Capitulo 20

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Avril.

Semanas mas tarde en los que la rutina volvió a ser lo mismo, sobrevivir en este mundo, sin el apoyo de nadie, solamente volvía a estar sola, porque esta princesa jamas tuvo corona, y desde que nació tuvo que aprender a convivir con su armadura.

Observe a las personas colocando monedas en la gorra, las cuales no alcanzaban nunca para nada, suspire acomodando mi guitarra, y sintiendo mi corazón aún adolorido, aquellas semanas no habían sido suficientes para superar al chico castaño.

Christopher había venido muchas veces en estos días, ofreciendo sus disculpas en vano, intentaba hacerme la fuerte, intentaba superar nuestra relación y todas las mentiras, intentaba ser un soldado frente a el, que había podido vencer la guerra. Pero no era así, moría de ganas por volver a abrazarlo y besarlo, moría de ganas por creer cada una de sus palabras, y simplemente moría de ganas en programar nuevamente un futuro.

Pero aquel futuro nunca estuvo presente para mi.

Lo había rechazado cada una de las veces que aparecía ofreciendo sus disculpas, sin siquiera el, tener una remota idea de las fuerzas que y hacía para no tirarme a sus brazos, porque detrás de esa marcara simplemente se escondía la vanidosa Avril, aquella que le tenía miedo al futuro, aquella que estaba aterrada con el mundo, y aquella que quería dar segundas oportunidades, pero estaba rota por dentro.

Hacía ya días que no lo había vuelto a ver, días en los que no ver sus ojos hacía que mi vida no tuviera sentido, y me odiaba por ello. Me odiaba por ser la única que estuviera pasando por aquello, me odiaba por haber caído en su trampa y creer en sus promesas, me detestaba a mi, por tener que depender de el, y aquello era algo que solemnemente me había prometido, a mi y a mi familia que jamas nadie lograría, que jamas Avril McKardie, tuviera que depender de alguien, y aquello dolía, porque ni mis propias promesas podía cumplir.

Observe las estrellas, y como el cielo de a poco se oscurecía, debía volver al callejón, a refugiarme del frió, había pensado ya ir a algún refugió, pero aquella idea de compartir un lugar cerrado con alguien me fastidiaba.

¿Por que tendría que cambiar mi vida por el?, yo sola me había metido en sus cuentos, y me había creído cada una de sus paginas, pero así como había entrado podía salir, y saldría adelante.

Pero en aquel preciso momento todas mis ideas se fueron a la basura, y luego de días sin ver su rostro, observe como bajaba del tren, aquella imagen se me vino rápido a la cabeza como un dejavu.

Hace meses atrás no hubiera podido ver al castaño en un tren, siquiera en un colectivo, pero aquí lo tenía nuevamente, viniendo hacía mi.

No respondí, estaba cansada, ni siquiera me moví de mi lugar, no camine unos pasos a buscar la gorra con el dinero, simplemente me quede allí tocando unos acordes de la guitarra, pero ellos simplemente me llevaban a la misma melodía.

No podía sacarme la canción que le había dedicado. El sinceramente había cambiado mi mundo, pero así como lo cambio, también lo había destruido.

Christopher se acerco a paso lento, con miedo quizás a que corriera lejos de el, con miedo al rechazo o simplemente con confusión de que esta vez quedara allí, sin moverme, sin escapar de el.

Observe como sujeto entre sus manos el sombrero, y luego como acercándose me lo tendió, cosa que sin realizar ningún gesto tome entre mis manos.

El me sonrió a medias, a medida que se sentaba frente a mi, su rostro estaba cansado, y sus ojos hinchados, sabía que también estaba pasando un mal momento. Pero simple me traicionaba a mi misma si creer en su verdad, o creer en mi dignidad.

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