17- Vive, vive, vive...- me susurro la muerte

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Me concentro en como el cuchillo se desliza suavemente por la carne, cortando en finos trozos, alguna melodía de una batería suena a través de mis audífonos, ignoro todo lo demás, solo pongo mi atención a seguir cortando... Al terminar los coloco en la sartén, junto algunos otros ingredientes para hacer un salteado simple de pimentón, ají, ajo y otras cosas que agregue sin pensar. El teléfono suena interrumpiendo mi momento de paz.

James.
-Te ves muy sexi friendo carne.
                                                                            8:10 a.m.

-Idiota- evito mirarlo mientras sigo con el fuego.

-No quisiste herirme- declara reposando su cuerpo a mi lado en la encimera -Pero no estoy seguro si me querías en ese lugar.

-No- respondo rápidamente -No debiste de haber aparecido allí- busco algo en la alacena que increíblemente está muy por encima de mi estatura, las sombras no quieren ayudar por la presencia de James. Este solo se estira a mi espalda y alcanza el maíz en lata.

-A veces solo tienes que pedirlo- toma un cuchillo y apuñala la lata para abrirla -Y muchas otras veces no...- vacía el líquido antes de agregar los granos a mi salteado, lo prueba con un tenedor -Esto está muy bueno.

-Aja...- lo pruebo y tiene buen sabor -Tenía algo de tiempo sin cocinar.

-Regresaste en la mañana- crítica con voz cómplice.

-No empieces- tomo una gran porción de mi plato y la mastico -No soy la única que se desvela en este lugar.

-Pero si la única que puede convertirse en el insomnio de este lugar- dice Noah en un bostezo mientras se pasea sin camisa por la sala... _¿Esas son las marcas de mis uñas?_ -Si Lu- responde como si pudiera leer mis pensamientos, se acerca y toma una porción de mi plato -Ohh no me esperaba que estuviera tan rico.

-Eso me parece ofensivo- finjo sentirme ofendida con una mano en mi pecho.

Nos reímos entre dientes, que extraño, no recuerdo haber tenido un momento así desde hace algún tiempo...

-¿Entonces?- pregunta Noah

-¿Entonces que?- le pregunto sin entender.

-¿Quien coje mejor?- James se ahoga con su café, le doy algunas palmadas en la espalda.

-No les va a gustar la respuesta a ninguno de los dos- me hago la misteriosa mientras pongo los platos a fregar y tomo un poco de agua.

-Mmm- murmura Noah entre dientes antes de quitarme la venta de mi cuello -Debería de dejar mi huella también- pasa la punta de sus dedos por la herida.

-No te atrevas- amenazó apartando su mano -No saben los problemas que me trae esta marca- me dirijo al cuarto para cambiar mi ropa.

-Es curioso como a veces se puede ser tan inocentemente cruel- recitan a Benedetti negando con la cabeza mientras me siguen.

Busco la poca ropa femenina que tengo, una falda jeans, con una botas de tacón negras altas un suéter tejido blanco y el cabello me lo dejo como siempre.

-¿Cita?- pregunta James sin palabras al verme -Estas preciosa- volteo los ojos antes de aplicarme perfume y algo de maquillaje, destapó el espejo para pintarme los labios de un tono terracota.

-¿Es alguna ocasión especial?- dice Noah con sorpresa -Cuando fue la última ves que te vestiste de mujer...- se pregunta así mismo.

-No me estoy vistiendo de mujer... Soy una mujer idiota- busco dentro de un cajón alguna pieza de piedrería, cuando siento que James pasa sus brazos por encima de mi cabeza -¿Que es esto?

Dios bendice a los MalditosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora