Tercer día en Cullffield y ya estoy frente a mi primera reunión representando un apellido completamente diferente al mío. Frente a mi tengo al rey Windsor quien no ha despegado sus ojos de mi todo el rato que hemos estado aquí; estar en un bando opuesto se siente como una traición.
Dos de mis dedos juegan con la manga larga de mi vestido, tuve que optar por uno prestado de Adnes porque los que traje no son nada aptos para este tipo de clima.
A mi alrededor no hay más que hombres ambiciosos que discuten entre sí, buscando la mejor opción a los problemas que tienen en común en sus tierras, cuando se ven con la soga en el cuello al perder comida, soldados y las esperanzas por salir invictos.
En el fondo, agradezco que me hayan permitido estar aquí pues así podré saber que fichas mover sin dudar. No he dicho más de dos palabras y estoy segura de que me guardaré las demás para evitar discusiones tan temprano.
—No veo la necesidad de cubrir las fronteras—dice Elijah, serio.
—Es necesario. Los del norte se escabullen al sur y los del sur al norte, es algo que no puede suceder sin un permiso real—responde papá.
—Elijah, de alguna manera puede servir para evitar la invasión de los soldados oscuros-añade Robert.
—Alcen o no los muros, van a encontrar la forma de entrar a nuestras naciones—se centran en mi y alzo el mentón para no demostrar inseguridad—. Es inútil buscar una solución cuando no la hay porque no sabemos como piensan y actúan, lo único que sabemos de ellos es que quieren acabarnos y quedarse con el trono del sur y el norte.
—Eres tan pesimista, Alice, ya veo el porqué tu padre permitió que te fueras de Eastford—bromea el nuevo capitán del ejército de Cranktown.
—No es personal, mi lord, pero le recomiendo que mantenga la boca cerrada si va a hablarle de esa manera—Owen interfiere.
—¿Dije algún disparate?
—Sí. Todo lo dicho sobre ella en las calles, son disparates.
—¿Podemos tener una ridícula reunión sin discusiones?—inquiere Elijah, mirando severamente a su hijo.
—Será mejor que esperes afuera, Alice—me dice Robert.
Sin rechistar, me levanto. Paso detrás de Owen y toco su hombro para que me sigua pues no planeo estar sola en los pasillos de este lugar. Mi brazo rodea el suyo mientras caminamos amistosamente alrededor del castillo, empieza a preguntar y con él no puedo mentir, me conoce demasiado bien.
—Sé que finges ser alguien que no eres, Alice—continua—. Déjame decirte que eso puede salir bien así como todo lo contrario.
—No me tires mala suerte, por favor. Necesito tenerlos bajo control y usarlos a mi antojo.
Se detiene abruptamente, empuja la puerta que está detrás de nosotros y se adentra conmigo en el salón.
—¿Para qué? ¿Qué carajos sucede contigo?—inquiere.
—Owen, sé la verdad que papá había ocultado durante dieciocho años.
—¿De qué secreto hablas, Alice?—pregunta, hastiado. Al parecer, la pequeña discusión con el capitán le subió el cólera.
—Hizo un sacrificio conmigo, fui la ofrenda para obtener todo lo que está en una posesión actualmente, ¿Entiendes lo grave que es?
—¿Qué...?—balbucea—¿Qué tiene que ver con los Stark? ¿Quién te lo dijo?
—Owen para de preguntar y deja que te explique, por favor—me desespero—. Papá después de hacer lo que hizo, sin importar las consecuencias que llegarían en el futuro no ha parado de buscar a ese niño que estuvo ahí, niño al que estoy atada por un pacto de sangre.
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El Caos Del Rey #2© [Borrador]
RomanceAlice Windsor ahora vive junto a la familia Stark después de ser traicionada por el hombre más importante en su vida. En esta travesía junto a su futura nueva familia, descubre un sin fin de secretos que permanecían escondidos entre la fría nieve d...