Guardo todos los garabatos y bocetos en el cajón, tapandolos con algún estupido cuento de fantasía, apago la pantalla de la computadora y guardó algunos libros en su mochila.Corrió por las escaleras hasta llegar a la puerta principal y en ese momento recibió una llamada de su madre.
—Felix, cariño ¿Estas en la escuela?
—Estoy yendo mama, aun no entro—Explicó el adolescente mientras caminaba por la calle.
—Ah, bien...Solo llamaba para avisarte que nuestro viaje se atrasó un poco un poco más...quizá una o dos semanas más—suspiro en la línea—Lo siento,en serio, los negocios de tu padre están llevando más de lo que planeamos ¿Estás bien?
—Claro mamá, no hay problema, suerte en el trabajo.
Corto la llamada, ya que ya estaba en la puerta del instituto y sabia que no eran cosas muy buenas las que lo esperaban.
Al entrar al instituto, el bullicio característico del pasillo principal lo recibió. Felix reconoció a algunos compañeros de clase y les dirigió un gesto con la cabeza en señal de saludo mientras se dirigía hacia su casillero. Su corazón latía con ansiedad.
Al abrir la puerta metálica, una hoja de papel doblada cayó al suelo. Felix la recogió y desdobló el papel. En él, encontró un dibujo grosero y palabras hirientes garabateadas en letras grandes y torpes.
Sus manos temblaban mientras guardaba el papel en su bolsillo con torpeza. Trató de mantener la compostura, pero la rabia y la frustración bullían dentro de él. Cerró el casillero con un golpe y se giró para encontrarse con el grupo de chicos que le esperaban.
—¿Qué pasa, Felix? ¿No tienes nada que decir? —se burló uno de ellos, empujándolo levemente contra su casillero.
—Aprobar se escribe con "b" Jisung.
—¿Te atreves a corregirme idiota? —El grupo de seis jóvenes se acercaron más a él, acechándolo como una presa.
—No estoy buscando problemas, chicos. Solo déjenme en paz. —Pidió, intentando mantener su voz firme a pesar de la ansiedad que lo embargaba.
—¿Quién crees que eres para hablarnos así? —dijo uno de los chicos, Christopher Bang, acercándose amenazadoramente a Felix.
Felix respiró profundamente, tratando de controlar sus emociones mientras el grupo de chicos se cerraba a su alrededor. Sabía que no podía permitirse ceder ante la ira o el miedo. Debía encontrar una manera de salir de esa situación sin terminar en problemas mayores.
—Solo quiero ir a clases por favor. —Repite aferrándose a sus cuadernos.
—¿Qué es esa cosa? —preguntó el más joven del grupo quitándole de las manos un cuaderno viejo.
—Devuelvemelo Jeongin.
—¿Por qué debería? —abrió el cuaderno encontrándose un montón de garabatos que no entendía y oraciones en un antiguo idioma.
—¿Ahora te has vuelto loco Lee? —Otro más agregó, arrebatando el cuaderno de las manos de su amigo para mirarlo con un falso miedo, que no hacía más que burlarse.
—¡Devuélvemelo ahora mismo!
Jeongin elevó el cuaderno en el aire, lejos del avance del rubio.
—¿Qué piensas hacer al respecto, Felix? ¿Vas a llorarle a tu mami? —se burló, mientras los demás chicos reían. —Ah, es cierto, ni le importas.
De repente, una voz firme cortó el aire.
—¿Qué está pasando aquí? —El grupo de chicos se giró para ver a uno de los profesores del instituto acercándose hacia ellos con expresión seria.
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Pacto con el diablo [Hyunlix]
FanfictionEl diablo no existe... Lee Felix no estaba muy seguro de esa afirmación, había pasado meses estudiando sobre el mismo como para creer que todo es literatura. Estaba cansado de los abusos y el maltrato, así que... ¿Por qué no hacer un pacto con el m...