Prólogo

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Piloto

Escrito por: elfrutas_escritor

Odio el agua a pesar de que es lo que me mantiene con vida. ¿Cuál es la razón? Desde ese día que mi familia ganó un viaje a China a los famosos estanques de Jusenkyo. En aquel día, mi vida dio un giro inesperado. Cuando mi cuerpo hace contacto con el agua fría, mi maldición se activa.

Mi hermana y yo recorremos las grandes viviendas de China en busca de los lagos malditos de Jusenkyo. famoso lago, ambos emocionados, y por decir "ambos" me refiero solo a ella llegamos al estanque donde entre forcejeo de juego tropezamos con un insecto.

Si, así de ridículo fue, tropezamos con un insecto que nos hizo caer al famoso estanque de las mil maravillas o como sea que se llame. Parece que todo era normal, nos secamos y nos dieron una muda de ropa a cada quien en ese momento, es lo que nos sucedería después sería lo que traería problemas.

Regresamos a Japón del viaje, cansado y algo sudado fui al baño para darme una ducha de agua fría, donde mi maldición comenzó a hacer acto de presencia, mis partes íntimas cambiaron al del género opuesto, me creció el busto y sentí con mayor peso mi cabeza. Mi mente explotó en ese momento porque salí rápido a verme al espejo, viendo una hermosa joven que estaba en el espejo.

Confundido y desconcertado por lo que acababa de suceder, apenas podía procesar lo que veía. ¿Qué había pasado? ¿Por qué me veía así? ¿Quién era esa chica reflejada frente a mí?

— ¿Aló, policía?, Hay una hermosa chica en mi baño, ah no cancélalo todo solo soy yo.

— ¡¡¿Espera, esa era yo?!!

Por el dia soy Uesugi Fuutarou un chico normal con una vida normal, pero en mi hay algo que nadie sabe, tengo un secreto, que es una de las peores maldiciones que podríamos imaginar.

Quizás consideremos qué la vida es una basura pero lo es ¿qué sigue?

— Hey... Raiha —le hablé y ella me miró extrañada.

— ¡¿Quién eres tú y dónde está mi hermanito?! —ella se exaltó.

— Soy yo Fuutarou —incluso mi voz se hacía más aguda sin contar que ella me daba pequeños golpecitos en su defensa.

Le intente explicar lo que paso a lo que me miro confundida, era de esperarse ni yo mismo entiendo lo que paso en este momento, ahora era del género opuesto totalmente, pareció creeré tras ver que era casi imposible .

— ¿Ahora deberás vivir como una mujer toda tu vida? — preguntó Raiha claramente preocupada.

—He de suponer que si —dije serio, ¿o sería "seria"?

— No entiendo, nada... — dijo Raiha aún preocupada.

—Yo menos, ¿aún así deberé comprar todas esas cosas de chica? —pregunto indiferente mirando hacia arriba sin esperar eso.

— Creo que si hermanito — ella suspiró rendida.

Sin más remedio que dirigimos al supermercado decidí enfrentar la situación de frente y no ser un cobarde con problemas mentales que huye. A pesar de la confusión y el desconcierto que tengo ahora, fui con Raiha a la tienda local para abastecerme de lo esencial para mi nueva vida. Mientras caminábamos por los pasillos, me encontré analizando cada producto con una perspectiva completamente nueva, algo que jamás pensé ver.

Toallas femeninas.

No podía evitar pensar en las necesidades de mi nueva forma femenina mientras buscaba productos de higiene personal y ropa nueva que usaría, ¿vendería toda la que tengo o que era lo que haría?. Cada artículo que tomaba estaba marcado por la pregunta persistente en mi mente: ¿Cómo podría adaptarme a esta nueva realidad?

— ¿Qué, qué copa soy? — no entendía a que se refiere Raiha.

— Eh, si hay un término para el tamaño de tus senos — explico mi hermana a lo que bufe.

Esto es terrible así que a medida que llenaba mi carrito de compras o bueno intentaba por que el dinero no me alcanzaba veía los artículos que antes me parecían tan comunes solo verlos y que ahora se volvieron cruciales para mi vida diaria como Mujer, me di cuenta de que mi vida nunca volvería a ser la misma. Aunque no entendía completamente cómo había terminado así, sabía que debía encontrar la manera de aceptar esta nueva identidad y seguir adelante, sin importar cuán desafiante fuera el camino por delante.

Me puse algo desafiante y lleno de determinación, quizás sean efectos por el género contrario.

Con las manos cargadas de bolsas llenas de artículos que pensaba que necesitaría en mi nueva situación, regresamos a casa, tenía una mezcla de ansiedad y resignación. La idea de enfrentarme a mi padre y explicarle lo que había sucedido me pesaba en el corazón. ¿Cómo podía comenzar a explicar lo inexplicable?

Mientras caminaba Raiha me seguía de cerca, su expresión llena de preocupación por la situación. Al ver su mirada preocupada, sentí un nudo en la garganta. No quería preocuparme más de lo necesario.

No a mi pequeña hermana

Al llegar a casa, Raiha desapareció en la cocina mientras me sentaba en la sala de estar, tratando de encontrar las palabras adecuadas para decirle a mi padre lo que había sucedido. Antes de que pudiera reunir el coraje suficiente, Raiha regresó con una taza de té caliente en la mano.

— ¿Te sentirías mejor con una taza de té caliente? — me preguntó Raiha con una sonrisa amable.

Asentí con gratitud, aceptando la taza de té con las manos temblorosas haciendo que parte del líquido cayera en mis manos. Mientras sorbía el té caliente, sentí una sensación reconfortante que se extendía por mi cuerpo. De repente mi visión comenzó a nublarse.

Pero en lugar de sentirme alarmado, experimenté una extraña sensación de alivio. Mis manos, que momentos antes sostenía la taza como las de una mujer, volvieron a tomar su forma original. La transformación había desaparecido, dejándome atónito y sorprendido.

— ¿Qué ha pasado? —pregunté, mirando a Raiha con incredulidad aun así ella sonrió, con una chispa traviesa en sus ojos

— Parece que el té caliente tiene un efecto bastante único, ¿no crees? — ella estaba feliz.

— No creo que sea el Té — contestó aliviado — creo que es el agua caliente que bueno, tiene especias del té

Apenas podía creerlo. La solución a mi problema estaba frente a mí todo el tiempo, si mi cambio pasó con agua fría, la solución era agua caliente. Con un suspiro de alivio, me di cuenta de que, aunque mi situación seguía siendo un misterio, al menos ahora tenía una forma de mantener mi secreto oculto.

Con una sonrisa de agradecimiento hacia Raiha por el Té y fui al baño a experimentar.

Desde ese día tengo un secreto referente al agua fría, al agua caliente, yo como hombre y yo como mujer, en estos momentos no sabia como tal de que trataba pero tendré que mantenerme serio ante esto, fueron raros los días que intercambiaba de género.

Continuará...

Fuutarou ½Donde viven las historias. Descúbrelo ahora