Capitulo 17

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Cuando la fiesta en la mansión se había dado finalizada, mis pies dolían como los mil demonios. Mis parpados se encontraban cansados y mis ideas de ir a la fiesta de la playa disminuían a medida que pasaban los minutos. 

Todos los chicas y chicos corrían hacia sus autos emprendiendo camino lejos de la mansión para posiblemente dirigirse a la otra. 

-¿Segura que deseas ir, Avril?

Gire mi cuerpo, observe atentamente con el ceño fruncido a Abelinda, la madre de Christopher quien se encontraba a unos metros de mi, en mi habitación.

-Te ves demasiado cansada querida-demando ella y negué-He mandando a un buen equipo a la otra fiesta de Chris, aquello sera un verdadero descontrol-exclamo llevando una de sus manos a su cabeza-Aunque seria un plan perfecto que tu vigilaras la situación.

Acaso ¿ella me estaba usando? pues, claro que si, intente no sorprenderme o precisamente no correr hacia ella y tomarla del cabello.

-No se preocupe, señora, todo estará perfecto. Su hijo es demasiado responsable pero con gusto vigilare la situación.

Ella asintió,  sin despedirse dio media vuelta alejándose de mi vista y de la habitación, resople en lo alto ante aquello, nadie podría cambiar la mentalidad de esa mujer, nadie en la faz del universo, y yo no era la excepción, aun me preguntaba como Christopher podía ser su hijo. En fin de cuenta, cuando todo estaba en su lugar salí del dormitorio disponiéndome a avanzar hacía la cocina. Suponiendo que obviamente no podía ir con el castaño, ademas el ya había marchado ya, restando la posibilidad me iría con los cocineros y asistentes.

Una vez que tuvimos todo resuelto, eramos solamente cinco, partimos en una camioneta hacia la playa. Al transcurso de unos 45 minutos habíamos llegado al lugar, baje rápidamente, el lugar ya era un completo desastre, ¿Como carajo habían hecho tanto alboroto en tan poco tiempo? Mi cabeza daba vueltas con lo alto de la música y el olor a alcohol y ¿marihuana? Y si pensaste que esta segunda fiesta iba a hacer con elegancia y gracia, bueno, quiero decirte que te equivocaste. Y si también paso por tu cabeza que los ricos no podían hacer una fiesta así, pues, otra vez te equivocaste. Porque ellos podían y lo hacían.

Mi pecho se oprimió ante el olor infragante de las sustancias, llevando a que recuerde a Nick, y aquellos días en donde se encontraba borracho o drogado. Intente apartar todos esos malos recuerdos de mi mente, no tenia que recordar eso, en cambio de ello debía apreciar los momentos buenos con el. Y recordando aquellos tiempos cuando estábamos en California cantando canciones inventadas por nosotros en mi habitación, al rededor de mis padres sonreí, y con un poco de nostalgia camine hacia mi objetivo.

La casa era demasiado grande para que unas quinientas o mas personas entraran, las paredes eran de madera rustica, una vez que visualice donde se encontraba la cocina camine esquivando a toda las personas bailando en la pista improvisada. Pensé una y otra vez llamar a la madre del castaño y contarle el cometido, en como Christopher se pondría furioso ante el acto. Sonreí, la primera lección del chico con 19 años, pero obviamente no lo haría, aunque esperaba que su primera lección no sea en la cárcel, por tener sustancias ilegales en su hogar.

Resople observando el desorden. Intente observar entre todas las personas sin rastro de Christopher. Visualice como los otros mozos llegaban detrás de mi, con su rostro de pocker face ante la situación, al menos no era la única impactada.

 -¡Hay que llamar a la señora!-grito uno de ellos por encima de la música, todos estaban de acuerdo con ello pero por mi lado simplemente negué aunque... la idea era demasiado tentadora y me encontraba realmente agotada.

-No tienen porque preocuparse, son jóvenes-dije y ellos me observaron incrédulos-Bueno, somos jóvenes. ¡No hay necesidad de estropear la fiesta!-grite con una sonrisa falsa-Aunque sea lo que mas quiera...-susurre para mi misma.

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