Yo soy Peter Parker?

Capítulo 12: Simbionte

Capítulo 12: Simbionte

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La luz de la mañana se filtraba lentamente a través de las cortinas del pequeño apartamento de Gwen, bañando la habitación en un resplandor suave y dorado. Mi cuerpo seguía sintiendo los efectos del suero. La sustancia negra que había comenzado a invadir mi piel durante la noche parecía haberse calmado, pero su presencia seguía allí, latente, como un depredador a la espera. La sensación de que algo oscuro estaba acechando bajo la superficie no desaparecía, y cada segundo que pasaba me hacía sentir más atrapado.

Gwen dormía a mi lado, su respiración rítmica y suave. Su rostro reflejaba tranquilidad, como si todo estuviera bien en el mundo. Verla así me llenaba de una paz que hacía tiempo no sentía. Sin embargo, sabía que esa paz era efímera. La tormenta estaba al acecho, y cuando estallara, nadie estaría a salvo.

Oscorp. Connors. El suero del Lagarto y la misteriosa sustancia negra... Todos esos elementos formaban parte de una red más grande, una conspiración que apenas empezaba a desenredarse. Sabía que estaba en el centro de algo peligroso y que el tiempo se acababa.

Con cuidado, me levanté de la cama para no despertar a Gwen. Mientras me movía, sentí un hormigueo recorrer mi brazo. La sustancia negra que cubría parte de mi piel se agitó, moviéndose por sí sola, como si tuviera voluntad propia. Observé con horror cómo esa cosa reaccionaba a mis pensamientos y movimientos, como si estuviera viva. Esto no era solo un simbionte; era algo más, algo consciente.

Me acerqué al balcón, buscando aire fresco para aclarar mi mente. La ciudad seguía durmiendo, con el tráfico de la mañana apenas despertando a la vida. Las luces de Nueva York brillaban a lo lejos, pero el mundo a mi alrededor se sentía pesado, cargado de presagios. La Oscuridad no solo estaba en el exterior; estaba dentro de mí.

De repente, un dolor agudo se disparó desde mi pecho. Era como si algo en mi interior estuviera luchando por salir, como si el simbionte se resistiera a estar contenido. Caí de rodillas, agarrándome el torso con fuerza mientras el dolor se extendía por todo mi cuerpo. La sustancia negra comenzó a extenderse rápidamente, cubriendo mi piel como una segunda capa.

—"¡No! ¡No ahora!" —grité en silencio, luchando por mantener el control.

La conexión entre el simbionte y yo se estaba volviendo más fuerte, más íntima. Sentía sus pensamientos en mi mente, una oleada de ira, poder y hambre que no era mía. Este ser no solo quería coexistir conmigo; quería dominarme, absorberme. Convertirme en él.

De repente, una voz fría y desconocida resonó en mi mente, algo más profundo que un simple pensamiento. Era el simbionte, comunicándose directamente conmigo.

—"Eres débil. No puedes resistirme. Juntos seremos imparables."

Mi respiración se aceleraba, mi corazón latía desbocado. El simbionte estaba intentando tomar el control. Cada segundo que pasaba, sentía cómo su presencia me envolvía más, como si fuera una sombra viva. Mis sentidos se agudizaron, mi fuerza aumentaba, pero algo más se desvanecía: mi humanidad.

—"¡No soy débil!" —respondí mentalmente, empujando contra la invasión de su influencia.

En medio de mi lucha interna, sentí una mano cálida en mi hombro. Gwen había despertado. Su mirada estaba llena de preocupación, pero también de resolución.

—"Peter, ¿qué está pasando?" —preguntó en voz baja, su voz cargada de angustia.

No sabía cómo responderle. ¿Cómo le explicaba que algo estaba creciendo dentro de mí, algo que me estaba consumiendo poco a poco? Que el mismo poder que me hacía más fuerte también estaba devorando mi alma. El miedo y la culpa me atravesaron, pero no había tiempo para detenerme a procesarlo.