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Y Adán me abrazó. Luego, volvimos a casa caminando y hablando.

"Harry, ¿por qué no vamos a acampar? Sería increíble", dijo Adán.

"Nunca he acampado", respondí.

"Podemos pedir permiso e ir a acampar", sugirió Adán.

"Está bien", asentí.

Llegamos a casa y cada uno entró a la suya. Cuando me alejaba de Adán, me sentí triste y experimenté un cosquilleo en el estómago.

"Harry, podemos hablar", dijo mi tía.

"Claro que sí, tía", respondí.

"¿Te gusta alguna chica o chico?", preguntó mi tía.

"No sé, tía. Por el momento no siento amor por ninguna chica, y los chicos... no me gustan", dije.

"Está bien. Cuando sientas enamoramiento o necesites consejo, aquí estaré", afirmó mi tía.

Me fui a mi cuarto y comencé a reflexionar sobre qué es el amor y cómo sabré si alguien me gusta.

Sentí que llegó mi mamá y bajé corriendo para abrazarla.

"Hola, Harry. ¿Cómo va todo en la escuela? ¿Por qué no te has dormido?", preguntó mi mamá.

"Oh, ya me iba a dormir. Bueno, vamos, yo te acompaño", dije.

Llegamos a la habitación y le pregunté a mi mamá.

"Mamá, ¿cómo sabe uno que está enamorado?", inquirí.

"Wow, todavía no estaba preparada para este momento, Harry. Uno sabe que está enamorado de alguien cuando piensa constantemente en esa persona y desea estar cerca de ella, entre otras razones. ¿Por qué la pregunta?", respondió mi mamá.

"Mmm, solo curiosidad", dije.

"No olvides que cuando te enamores, no importará el color de los ojos, ni el color de piel, ni la religión", dijo mi mamá.

"Suena como lo que dijo Adán", comenté.

"¿Quién es Adán?", preguntó mi mamá.

"El vecino", respondí.

"¿Te gusta?", insistió mi mamá.

"No lo sé", admití.

"Está bien, siempre te apoyaré sin importar tu orientación sexual", dijo mamá.

"Está bien", respondí.

"Vamos a dormir", sugirió mamá.

Me desperté un poco enfermo de gripe, pero me organicé como pude y mi tía me llevó a la escuela. Cuando llegué, vi a mucha gente rodeando a alguien. Me despedí de mi tía y entré para ver qué pasaba. Había carteles por todos lados diciendo que Harry y Adán eran novios, y todo el mundo se reía de mí. Era falso, pero no pude evitar llorar. Entré a clases y conocí a una chica nueva, Nova. Durante la adolescencia, sería mejor amiga de ella. Tenía un cuerpo que podía conquistar a cualquier chico.

Adán estaba alejado y frío conmigo, pero estaba muy cerca de la chica nueva. Traté de socializar con ella.

"Hola, Nova, un placer conocerte", dije.

"No hablo con gays", respondió, dándome la espalda.

Todos parecían haber olvidado que gané la competencia y estaban fascinados con Nova, su inteligencia y su cuerpo.

Me encontré con Adán al salir.

"Mi padre me dijo que no me juntara mucho contigo", dijo Adán.

Me monté en el carro de mi tía, que notó que estaba llorando.

"¿Qué te pasa, Harry?", preguntó mi tía.

"Hicieron carteles diciendo que Adán era mi novio, una chica nueva me ignoró y don Leonardo le dijo a Adán que no se juntara conmigo", respondí, secándome las lágrimas.

"Eso no se va a quedar así", dijo mi tía.

Aceleró el carro y llegamos a casa. Mi tía se bajó del carro y corrió hacia la nevera. Comenzó a lanzar tomates a la ventana y puerta de la casa de Adán.

"Mañana voy a la escuela contigo, Harry", dijo mi tía mientras seguía lanzando tomates, visiblemente enojada.

EL OCÉANO EN TUS OJOS -  (NUEVA VERSIÓN).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora