Magnus
Ethermoor tomó importancia para mí desde el día que entendí, que no hay nada más sagrado para los Windsor que ese castillo, y debía tomarlo, tenía que poseerlo a como dé lugar. Así que creé una estrategia perfecta de la que estaba tan seguro que saldría victorioso. La captura de Ethermoor podía parecer insignificante para los demás que solo lo veían como una simple estructura de piedra, no encontraron lo mismo que yo y por eso nunca podrán ser igual a mi; no planean, no piensan, no investigan, no se arriesgan pues viven con el miedo de dar y no ganar pero con el placer de arrebatar.
Apresuré el entrenamiento de los hombres que forman mi gran ejército militar, más de quince mil hombres marchan en mis filas; hombres sanguinarios que no le temen a nada. Cada uno de ellos obedece cada orden sin rechistar, fieles hombres que matarían por mi sin dudarlo porque saben lo que soy; saben el origen de la sangre que corre por mis venas, sangre que debe prevalecer hasta el último que porte mi apellido.
Las batallas que viví a lo largo de mi vida me prepararon para saber afrontar inteligentemente el gran camino de la vida pues sabía que no es fácil atacar un pueblo, peor la toma de un castillo perteneciente a una de las familias más poderosas del Sur. Lo lamento por Eddark pero era algo que tenía pendiente desde hace unos años, la toma del castillo negro era parte de la larga lista de mi padre y como él fracaso, es mi turno de glorificar de nuevo nuestra casa. Pero más que lamentarme, o mejor dicho, burlarme de las desgracias de aquel rey nefasto, hay una espina que no puedo sacar por más que lo intente con todas las herramientas posibles.
Aquella hija legítima al Trono de su casa. Aquella mujer irritante que recuerdo al ver una insignificante flor. Aquella mujer llamada por el nombre de una guerrera cuyo nombre aún resuena en las tabernas. Aquella mujer que se convirtió en mi mayor martirio y pensamiento a la hora de atacar.
Supongo que debe estar feliz hora complaciendo a su padre quien se hunde cada día que pasa en una completa miseria. Ella le traía suerte pero al sacarla de la ciudad, la desgracia lo envolvió como un torbellino pues aquel hombre amado por su pueblo enfermó de fiebre y esperaba escuchar la noticia de su deceso pero el idiota es más fuerte de lo que esperaba puesto que a la semana, Charles apareció con el periódico donde anunciaban la recuperación del rey.
Y como era de esperarse, la riña entre nosotros continuará hasta que uno de los dos respire. Algo que tal vez, a los reyes de nuestros alrededores, les cueste asimilar porque el respeto que nos tienen es tan grande que se les dificulta escoger un bando; a mis aliados les sucedió lo mismo, era entre Eddar o yo, su rey. Pero se complicó todo pues el sureño pudo comprarlos con la verdad y la paz mientras que yo solo pensaba en enriquecerme más hasta que escuché y seguí el sabio consejo de Charles.
Después de tantos consejos, pude tener a las grandes casas del norte de mi lado, luchando y muriendo por mi como debió ser desde que asumí al trono como el primogénito. El recuerdo de aquella vez que el primer hombre del sur después de tantas décadas, desde mis antepasados, se arrodilló ante mi jurando a los Dioses que su vida y espada me pertenecían y es así desde entonces; Lander Braken traicionó a su rey para jurar lealtad a otro, esa noticia apareció en cada periódico al igual que la orden de captura hacia Braken donde lo condenaba a la guillotina por tal traición.
Sin embargo, su búsqueda se vio en un total fracaso porque le prohibí el paso a mi nación y no hizo más que quejarse y encerrarse en su oficina por días mientras aceptaba la derrota. Ahora, debía estar retorciéndose como un gusano en el piso hinchándose más de la rabia, porque de nuevo la bestia ha sido derrotada por el escorpión con solo un pinchazo.
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El Caos Del Rey #2© [Borrador]
RomanceAlice Windsor ahora vive junto a la familia Stark después de ser traicionada por el hombre más importante en su vida. En esta travesía junto a su futura nueva familia, descubre un sin fin de secretos que permanecían escondidos entre la fría nieve d...