El Caos Del Rey #2© [Borrador]

Capítulo 15

¡Advertencia! 

Contenido Fuerte. 

Si eres sensible, no leer después del encuentro de Kassian y Alice. 

Leer bajo su propio riesgo.

•••

—Es un día hermoso, ¿no le parece? —preguntó Kassian mientras dábamos un paseo por los campos de flores más hermosos en el Sur.

Ésta mañana había despertado con unas ojeras terribles y ojos cansados pero no tuve otra opción más que levantarme y alistarme para ver al Lord que mi padre ya proclama como su yerno. En el desayuno repitió lo mucho que le agradaba y lo inteligente que es, le interesa demasiado tener su ejército entre el nuestro. 

—Sí, lo es y más por tenerlo a usted a mi lado—concebí con una sonrisa amable.

—Yo tendría que haber dicho eso, señorita. Es un placer pasear de su mano entre todas éstas preciosas flores y una refrescante brisa.

—Eso fue demasiado cliché—reí—. Y exagerado por no decir sarcástico, mi Lord.

—Cumplí mi objetivo—lo miré, expectante—. La hice reír—encogió los hombros.

—A mi parecer, lo dijo más que todo para impresionarme aunque ya es muy obvio, por su edad, que ya lo ha hecho en el pasado.

—¿Quiere decir que estoy viejo?

—No, no—negué rápidamente—. Me refería a su experiencia en cortejo.

Bajó la cabeza con una sonrisa apenada dibujada en sus labios.

—¿Qué? —pregunté, curiosa por su acción.

—No he estado con muchas mujeres. De hecho, podría decir que no tuve interés en alguna en todos los sentidos porque no he encontrado a la indicada—dijo—. Sí, la estoy conociendo a usted y es un honor que el rey me lo permita pero tengo que casarme con cualquiera en el reino que asegure una alianza fuerte. Con amor o sin amor, es mi deber casarme por mi nación.

—Tenemos algo en común—comenté—. A excepción de que solo he estado con un hombre, mi mejor amigo, Owen Seymour. Tuvimos una especie de relación que fue un total fracaso y decidimos dejarlo como una amistad, eso no nos afectó pero debo admitir que aún sigue siendo el dueño de mi corazón.

—¿Estar con él de solo estar o a ese estar? —inquirió, deteniendo el paso y posándose frente a mí con el ceño fruncido.

—¿Disculpe?

—Perdone mi imprudente curiosidad, mi Lady—pidió—. La palabra estar tiene significados un poco más allá del que conoce, mi pregunta era si usted...

—¡Oh! —puse un dedo en su boca, callándolo—No pasó a algo más, mi Lord. Mi virtud no ha estado en riesgo aún y quiero que siga permaneciendo así hasta el matrimonio.

—Al menos uno de los dos puede decir eso—susurró.

Abrí los ojos de sorpresa por esa confesión.

—¿Usted ya...?

—Soy un Lord del extranjero, tengo influencia, soy joven y muy atractivo, además de tener a miles de mujeres a mi disposición. Mujeres que no me interesa tener solo para esos favores—recalcó—; sé lo que dije antes pero eso no ocultaba que al menos tuve a una. 

—¿Cómo se llamaba? —pregunté.

—Graella Kelsey.

—¿Cómo era ella?