Capítulo 10: Visita A Casa Parte 1

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Capítulo 10: Visita A Casa Parte 1

Se detuvo frente a la puerta del departamento, su mente aun estaba llena de dudas no creía que dos días de tutoría fueran suficiente; dudaba de sus capacidades. Las hermanas distraídas como siempre, jamás permitieron que enseñará correctamente cada materia. Si, jugaron y aprendieron. Pero estaba seguro que lo que aprendieron en un día al otro se esfumó como padre latinoamericano.

— Solo espero que hayan hecho la tarea —dijo Fuutarou. Entro como de costumbre mirando a su alrededor. El elegante edificio le daba aires de grandeza. Algo que el podría solo soñar mas no tener. Subió hasta el último piso y toco tres veces la puerta.

— ¡Voy! —se escucho del otro lado la voz de una de las hermanas. Abrió la puerta.

— Fuutarou, ¿Cómo estás? —dijo Itsuki. el entro saludando cordialmente a los presentes.

— Bien, todo bien. ¿Y las demás? —pregunto a lo que Itsuki le siguió por detrás.

— En un momento bajan. Aunque me tomo por sorpresa lo que dijo Fumiko —hablo Itsuki. Futarou dejo la mochila en el sillón. Al abrirla saco un set de hojas con preguntas escritas en ellas.

— Estuve pensando en una forma para enseñarles. Y la única forma de averiguarlo es sabiendo que tanto saben —dijo Fuutarou. Itsuki se acercó a él curiosa para tomar una de las hojas.

— Esto... ¿Está hecho a mano? —se encontraba atónita, incapaz de disimularlo; ¿Qué motivaba tal dedicación? Al evocar a los tutores anteriores, rememoró las múltiples maneras en que habían sido tratadas. Tratadas como si fueran simplestonas, algunos incluso partieron desesperados, sin siquiera despedirse. Un silencio sepulcral bastaba para dejar heridas a estas jóvenes, que sufrían en silencio. Ningún tutor pudo aliviar su carga, y ninguno permaneció a su lado. Sin embargo, el chico parecía ser diferente, las preguntas escritas a mano revelaban su compromiso y cuidado. Itsuki dejo la hoja sobre la mesa para mirarlo con buenos ojos.

— Fumiko dijo que eras alguien bueno, y creo, que es verdad. Así que estoy a tu cuidado —dijo Itsuki. Fuutarou sonrió mirándola.

— ten por seguro que haré que se gradúen. Yo nunca me rindo, menos en los estudios —Fuutarou lo sabía, sabia lo que era estar llenó de desesperación cuando no había nadie que estuviera dispuesto a enseñarle. No entendió a la primera cada tema, pero al menos el entendía lo que pasaban las hermanas Nakano.

— ¡Uesugui-San! ¡Buenos días! —saludo Yotsuba bajando las escaleras. Él la miro serio.

— Son tardes, Yotsuba —le corrigió Fuutarou, la del listón verde solo rio avergonzada.

— ¿Eh? ¿Estás aquí? Pensé que no volverías, pero veo que Fumiko-Chan no mentía —Nino llegó a paso lento con ellos bajando las escaleras mirando a los tres, Fuutarou se mentalizo para lo que venía.

— Basta de plática, reúnan al resto. Tengo algo importante que hacer —no había tiempo para pensar ni hablar. Al menos creía que había una forma de enseñarles.

[30 minutos después]

— ¿Que es esto? —estaban confundidas ; ¿Por qué las hojas? Fuutarou era astuto. Demasiado. Si decía que no se rendía, era porque tenía en su mente mil planes ya hechos. Siempre encuentra la manera de salir adelante, para enseñarle a cinco chicas no es lo más difícil que ha enfrentado con su doble vida.

El vive sabiendo que en algún momento del día será mujer, a lo que su vez, será alguien distinto. No podría tener miedo al fracaso, al menos, ya no cree que puede ir más abajo de lo que está.

— Me preguntaba cuál era su nivel, ya que no puedo enseñarles algo que ya saben y a su vez tampoco adelantarme a un tema que apenas dominan. Es por eso que... —Fuutarou se sentó en el sillón y las miro a todas.

— Les haré un examen de prueba para evaluar sus conocimientos. Si quieren progresar harán el examen, si no quieren hacerlo, no les obligare. Pueden empezar —dijo Fuutarou, lo que encendio directamente los nervios, ellas se morian en eseos momentos.

¿Cuál era la respuesta a la pregunta número 3? De entre todas Fuutarou miro a Miku. 

Si comparaba el rostro de las hermanas, aunque bien eran quintillizas, sus rostros cambiaban ante cualquier duda que tenían. Ichika por ejemplo, solía ser el tipo de persona que respondía lo que podía el resto lo dejaba sin terminar. Seguido de ella dormía profundamente en la mesa.

Nino era otro caso, tan solo respondía al azar, facilemtne se podía notar las miradas juzgadoras que ella le daba debes en cuando. Estaba claro que aún no confiaba en el. 

Yotsuba solía leer, por lo menos, diez veces la misma pregunta. Si no entendía y no encontraba la respuesta la dejaba en blanco, algo que al menos hacia evitar una incorrecta.

Por otro lado Itsuki era quien más delataba su situación, se rsca la cabeza cuestionando cada duda y moviendo el lápiz en círculos, sabia que debía trabajar más en ella estaba claro; tal vez eran simples problemas de concentración. 

Ahora, si pasamos con Miku la cosa cambia. Era claro para el que ella de entre el resto era más inteligente. Debía poner empeño en enseñarle a ella. Tal vez podría sacar provecho y aprender las formas para hablar con cada una.

— ¿Ya acabaron? —cuestiona Fuutarou. Las hermanas niegan a lo que el azabache suspira aún agotado por el día anterior, Al menos Fumiko le mantuvo despierto hablando con el.

"Tengo sed." penso el chico quien miro a Itsuki concentrada en su examen.

— ¿Puedo tomar un poco de agua? —pregunto Fuutarou. Itsuki sabiendo que la pregunta iba para ella responde:

— Claro. Estás en casa, más o menos — le respondio la pelirroja a lo que Fuutarou asiente y se adentro a la cocina. 

Y, sin embargo, para el, el departamento de las quintillizas era una mansión de ricos. La cocina media, por lo menos, lo mismo que su departamento. Tal vez incluso más. Aunque dejando sus pensamientos de lado Fuutarou miro un vaso de agua en la mesa. No quería apartar la vista de la chicas. Con eso en mente, tomo el vaso y bebió de el aún sin dejar de ver a las hermanas.

— Fuutarou, tengo una duda —lo llamo Miku, y el dejo el vaso en la mesa.

— ¿Si? Ahora voy... —sintió si cuerpo adormecido. Tiempo después cayó al suelo dormido. Por accidente, tomo de la droga de Nino.

— ¡Fuutarou! —dijo Itsuki. Corrió dónde el chico, y aunque lo intento, para su mala suerte el chico cayó de boca contra el suelo. Debió doler si estaba despierto.

Continuará...

Fuutarou ½Donde viven las historias. Descúbrelo ahora