entregaron la copa, no podía contener su felicidad. Luego, le prestaron el micrófono y, con una sonrisa, dijo: "Agradezco a mis fans y a mi padre, pero este logro es para Harry Wilson". Todos se quedaron en silencio, y vi cómo el padre de Adán se enfurecía, como si estuviera a punto de romper el vidrio de la grada.

Sin pensarlo, bajé a la cancha. Me prestaron unos patines y, al abrazarlo, sentí su calidez. Fue un momento mágico. Luego, comenzamos a bailar en la pista, con él enseñándome algunos pasos. Justo en ese momento, su padre, furioso, lo llevó por la fuerza, y la policía intervino para calmar la situación.

Cuando el partido terminó, la fama de Adán había explotado en las redes sociales. Después, subimos a su carro y nos dirigimos al puente rojo. Allí, disfrutamos de unas hamburguesas. Mientras comíamos, Adán me confesó cuánto me amaba. Le envié un mensaje a mi madre diciendo que todo estaba bien.

Al regresar a casa, el padre de Adán, en un ataque de ira, sacó toda su ropa y sus trofeos a la calle. Adán quedó sin hogar, pero feliz. Mi tía no estaba muy contenta con la situación, pero decidió dejarlo dormir en la sala.

Al día siguiente, el manager de Adán me sorprendió al contarme que estaba a punto de recibir una oferta millonaria de un equipo de hockey de alto nivel en Estados Unidos. Los meses pasaron rápidamente, y pronto nos graduamos del colegio.

La vida de Adán estaba cambiando, y yo me sentía afortunada de ser parte de su historia.