11-Si matas una cucaracha eres bueno. Si matas una hermosa mariposa, eres malo

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No tenía tiempo para buscar al dueño de aquella siniestra risa, corri hacia el bosque y las sombras me llevaron al lugar de mi encuentro, no quisieron separarse de mi, deje que se enroscaran en mis brazos como tatuajes de serpientes a punto de atacar.

-Búho, Búho de cuello torcido... ¿dónde se esconden tus torcidas plumas?- pregunté a la noche, del suelo apareció una piedra en forma de trono

-¿No vas a sentarte? Es de mala educación mantener a una princesa de pie tanto tiempo- susurro en mi oído.

-Siempre tan considerado y silencioso- me mostró su mano con cicatrices y dedos negros hasta los nudillos, la tomé y dejé que me guiará hasta el trono.

-Sabes qué siempre lo he sido contigo princesa- su apariencia a cambiado, a simple vista parece un hombre normal de treinta tantos años, cabello rubio peinado hacia atrás, piel pálida, ojos azules y un musculoso cuerpo.

-Ya eres todo un ángel por lo que veo. Has subido de rango desde la última ves que nos vimos

-¿Lo dices por esta espantosa apariencia? Se que no va conmigo, pero desde tu caída algunas reglas han cambiado- habla con el mismo hastío y sarcasmo de siempre.

-Asi me han dicho... Dime ¿De que querías hablar? He estado algo ocupada con las desapariciones últimamente.

-Oh lo sé mi princesa, solo quería ver a una vieja amiga- sus ojos me miran con pesar -Los cielos son aburridos sin tu compañía.

-Ja... Creí que con los nuevos reyes estarías más cómodo, ya sabes con eso de angeles y demonios conviviendo juntos en "Armoniosa armonía"

-Sabes qué eso es una maldita farsa que me tiene harto- _esta conteniendo su furia_ -¿Te molesta que me quite este disfraz?

-Nunca me ha molestado tu apariencia Búho- al terminar de pronunciar mis palabras, coloco una mano en su frente y como de un trapo sucio de tratara corto su rostro con una línea fina que bajo hasta su pecho, de su disfraz salió, una cabeza de Búho con ojos grandes y oscuros, un cuello largo emplumado y su cuerpo de angel con cicatrices de guerra, solo un pantalón sencillo lo vestía.

-Asi estoy mejor, ¿y tu? No te quitarás las máscaras- pregunto con curiosidad.

Retire la capucha que me cubría el rostro -Como ves yo no he venido con ninguna máscara Búho, solo vine a hablar con un viejo amigo de los viejos tiempos.

-¿Que le ha pasado a tu cabello? ¿O tu nueva apariencia viene con este cuerpo?- me veía de todos los ángulos, su cabeza de Búho no dejaba de rodearme.

-Esto fue un trato que hice con mi actual jefe, tampoco está tan mal.

-Te queda el estilo...- de repente se pudo serio -Ellos te están buscando princesa, tienen la sospecha de que has regresado.

-Tu lo sabes con certeza... Supongo que pronto ellos lo sabrán también. No te culpo por esto, se que este encuentro es una despedida.

-Son tiempos sombríos mi princesa... Nos tiene controlados allí arriba, los actuales reyes están buscando cualquier excusa para matar a los antiguos como yo, solo nosotros sabemos la verdadera historia de su Ascención al trono.

-¿Te han marcado?- pregunté mirando directamente a sus ojos, solo asintió levemente, abrió su pico y pude ver en el interior de su garganta un sello profano -Oh mi verdugo ahora no es más que solo un perro con una correa bastante larga.

-Jajaja... Nadie lo podría haber descrito mejor- su risa triste y melancólica me estremece -Te están casando los pálidos mi princesa... Aunque hay algo curioso sobre esto..

-No des tantas vueltas Búho, a esta hora debería de estar casando- las sombras se deslizaban en mis brazos impacientes.

-Nadie ordenó a los pálidos que te persiguen, los reyes se culpan entre ellos y piden que se retiren, pero, saben que cuando los pálidos tienen una presa no la dejaran descansar hasta encontrarla.

-Ya los he visto- esto lo dejo sorprendido -Se han ido al norte por el momento... ¿Te han ordenado matarme, no?

-Asi es- susurra con pesar no puede verme a los ojos -Tuve que hacer un trato con ellos, en el cual es tu cuerpo por mis ojos.

-¿Y estás dispuesto a matarme por tus ojos Búho?- me levanté como si llevará un gran peso en mis hombros, al caminar mis pisadas quedaban marcadas en la hierva -¿Estás dispuesto a matarme a mí?- su largo cuello se inclino ante mi, lo sostuve entre mis manos -Solo tu sabes lo fuerte que es mi espíritu y mi terquedad, no te lo pondré fácil por solo ser tú- lo bese, lo bese por ese beso de despedida que nos dimos hace tantos años atrás.

-Se que no irás por el camino fácil mi princesa- sentí cada vez más el peso de su cabeza en mis manos -Y yo tampoco se los dejaré fácil a ellos- exclamó con furia a los cielos antes de sacar su fiel sable -Te daré tres minutos princesa.

-Mejor tres segundos Búho, tres eternidades...- solo sonrió y contamos tres pasos para nuestra batalla, las sombras estaban listas pero esta batalla es solo mía.

-¿Últimas palabras?- pregunto con sarcasmo -Mejor reinar en el infierno que servir en el cielo- su cuello se encogió para estar más cerca de su cuerpo mientras con sus manos blandío su sable.
-
_¿Entonces esto es todo lo que tiene el gran asesino, profanador y cruel Andras?_ pronuncie con mi voz original, es extraño escucharla después de tanto tiempo, para Andras también fue una sorpresa, una gran felicidad y honor brotó de su interior.

-Perfecta, perfecta en todo sentido...

Las sombras estaban lista para atacar al igual que yo, pudimos ver cómo Andras se movía con rapidez entre los árboles parecia una ráfaga de viendo difícil poder seguir a vista con ojos mortales, suspire y di un paso perezoso, lo esquivé.

Dios bendice a los MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora