Capitulo 16

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En el castillo de Leed ajenos a que los vampiros habían localizado su posición, seguían con sus planes, los tacones resonaban por el piso en aquellos pasillos del castillo, llegó a una puerta y toco antes de ingresar.

- ¿Señor? – hablo Nagant entrando a la habitación – Está todo listo, espero sus órdenes para comenzar con el ritual.

El líder mostro una sonrisa macabra, por fin después de tantos años podrá obtener lo que tanto desea.

—Muy bien, Nagant. Es hora de comenzar el ritual. Trae al omega al centro del círculo mágico y prepárate para invocar el poder de la luna roja —ordenó el líder de los brujos de sangre.

Nagant asintió, salió para dirigirse a la habitación donde estaba el omega en su letargo, al llegar, le quito las ataduras de las manos y pies del omega antes de alzarlo.

Salió con él en brazos, el claro donde se llevaría a cabo el ritual estaba preparado con un círculo mágico dibujado en el suelo, velas encendidas y símbolos antiguos, el sitio se sentía con un ambiente pesado, tenso, era como si el aire pudiera tocarse.

Nagant colocó al omega en medio del círculo, por el movimiento notó que Izuku intentaba abrir los ojos sin éxito, se acercó al oído del peliverde y le susurro algo que nadie más escucho.

Izuku volvió a caer en la inconciencia, la pelimorada se alejó del círculo.

—Muy bien, Nagant. Comencemos con el ritual. —ordenó el líder de los brujos de sangre, mientras los demás brujos se congregaban alrededor del sitio.

Su líder se colocó en una zona ligeramente más alta, que parecía ser un lugar especial para dirigir el ritual. — Queridos hermanos, por fin después de más de doscientos años, por fin obtendremos el poder que tanto anhelamos, este omega es el descendiente directo de aquel que nos derrotó en el pasado. Con su sacrificio, liberaremos el poder de la luna roja y nos convertiremos en seres invencibles.

Los brujos comenzaron a celebrar su próximo triunfo. Finalmente, el líder elevo sus manos al cielo y comenzó a recitar un conjuro en una lengua extraña, las velas que estaban encendidas se apagaron de golpe, comenzó a soplar un viento fuerte y frío alrededor del círculo mágico, y la luna roja brillaba con intensidad en el cielo oscuro.

Las velas volvieron a encenderse, pero con un tono más rojo oscuro, el circulo se ilumino formando un haz de luz que se elevaba al cielo, Izuku comenzó a elevarse al mismo tiempo inconsciente.

La legión de vampiros y los cazadores quienes ya estaban cerca de la entrada vieron el haz de luz indicando que el ritual había comenzado.

—Maldición, debemos darnos prisa y detenerlos — grito Katsuki a quien ya no le importaba el sigilo tenía que llegar ahora o nunca — Quiero que los eliminen a todos — ordeno al tiempo que corría. No iba a permitir perderlo nuevamente.

En el claro, el líder se regocijaba, el ritual estaba haciendo efecto, sentía el poder fluir dentro de él — ¡Esta funcionando hermanos!, este omega será la clave de nuestra victoria.

En ese instante se escuchó un fuerte estruendo, los sonidos de la lucha y el caos se hicieron presentes. Los vampiros y los cazadores habían irrumpido en el claro.

—¡NO! — grito el líder — ¡Hermanos defiéndanse, su poder ahora es más grande, no se dejen amedrentar!

—Es inútil, Chizaki — grito con furia el príncipe vampiro — no dejare que termines el ritual y te salgas con la tuya, libera a mi omega en este instante.

A pesar de la amenaza de Katsuki, varios brujos de sangre se colocaron frente al círculo y con su poder crearon una barrera que les impedía el paso.

Chizaki soltó una carcajada — Esta vez no podrán detenernos, este omega no sabe nada de su vida pasada, no podrá usar sus poderes y tu ni todos esos chupasangre nos detendrán. El poder de la luna roja está a nuestro alcance, y nada ni nadie lo detendrá.

Katsuki apretó los dientes con rabia, pero antes de que pudiera tomar alguna acción, un resplandor blanco comenzó a rodear al omega inconsciente.

—Imposible — murmuro sorprendido Chizaki al ver la luz blanca sobre Izuku, además comenzó a sentirse débil, el poder que estaba adquiriendo con el hechizo estaba drenándose.

La luz comenzó a expandirse, disipando la oscuridad que rodeaba el círculo mágico. La barrera de los brujos de sangre tembló ante el resplandor, y Chizaki se sintió cada vez más débil.

—¿Qué está pasando? ¿Qué es esta luz? —gritó Chizaki, desconcertado y alarmado.

Katsuki, viendo la oportunidad, aprovechó la distracción de los brujos de sangre y se lanzó hacia el círculo mágico. Los vampiros y cazadores seguían luchando contra la resistencia de los brujos, pero la luz blanca que rodeaba a Izuku parecía protegerlos.

—¡Izuku! —gritó Katsuki mientras se acercaba al omega que aun flotaba. — ¡Despierta, maldita sea!

La luz comenzó a envolver a Katsuki también, dándole una sensación de calidez, vio como la barrera protectora se rompía por lo que salto lo más alto que pudo y atrapo a su omega, lo que ocasionó que el ritual se interrumpiera por completo.

—¡No puede ser! —exclamó Chizaki, viendo con horror cómo su poder se desvanecía junto con la luz blanca — regrésamelo en este instante — el líder se negaba a perder.

Corrió para atacar al príncipe vampiro, quien se posiciono para responder al ataque, pero Eijiro y Hanta se atravesaron y detuvieron a Chizaki antes de que pudiera llegar a Katsuki.

—No tan rápido, bastardo. No permitiremos que vuelvas a hacer daño —hablo Eijiro.

—La única forma en que verás a Izuku de nuevo será derrotándonos primero —añadió Hanta, preparándose para luchar.

—Kats, saca de aquí a Izuku, nosotros nos encargamos

Katsuki asintió, sosteniendo a Izuku en sus brazos, aún estaba inconsciente con esa suave luz rodeándolo. Sin perder tiempo, se alejó del claro, el vampiro se percató que conforme avanzaba los brujos de sangre iban perdiendo fuerza.

Bakugo había visto muchas veces la magia de luna, y estaba seguro de que esa luz que estaba protegiendo a Izuku era parte de eso, no estaba seguro como es que la estaba invocando pues él no sabía quién era y como usarla, pero estaba agradecido por ello, de lo contrario no habría podido rescatarlo.

Estaba muy cerca de la salida, cuando dio un paso hacia ella, algo lo impulso arrojándolo al suelo, como pudo protegió al peliverde de la caída. Al levantar la vista, vio a Nagant, la bruja de sangre, frente a él con una expresión sería.

—No podrás salir de aquí con él — hablo de una manera tranquila, no parecía querer atacarlos

—Maldita bruja, no te interpondrás en nuestro camino. —gritó Katsuki mientras se ponía de pie


ENTRE MASCARAS Y CORAZONES (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora