SEPTEM

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Volver al instituto había sentido extraño, no había casi gente por los pasillos, y en su casillero no había dibujos obscenos ni frases de odio.

En su lugar la mayoría de estudiantes estaban reunidos al final del pasillo varios celulares tomando fotos se filtraban entre las cabezas de los adolescentes y el murmullo era tan ruidoso como los gritos infantiles.

Felix caminó lentamente hacia el bullicio, su curiosidad superando su sensatez. Al llegar, se detuvo en seco, tratando de entender lo que estaba viendo. En medio de la multitud, había un gran cartel que colgaba de la pared con letras rojas que decían: "Justicia para Jeongin".

Su estómago dio un vuelco y sintió náuseas, Hyunjin, que venía a su lado, lo sujetó del brazo, indicando que deberían irse de ahí, sin embargo sintió que su cuerpo le fallaba y simplemente se quedó en el lugar.

—No entiendo...¿No se había atragantado? —La pregunta de Felix fue soltada al aire, sin esperar una respuesta, pero para su sorpresa, una estudiante que estaba junto a él logró escucharlo.

—Sus amigos no creen lo mismo, ayer en la última hora se empezaron a esparcir los rumores de que el accidente de Jeongin no fue realmente un accidente, sino un ataque...

El corazón de Felix latía con fuerza, la adrenalina corriendo por sus venas. Hyunjin lo miró con una mezcla de preocupación y advertencia en sus ojos, como si le recordara que mantuviera la calma y no mostrara debilidad. Pero las palabras de la estudiante seguían resonando en su mente.

—¿Qué más dicen? —preguntó Felix, su voz apenas un susurro.

—Dicen que alguien lo atacó en el baño —respondió la chica, bajando la voz como si temiera ser escuchada por alguien más—. Que lo dejaron inconsciente y luego lo encontraron apenas respirando. Nadie sabe quién fue, pero están empezando a sospechar de todos.

El pecoso le dio una última mirada al diablo, entendiendo claramente como este le indicaba que mantuviera la calma; así que se tragó todo su temor y de manera tranquila respondió: —Que terrible.

Fue entonces que sintió como el agarre de Hyunjin sobre su brazo desaparecía. Se giró hacia donde estaba él.

—¿Con qué cara te presentas aquí Hwang? —Seungim se encontraba frente al peli morado, la gente se había abierto a su alrededor, haciendo del enfrentamiento un espectáculo.

—Ey...Cálmate Kim, no muestres tus garras frente a todos.

Seungmin avanzó un paso, su expresión llena de ira. —Todos sabemos que tú tuviste algo que ver con esto.

Hyunjin no se inmutó ante la acusación, su mirada permanecía fija y fría.

—Acusaciones sin pruebas, Seungmin. ¿Desde cuándo te gusta inventar historias? —replicó Hyunjin, su tono despectivo.

—¿Inventar historias? —espetó Seungmin, su voz temblando de rabia—. Sabemos bien que eres capaz de cualquier cosa para proteger a tu... —miró a Felix con desprecio—. A tu juguete.

Hyunjin esbozó una sonrisa, una que no alcanzó a sus ojos. Tomó a Seungmin del brazo y tiró de él, simulando un abrazo. —Te recomiendo que cierres la boca Kim, a menos que quieras terminar igual que Yang...o peor. —Susurró.

—¿Crees que puedes intimidarme, Hwang? —espetó—. Todos aquí saben que eres un psicópata.

Hyunjin soltó a Seungmin con un empujón, su expresión se volvió aún más oscura. —Te lo advertí, Seungmin. No sabes con quién te estás metiendo. Deberías buscar al verdadero culpable y dejar de perder tu tiempo conmigo...

Pacto con el diablo [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora