16- No me hables del cielo, hablame de la sangre

13 4 0
                                    

5.344, 5.345, 5.346, los rebotes en la pared son el único sonido hueco en esta cueva, solo falta algunas horas para tener una reunión con el cuervo y lo que más me asusta es que ya no me importa, no me importa asistir o traicionar al imperio aquel que fue mi hogar en esta tierra tan corrompida y absurda... Suspiro antes de que las sombras cambien mi atuendo al habitual uniforme del bar, ya comenzó el toque de queda, aún puedo escuchar la alarma que viene de algún lugar de afuera, las sombras crean un muro negro que atravieso y termino en el campo de maíz, al parecer está vez mi camino es solitario, la liebre no se encuentra cerca ni los demás miembros del circo... Se me había olvidado averiguar la identidad del bufón... Tengo algunas opciones pero hay una que es muy arriesgada para siquiera pensarla...

Al sumergirme al imperio paso por la antigua Jaula del toro que la observa desde afuera con una sonrisa sanguinaria en su rostro, al verme pasar solo me guiña un ojo mientras apuesta a un nuevo titere, antes que empiece la función lo veo fruncir el ceño y negar con la cabeza, _con ese brazo tan lento ya es hombre muerto_ una sonrisa burlona se dibuja en mi rostro, solo chasquea la lengua mientras sigo mi camino, los cerdos que siempre han estado en su estado neutro como de piedras los veo un poco nerviosos, abren la puerta con apuro y esto me deja un poco tensa y en alerta mientras sigo avanzando, la pirámide me recibe de pie... Casi todos están con sus máscaras, coloco la mia en su lugar y me acerco a mi asiento.

-Ya estamos todos aquí...- dice el cuervo con un leve tono de molestia -No daré informes ya que todos sabemos que pasó estos últimos días.

-La serpiente se fue a cazar ratones- dice conejo.

-No sabía que tenía la atención de tan adorable conejita- le guiño un ojo de forma coqueta y solo se le escapa una leve risa risueña.

-¿La serpiente quiere algo más grande en su plato?- pregunto el bufón entrando en la sala empujando algo pesado en un carrito, me causa curiosidad sus grandes dimensiones.

-¿El hijo de papi no soporta no ser el centro de atención?- digo con voz soberbia y altanera.

Se hace un silencio en la sala mientras observados al bufón apretar los puños y un sonido peculiar surge de su mandíbula al moverse suavemente hacia un lado.

-Concentrarse- el cuervo golpea con su puño la mesa, haciendo que todos nos sentemos derechos y en silencio -Luego podrán ver de quién es la estrella dorada del salón.

Comienzan a dar y resumen casi identico al primer asesinado, todos suspiramos al ver el último cuerpo que es el del bebé en ese callejón, los ojos de conejo están un poco perdidos en las imágenes como si pensara en algo más hasta que un pequeño gemido escapa de sus labios...

-¿Olep?- pregunta a la imagen antes de levantarse y tocar el rostro de la mujer anclada al árbol -Es mi hermana...

-¿Porque no la reconoció al instante?- pregunta la liebre al caballo que no aparta sus ojos de conejo.

-Porque tengo más de una década sin verla y... Porque su rostro está deformado como si le algo no estuviera en su lugar.

-Según el forense- dije el bufón respirando profundo -Hay algunos indicio que indican que tuvo una operación de reconstrucción facial recientemente- le da el reporte a conejo -Allí indica que entró al programa de protección a testigos...

-Elena- la voz furiosa de Jirafa nos alerta, de un salto está junto a la imagen de la bailarina invertida -Ella tiene años en el extranjero, no debería de estar aquí y menos en esa posición, odiaba el ballet- murmura entre dientes, un hilo de sangre recorre su barbilla, se ha mordido la lengua.

-Una ves es coincidencia...- susurro.

-Dos no lo son...- termina el bufón.

-¿Pudieron identificar al bebé?- pregunto observando está imagen con atención,algo grita en mi interior, algo que no veo a simple vista.

Dios bendice a los MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora