TRES

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—No puedo creer que no tengas ni un solo amigo en este repudiante lugar —El día escolar ya había prácticamente terminado y ahora Felix, acompañado por el diablo, acomodaba su cabello en el baño. —De verdad que eres raro niño...

—Lo sé, no encajo muy bien aquí —susurró Felix, sintiendo un nudo en la garganta. —Llegue hace unos años al país, no sabía muy bien el idioma, supongo que eso fue suficiente para ser el objeto de burla de prácticamente todo el instituto, desde ahí ni siquiera intente hacer amigos nuevos.

—Eso es porquería.

El menor suspiro, mirando al peli morado a través del espejo—. Si, supongo que si. Después de todo, creo que es por eso que estás aquí.

Hyunjin arqueó una ceja, observando a Felix con interés. —¿Y qué te hace pensar eso?

—Estás aquí para protegerme ¿No?

Hyunjin sonrió con suficiencia, cruzando los brazos sobre su pecho.—No te protejo porque quiero, te protejo porque me das algo a cambio Felix...En ese "algo" está puesto mi interés. —Lee se dio vuelta, encarando a Hyunjin. —Cosa que por cierto me debes desde esta mañana...

Peligrosamente el más alto se acercó al rubio—Aquí no...—Apartó su mirada con nerviosismo—Aquí no puedo darte lo que debo...

—¿Y qué es exactamente lo que me debes? —preguntó Hyunjin, tomando el mentón de Felix para obligarlo a verlo.

—Tu sabes.

El diablo negó con la cabeza. —Tienes que decirlo, niño ¿Qué me debes?

—Mi cuerpo.

La habitación estaba tensa y en completo silencio

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La habitación estaba tensa y en completo silencio. Felix, sentado en el borde de la cama tenía la mirada baja, sin atreverse a ver al diablo frente a él. Sus manos jugueteaban ansiosamente, reflejando su nerviosismo interno.

Hyunjin, por otro lado, observaba a Felix con una expresión difícil de descifrar. Había una mezcla de curiosidad, satisfacción y algo más oscuro en su mirada. Era como si estuviera disfrutando de cada segundo de incomodidad que causaba en el joven, alimentándose de su vulnerabilidad.

—¿Y bien? —insistió Hyunjin, su voz resonando en la habitación como un eco ominoso.

Finalmente, Felix respiró hondo, tratando de reunir valor para enfrentar la situación. Levantó la mirada lentamente, encontrándose con los ojos penetrantes del diablo frente a él. Sus manos seguían temblando ligeramente, pero había determinación en su expresión. —Lo siento...No sé qué decir.

—Ya veo... —murmuró, sus ojos brillaron con una siniestra lujuria. —Parece que la inocencia aún no te ha abandonado por completo, ¿verdad? —LLevo una de sus manos al cuello del rubio presionando ligeramente—Dejame ayudarte...

Su mano se deslizó hasta el primer botón de la camisa de su uniforme y con un simple gesto lo desabotono, bajo mas su mano para hacerlo nuevamente con el resto de botones. Subió su rodilla entre las piernas del menor inclinándose un poco sobre él y con su mano libre tomó el mentón de Felix.

Pacto con el diablo [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora