2-Confía en tus amigos- dice Judas Iscariote

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Lo primero que siento es como el agua helada cae por mi cuerpo, haciendo que me despierte abruptamente mientras maldigo.

-ESTA MIERDA ESTA HELADA- intento pararme cuando una mano me lo impide, al levantar mi mirada veo a James con un balde con hielo en sus manos.

-Oh ya se despertó la princesa borracha- finge sorpresa -¿Cuántas fueron sin mentir?- exige con el balde apunto de tocar el agua de la bañera dónde estoy sumergida.

-Yo....Solo recuerdo contar has la cuarta botella, no es para tanto- pronuncie apartando la mirada.

-Respuesta equivocada Lucian- vertió el balde con hielo en agua -Fueron doce botellas en total Lucian si quieres matarte por lo menos busca otro lugar.

-NOAH- grite con todas mis fuerzas, me estaba congelando.

Llegó corriendo y azotando la puerta del baño con una patada, al ver la escena donde me congelaba mientras James solo me miraba, no hizo preguntas solo coloco sus brazos debajo de mis piernas para sacarme del hielo.

-Disculpa me quedé dormido y tuviste que beber sola, no sabía que ese fenómeno iba a llegar hoy a casa- dijo mientras me dejaba en su baño privado y me preparaba un baño caliente -Relajate un rato, yo hablo con el fenómeno- tomo un bate de béisbol y aún sin colocarse por lo menos una camisa se fue a discutir con James.

Me sumergí en el agua caliente sin quitarme la ropa, tenía mucho frío, cuando por fin entre en calor decidí quitarme todo para poder bañarme como se debe.

Los conocí cuando recién me mudé a este pueblo, estaba en una pelea callejera para ganar dinero cuando esté par, se mete en medio para intervenir, a la final todos terminamos en una gran pelea que termino con labios rotos, moretones, fracturas y demás... Perdí dinero ese día, pero al parecer gane algunas amistades, recuerdo que ellos aún creían que era un chico cualquiera hasta que un borracho paso corriendo y me jalo de la camisa revelando mi pecho con vendas. Y lo único que se le ocurrió decir a James fue.

-No puedo creer que una chica nos allá hecho comer polvo- nos reímos mucho ese día.

Ya han pasado dos años de ese suceso, y tenemos más historias que un viejo en algún bar, James y yo tenemos una historia complicada mientras Noah solo es Noah alguien con quién es facil hablar y quién no hace muchas preguntas.

James es el serio del grupo, peli negro, musculoso y todo un rompe corazones, estoy segura que la chica con la entro era su última conquista. Nunca aprobó la manera con la que Noah y yo nos divertimos.

Ya estoy lo suficientemente caliente para salir de la tina, al entrar en la habitación de Noah puedo ver una larga camisa y unos boxer negros para mí. Decido dejar las vendas a un lado y solo ponerme lo que escogió para mí.

No me sorprende que sea de mi talla, busco en sus cajones un par de medias y encuentro unas con estampados de colores.

Salgo de la habitación con mi cabello aún húmedo y puedo ver cómo James y Noah están hablando tomando café, y puedo ver también lo hinchados que están sus nudillos.

-Hey dormilona aquí tienes tu café bien cargado- dice Noah con una sonrisa.

-Gracias y no puedo creer que sigas sin camisa con este frío- tomo mi taza de café y la saboreo como si fuese gloria, puedo sentir la mirada de James sobre mi.

-Ya encendí la calefacción para que no mueras de frío Lu- me hace señas para que me siente con ellos en la mesa.

-Eso espero ya que alguien prefiere que muera en otra parte para no tener que ocuparse de mi cuerpo- me siento en sus piernas mientras abraza mi cintura dándome calor.

Dios bendice a los MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora