Yo soy Peter Parker?

capitulo 2 :Reflejo

Tierra-56

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En las calles bulliciosas y llenas de energía de la ciudad de Nueva York, los héroes caminan entre la multitud, listos para defender la ciudad de cualquier amenaza que pueda surgir. Los rascacielos se alzan hacia el cielo, formando una jungla de concreto y cristal que refleja la luz del sol y las luces brillantes de la noche.

En lo alto de los edificios, Spider-woman se balancea de un lado a otro con sus telarañas, vigilando la ciudad desde las alturas y listo para intervenir en caso de emergencia. Su traje rojo y azul destaca entre la multitud, y su agilidad y destreza lo convierten en una figura icónica de la ciudad.

Mientras tanto, en el corazón de la ciudad, los Cuatro Fantásticos patrullan los cielos en su Fantasti-Car, listos para responder a cualquier llamado de ayuda. Con sus poderes individuales y su trabajo en equipo, son una fuerza imparable contra cualquier amenaza que pueda surgir en la ciudad.

En las calles, Luke Cage y Daredevil caminan entre la gente común, manteniendo un ojo vigilante sobre su vecindario y listos para actuar en caso de problemas. Su presencia reconfortante brinda seguridad a los ciudadanos de Nueva York, sabiendo que siempre hay héroes dispuestos a protegerlos.

Y en el horizonte, el resplandor de la Torre Stark y el Edificio Oscorp ilumina la ciudad, recordando a todos que incluso los más poderosos entre ellos están vigilantes, listos para actuar en defensa de la ciudad que aman. En conjunto, estos héroes forman una red de protección sobre Nueva York, asegurando que la ciudad siempre esté a salvo, sin importar las amenazas que puedan surgir.

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Peter Parker yacía en el frío y sucio suelo del gimnasio de la escuela, exhausto y derrotado. El frío del suelo se filtraba a través de su ropa, pero no era nada comparado con el frío que sentía en su corazón cada vez que recordaba a su tío Ben. Las ciencias siempre habían sido su pasión, su refugio seguro donde las ecuaciones y teorías ofrecían respuestas claras y precisas. Pero el deporte y cualquier actividad física le recordaban dolorosamente su vulnerabilidad.

"Desearía nunca haber estado fuera de casa ese día", murmuró, una mezcla de arrepentimiento y desesperación en su voz. Aquella discusión, trivial y sin sentido, lo había impulsado a salir, dejando a su tío Ben solo, vulnerable. Si tan solo hubiera estado allí, tal vez podría haber hecho algo, tal vez podría haber detenido al ladrón antes de que fuera demasiado tarde.

Con un suspiro cansado, se levantó del suelo, sus manos aún temblando por el esfuerzo y la emoción. Era el último en salir del gimnasio, como si prolongar su partida pudiera retrasar su enfrentamiento con el mundo exterior, un mundo que ahora parecía impredeciblemente peligroso.

Mientras caminaba a casa, la picadura de la araña que había recibido recientemente le molestaba cada vez más. Su piel estaba enrojecida y caliente al tacto, un recordatorio punzante de otro momento de su vida que deseaba poder olvidar. Absorto en sus pensamientos y en su malestar, apenas notó cuando Flash Thompson le lanzó un balón de baloncesto en un intento de burla. Sin ganas de responder o incluso de reconocer el insulto, continuó su camino a casa.

Al llegar, el ambiente sombrío de su hogar parecía reflejar su estado de ánimo. Subió directamente a su habitación, con la esperanza de que el sueño pudiera ofrecerle un breve respiro de su dolor y confusión. Pero tan pronto como su cabeza tocó la almohada, una fiebre intensa lo abrumó. Su cuerpo, ardiente y tembloroso, luchaba contra algo desconocido, algo que lo hacía delirar y balbucear incoherencias. En un último esfuerzo consciente antes de sucumbir a la inconsciencia, Peter se dejó caer al suelo, el mundo oscureciéndose a su alrededor mientras la noche caía.