SEMEL

6.7K 542 632
                                    


Felix miró una vez más a Hyunjin con terror en sus ojos—.Recuérdame de nuevo, por favor, ¿por qué estamos aquí?

—Porque necesitas ponerte fuerte niño, no va a ser al que siempre derriban, y para cambiar eso, hay que empezar ahora.

Felix observó el vasto gimnasio frente a él, sintiéndose completamente fuera de lugar. El olor a sudor, el sonido metálico de las pesas chocando entre sí, y las figuras imponentes de los hombres levantando barras con pesos que parecían imposibles lo hacían sentir pequeño e intimidado. Se giró hacia Hyunjin, quien permanecía a su lado, imperturbable, con los brazos cruzados y una expresión de calma dominante.

—¿Y no podrías chasquear los dedos y hacerme, no se, super fuerte?

Hyunjin soltó una risa breve, oscura y casi burlona ante la petición de Felix. Aún así, había una chispa de humor en sus ojos.—Soy el diablo, Felix, no un mago.

El rubio chasqueó su lengua—. Bien...¿Por dónde empezamos entonces...?

Hyunjin observó a Felix por un momento, con una sonrisa apenas perceptible en sus labios. Le resultaba casi adorable cómo Felix intentaba salir de su zona de confort, a pesar de estar visiblemente nervioso .

—Empezamos desde lo básico —dijo, sin moverse de su posición—. Hoy no levantarás nada que te destroce, no te preocupes. —Hyunjin le dio una palmada en el hombro, que aunque ligera, tenía ese toque dominante que siempre lo acompañaba. —Vamos...Averiguemos que tanto puedes correr. 

—Correr... claro —murmuró Felix, subiendo a la cinta de correr con torpeza.

—No te esfuerces demasiado al principio —dijo Hyunjin, su tono más suave ahora—. Vamos a empezar con algo sencillo y aumentaremos la intensidad poco a poco.

Felix se sujetó del manillar con fuerza mientras la cinta comenzaba a moverse, su respiración se volvió más rápida a medida que trataba de acostumbrarse al ritmo. Sin embargo, mientras corría, su mente comenzó a despejarse, y el zumbido de la cinta de correr y el ritmo de su respiración empezaron a tranquilizarlo.

Sin que el menor se percatara, el diablo subió sutilmente la velocidad de la cinta.

Felix empezó a notar que el ritmo de la cinta de correr se aceleraba gradualmente. Al principio, no le prestó demasiada atención, concentrándose en mantener el paso. Sin embargo, a medida que la velocidad aumentaba, su respiración se volvió más entrecortada, y el sudor comenzó a formar pequeñas gotas en su frente.

—¿Hyunjin? —llamó, intentando mantener el ritmo mientras su velocidad se incrementaba aún más. Su voz estaba ligeramente agitada.

—¿Sí? —respondió Hyunjin, que estaba parado cerca, observando con una mezcla de interés y una ligera sonrisa juguetona en su rostro.

—¿Esto no es un poco... rápido? —Felix trató de mantener el tono de su voz calmado, pero no pudo evitar el cansancio en su voz.

—Puedes hacerlo.

Felix apretó los dientes, intentando mantener el ritmo mientras sentía cómo sus piernas comenzaban a arder con el esfuerzo y sentía que en cualquier momento perdería el equilibrio, pero seguía corriendo, su respiración pesada y entrecortada.

—No me... quiero... caer —jadeó, cada palabra saliendo con dificultad mientras intentaba seguir el ritmo.

El diablo, sin embargo, seguía imperturbable, manteniendo esa mezcla de autoridad y apoyo en su mirada. —No te vas a caer —respondió con calma—. Confía en mí.

Felix siguió corriendo, sus piernas moviéndose casi por pura inercia. Cada segundo que pasaba se sentía como una eternidad, pero no dejó de intentarlo. El sudor corría por su frente, su cuerpo tenso mientras luchaba contra la velocidad.

Pacto con el diablo [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora