Capitulo 20

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—Sí, Izuku, soy yo —respondió Katsuki, abrazando a su omega con fuerza—. Estoy aquí contigo, todo termino.

Izuku se aferró a Katsuki, y comenzó a llorar, todo el miedo que sentía se disipo en ese momento, no pudo evitar temblar y sollozar mientras se aferraba a su alfa.

—Kacchan, tuve tanto miedo... pensé que moriría —murmuró entre sollozos.

Katsuki acaricio la espalda del peliverde mientras seguía abrazándolo con fuerza para tranquilizarlo y entendiera que ya estaba a salvo, lo dejo llorar que sacara todo lo que sentía en ese momento. Se sentía fatal, él debió de haber estado con su omega desde el principio, no debió ocultarle la verdad y confiar en Toshinori que le había asegurado de lo cuidaría.

—Lo sé, mi amor. Pero ya pasó, estás aquí conmigo y no permitiré que te pase nada malo —declaró Katsuki—. Te prometo que estaré siempre contigo, protegiéndote.

Izuku abrazó fuertemente Katsuki como si su vida dependiera de ello, hasta que finalmente se tranquilizó, miro hacia arriba para ver a su alfa, sus ojos estaban cristalinos por todas las lágrimas derramadas

—¿Cómo me encontraste?

Katsuki le sonrió suavemente a Izuku, secando con ternura las lágrimas de su rostro con sus pulgares.

—Es una larga historia, amor mío —respondió Katsuki— Tu tío nos informó de tu desaparición y no descansamos hasta encontrarte. Vamos salgamos de este lugar, y te prometo que te contaré todo.

Izuku se dejó cargar por su Alfa, y conforme salió del castillo se volvió a quedar dormido, cansado de todas las lágrimas que derramo, le dio unas indicaciones a Hanta y a Shota, la pequeña que llego con ellos no se despegaba del pelinegro así que la dejo a su cuidado hasta que supieran quien era realmente la pequeña.

Unas horas después Katsuki llego a su mansión, donde estaban sus padres y Toshinori, se aliviaron al ver a Izuku a salvo, pero también estaban preocupados por su estado. Katsuki los tranquilizó, asegurándoles que Izuku estaba bien y que solo necesitaba descansar. Llevó a su omega a su habitación, lo acostó con suavidad en la cama y se sentó a su lado, vigilándolo mientras dormía.

El alba se asomaba nuevamente en el horizonte, Katsuki estaba en el balcón observando el nuevo día, cuando escucho un leve quejido que provenía de su omega, se acercó a él nuevamente, Izuku comenzaba a despertar.

Se incorporo en la cama y se tallaba los ojos, la acción hizo que el Alfa se derritiera de ternura, Katsuki se sentó junto a Izuku en la cama, acariciando suavemente su cabello mientras el omega se despertaba por completo.

—Buenos días, amor mío —saludó Katsuki.

—Buenos días, Kacchan —respondió Izuku, su voz suave y ligeramente ronca por el sueño.

—¿Cómo te sientes?

Izuku se estiró y bostezó antes de responder. —Me siento mejor, ¿Dónde estamos? — preguntó al notar que la habitación era diferente a la que estaban

—Estamos en mi habitación en la mansión Bakugo — respondió de manera suave — pediré que traigan el desayuno, debes estar hambriento luego de varios días sin comer por estar inconsciente.

—Gracias, Kacchan. Y perdón por preocuparte tanto —hablo Izuku, sintiéndose culpable por todo lo sucedido.

—No tienes nada que disculpar, Izuku. Eres mi omega y como tu Alfa es mi deber cuidarte, alimentarte, mimarte, protegerte y amarte.

Luego de un desayuno que el Alfa le ayudo a terminar, decidió que era tiempo de hablar, Katsuki debía de contarle toda la verdad, no quería más secretos, lo que no se esperaba es que Izuku durante su inconciencia recordara todo.

—Izuku, mi amor, ya que has comido algo debemos hablar de todo lo que ha pasado, pero debo empezar por el inicio — respiro profundo, tenía algo de miedo de la reacción de su omega al saber la verdad, — Yo... Izuku, yo soy un vampiro

El rostro de Izuku mostró sorpresa al principio, pero luego se relajó, al inicio pensó que Bakugo le contaría como fue que lo rescató, pero se equivocó.

—Lo sé, Kacchan. Lo recuerdo todo. —Izuku habló con una calma — Luego de que me inyectaran ese elixir, recordé todo, aun no entiendo cómo ni por qué. Recuerdo nuestra vida juntos en el pasado, recuerdo cómo nos enamoramos, cómo luchamos juntos contra los brujos de sangre... Recuerdo todo.

Katsuki se quedó atónito por un momento, sin poder creer lo que escuchaba. Había estado preparado para contarle toda la verdad a su omega, pero no esperaba que Izuku lo recordara todo por sí mismo.

—Izuku... —Katsuki empezó, pero no supo qué decir. Se sentía abrumado por las emociones que lo invadían en ese momento.

—Kacchan, no te preocupes. Sé quién eres, y sé que me amas. Eso es todo lo que importa —dijo Izuku, tomando la mano de su alfa — Soy yo quien ahora pide disculpas, te deje solo durante tanto tiempo, esperaste por mí.

—No tienes que disculparte, Deku — Se sintió correcto llamarlo así, si él recordaba todo quería decir que también recordaba porque lo llamaba así — Estoy feliz de que estés de vuelta a salvo —respondió Katsuki, mientras abrazaba a su omega con cariño—. Lo importante es que estemos juntos ahora, y que podamos enfrentar lo que venga de la mano, como siempre lo hemos hecho.

—Te amo, Kacchan, ya la pesadilla por fin a terminado, ahora podremos estar juntos siempre —declaró Izuku, acurrucándose mejor en el pecho de su Alfa.

—Y yo a ti, Izuku. Te amo más de lo que imaginas —respondió Katsuki,

La temporada social fue cancelada, luego de los diferentes acontecimientos que se dieron en la ciudad, comenzando por la masacre de la familia Shigaraki y algunos nobles que estaban reunidos ahí, seguido por el ataque que hubo a la mansión Yagi donde se rumoró el secuestro del joven omega Midoriya, los supuestos actos de vandalismo que sucedió en el castillo de Leeds.

La verdad solo pocos la conocían, los padres de Denki se resignaron a que su único hijo ahora era un ser inmortal, Touya les tuvo que explicar porque había tomado esa decisión.

Izuku no regreso a la mansión Yagi, ya que Bakugo se negó a separarse de su omega y ahora vivía con él. No le importaba lo que la sociedad londinense hablara por esa relación sin estar casados, ni haber iniciado bien el cortejo, al omega realmente nunca le importó.

Aun así, el Alfa cenizo quería hacer algo bien por su omega, así que invitando a los hermanos Todoroki, los Iida, y a Denki, junto con sus padres, Yagi, Torino, Shota, la pequeña Eri que el pelinegro adopto como suya, así como algunos miembros de la legión de vampiros, a una reunión en la mansión Bakugo.

Izuku no entendía que era exactamente lo que estaba pasando, hasta que llamo la atención de los presentes.

—Los he reunido aquí — Hablo el príncipe de los vampiros — primero para agradecerles, sin la colaboración y sacrificio de cada uno de ustedes, no hubiéramos llegado a tiempo a detener a esos bastardos — Pero también los he reunido aquí por otra razón, como saben, Izuku y yo hemos decidido estar juntos, pero quiero hacerlo oficial.

Izuku miró a Katsuki con sorpresa, sin poder creer lo que estaba escuchando. ¿Estaba su Alfa proponiéndole matrimonio frente a todos?

—Quiero pedirle a Izuku que sea mi compañero para toda la eternidad — declaró Katsuki, tomando la mano de Izuku y arrodillándose frente a él al tiempo que dejaba a la vista una cajita con un hermoso anillo.

Izuku estaba sin palabras, las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos ante la emoción abrumadora que sentía. Había soñado con este momento, pero nunca esperó que fuera tan perfecto.

—Izuku Midoriya, ¿aceptarías ser mi compañero, mi omega, mi amor eterno? —preguntó Katsuki.

—Sí, Kacchan, acepto —respondió Izuku con voz temblorosa

Katsuki sonrió ampliamente y se puso de pie, deslizando el anillo en el dedo de Izuku. Todos los presentes aplaudieron y felicitaron a la feliz pareja, compartiendo en ese momento tan especial.


ENTRE MASCARAS Y CORAZONES (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora