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"¡Feliz San Valentín!", dijo Adán con emoción.

"San Valentín no es solo para enamorados o parejas", respondí con cara de confusión.

"Sí, también es para amigos", aclaró Adán.

"Ok, entonces gracias", dije sonriendo.

Mi tía nos tomó una foto y nos dirigimos hacia la escuela. Adán y yo comenzamos a hablar.

"Mañana es la competencia; debemos practicar toda la tarde hoy", dijo Adán.

"Tengo miedo, Adán. No creo que lo haga bien", confesé, sintiéndome un poco triste.

"No subestimes tu poder y tu valía. Eres capaz de grandes cosas", me animó Adán.

"Lo pensaré. No sabía que eras poeta", le dije con una sonrisa.

Cuando llegamos a la escuela, mi profesora de música nos estaba esperando en la puerta.

"Hola, Harry. Hablé con varios profesores para que faltes hoy y así podamos practicar para mañana en la competencia", explicó mi profesora.

"Está bien", respondí, sintiéndome aliviado.

Practicamos casi toda la mañana, pero mis nervios no me dejaban tocar bien el ukelele. Tomé algunos descansos para calmarme.

"El miedo es solo una ilusión. Atrévete a enfrentarlo", dijo mi profesora con un tono alentador.

Después de más práctica, finalmente salió perfecto. El día pasó rápido.

"¿Te puedes quedar para ayudar a organizar las sillas?", preguntó la señora.

Adán y algunos profesores se quedaron a ayudar con la organización. Después, mi tía me recogió y fui a comprar un libro de poesía y chocolate para Adán, ya que él me había dado un regalo esa mañana. También compré un traje para cantar al día siguiente.

Cuando llegamos a casa, corrí y toqué la puerta de Adán.

"Hola, Harry. ¿Y esto?", preguntó, sorprendido.

"Feliz San Valentín", dije con una sonrisa.

"Gracias, Harry. Es mi primer regalo en mucho tiempo. Vamos a practicar para mañana", dijo Adán.

Practicamos un poco más, pero yo solo iba a tocar una melodía sin letra porque no tenía inspiración para cantar. Regresé a casa, donde mi familia estaba organizando todo para ir a verme tocar el ukelele. Después de una rutina habitual, me dormí y me desperté antes de que saliera el sol.

Con nervios, Don Leonardo me recogió y fuimos al colegio. Había muchas decoraciones y luces. Daye había hecho un cartel que decía "Un hawaiano en San Francisco" y había flores de Hawái por todas partes. Me sentí como en casa. Había muchas bandas de diferentes escuelas.

Vimos tocar varios estilos de música: pop, rock, y luego llegó mi turno. Había sillas frente a mí, mucha gente, mi familia, mis amigas, Adán y profesores. Me senté temblando y comencé a tocar la melodía de "POLA'I E". Algunos no la entendían, pero para mí era muy importante. Recordé Hawái y la adaptación me hizo llorar frente a todos.

Adán salió cantando y tocando "Hermanos de Rock".

"En la carretera, bajo el sol abrasador,
Juntos en esta aventura, sin ningún temor.
Cada nota que tocamos, cada acorde que suena,
Es un pacto entre hermanos, es nuestra condena."

La gente estaba emocionada, gritando, llorando y aplaudiendo, gritando nuestros nombres.

Después de bajar del escenario, me dirigí a Adán.

"Wow, eres una caja de sorpresas", le dije.

"¿Tú creías que te iba a dejar solo en el desierto? Jamás", respondió Adán con una sonrisa.

"Gracias", dije y lo abracé, sintiendo un calor especial en ese momento.

Luego anunciaron a los ganadores.

"El tercer lugar es para el grupo Mar.
El segundo lugar es para el grupo Escorpión.
Y el primer lugar es para Harry y Adán."

Todos gritaron de alegría y nuestros profesores y familiares vinieron a felicitarnos. Nos dieron flores y besos, y luego subimos juntos al escenario a reclamar el premio.

"Adán, el mejor premio para mí es nuestra amistad. Fuiste como un rayo en la tormenta", le dije con sinceridad.

Después, todos nos fuimos a casa, donde por todas partes nos felicitaban y abrazaban.

Cuando llegamos, había una fiesta. Mi tía había preparado comida deliciosa y había música. Vi una foto mía y disfrutamos del atardecer. Adán me miró a los ojos, y vi sus hermosos ojos azules. En un instante mágico, me dio un beso en el cachete y sentí una mezcla de alegría y nervios.

"¿Sabes? Creo que hoy fue un día perfecto", le dije, sintiendo que nuestra amistad había crecido aún más.

"Sí, y esto es solo el comienzo", respondió Adán con una sonrisa.

La noche continuó llena de risas y buena música, y en mi corazón sabía que había encontrado a un amigo para toda la vida.

EL OCÉANO EN TUS OJOS -  (NUEVA VERSIÓN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora