Capitulo 12

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Santana entró con su auto en el aparcamiento, buscando cuidadosamente un lugar para estacionar. —Hay un lugar por allí, al lado del auto de Quinn— Brittany señaló.

—No, está demasiado cerca del campo. ¿Has visto la forma en que las pelotas caen por esta zona?—

—Oh, creí que era porque no querías que se te llenara de polvo—

—Bueno, por eso también— Santana admitió, estacionándose en un lugar sombreado cerca de algunos árboles. —Vamos, es hora de que veas como el equipo de las Abejas nos patean el culo—

—¿Es buen equipo, eh?—

—El mejor de la liga y ellas lo saben— Salieron del vehículo y fueron hacia la parte de atrás. Santana abrió la puerta trasera y sacó su mochila de deporte. —Es como si jugaran Tinker y Evers, pero aquí son las gemelas Winters—

—¿Uh?—

—Supongo que tendrías que saber de béisbol para que entiendas lo que hablo, es decir, que casi es una garantía de que todas las pelotas que nos lancen serán out—

—Oh— Brittany se encogió de hombros. —¿Así que estaremos aquí sudando con todo este calor y ensuciándonos solo para perder?—

—Así es— Ella colgó la mochila sobre su hombro. —Tú llévate la hielera—

—Caramba, gracias eh!—

—Ni lo menciones.— Santana usó su brazo para darle un codazo en broma a su compañera. —Ahora vamos, es hora de ver a las Airhearts darle a las Abejas un juego fácil—

Quinn sonrió y saludó con las manos cuando vió a las dos acercarse. Le dió a Santana un abrazo. —Me alegraría que tú pudieras hacerlo también— ella dijo a Brittany, quien permanecía fuera de su alcance.

—Pues bien, he escuchado que aquellas dos son de cuidado— Brittany señaló hacia las gemelas.

—Definitivamente. Tengo un sentimiento que será un juego muy rápido… ¿Qué le pasó a tu cara?—

—Oh, ehmm... mala noche en el trabajo… Santana, voy a dejar la hielera por allí y a conseguir un asiento—

—Ok—

Quinn esperó hasta que la rubia se retirara antes de preguntar a Santana. —¿Qué le pasó?—

Mirando mientras se retiraba hacia las bancas, Santana colocó sus antebrazos sobre uno de los rieles superiores de la cerca junto al campo de juego. —Odio que trabaje allí. Me dio una pobre excusa de que un hombre la golpeó—

—Oh Dios mío, ¿qué pasó?—

—No me dió todos los detalles. Su cara se ve mejor hoy que anoche. Se quemó la espalda con un cigarrillo también—

—¿Estaba ebria?—

—No. Eso ocurrió durante una de sus funciones— Santana miró hacia el campo, levemente notando los uniformes amarillos con negro del otro equipo que calentaban haciendo tiros con las pelotas. —Quinn, la hubieras visto anoche—

Quinn apretó su hombro. —¿Cómo estás tú?—

—¿Yo? Yo no fui a la que golpearon— Sacándose la gorra, suspiró y comenzó a juguetear con el ala de la gorra. —Algunas veces, ella es un verdadero dolor de cabeza pero anoche... — Santana hizo una pausa, lamiéndose los labios para dar tiempo y meditar sobre la situación. —Cuando le vi la cara no lo podía creer. ¿Cómo pudo alguien hacerle eso?—

El corazón de BrittanyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora