Capitulo 11

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Al entrar, subimos rápidamente a la planta de arriba, para mi gran suerte ninguno de los sirvientes chismosos estaba en mi camino, o de lo contrario ya esto no sería una clase de secreto.

Entramos a mi habitación y trabe la puerta con seguro.

—Tienes una "casa" extremadamente bonita y elegante, bebe-dijo mi novia mirando alguno de los cuadros que estaban colgados en algunas partes de la habitación.

—Gracias-dije casi en un susurro.

La chica se adentro al baño y pego un chillido.

—    ¿Este es tu baño? Aquí mismo podría vivir una familia. Mi dios, tienes una tina.

— Puedes usarlo si quieres.

—Estoy de suerte entonces. He traído un cambio de ropa conmigo-la morocha prácticamente corrió apresurada nuevamente al baño.

Mientras tanto. Me dispuse a limpiar mi mente y ordenar mis pensamientos.

Bien, Nick había muerto. Charlie ahora estaría detrás de nosotros y Avril se había enterado la verdad de mi maldita vida, por suerte por la última no tenia porque preocuparme. ¿No? Ella me había dado una segunda oportunidad que no debía desperdiciar.

A la media hora—casi—salió una Avril con el cabello empapado y una nueva vestimenta. Le sonreí e hice una seña para que se acercara a mí, y lo hizo, sentándose delante de mí dándome la espalda.

—Me merezco un masaje. ¿No lo crees?-sonreí y sin contestar posee mis manos sobre sus hombros y apretar estos suavemente. Así quedamos en silencio unos cuantos minutos hasta que Avril lo rompió.

—Estoy agotada...ha sido unos días muy agitados. ¿No lo crees?

—Sí que lo creo. Usted y yo señorita ahora mismo nos tomaremos nuestra merecida siesta-corte el masaje y la abrace, depositando un beso en su hombro haciendo a la chica estremecer.

Nos acostamos y nos tapamos con alguna de las mantas. Atraje a mí a Avril y esta se acurruco en mi pecho abrazándome. Minutos que parecieron horas en completo silencio acariciando su húmedo cabello hasta que sentí como pequeñas gotas de agua caían en mi remera, no era agua. Eran las lágrimas de Avril.

—Hey. ¿Estás llorando otra vez? ¿Que sucede, bebe?-pregunte haciendo que la chica me mirara, mis cálculos eran correctos, su delineador estaba corrido haciendo que las lagrimas trasparentes se convirtieran ahora en negras, acerque mis manos a cada lado de sus mejillas y con mis dedos pulgares aparte las gotas saladas de su rostro.

—Son muchos problemas los que habitan en mi mente ahora, no le temo al presente...le temo a todo lo que se viene. Nick se fue. ¿Qué pasa si Charlie me mata? ¿Y que si Charlie te mata a ti? ¿Qué pasa si me quedo sola? ¡No!  ¡No quiero quedarme sola en este mundo! ¿Donde iré? ¿Quién me acompañara si no estás tú? ¡Dios! ¡Mi cabeza va a explotar!-sollozo aferrándose aun mas a mi remera.

— ¿Te cuento lo que yo hago cuando me siento así?-me miro curiosa y apenas asintió—Ven conmigo.

Tome su mano y nos levantamos caminamos dirigiéndonos al centro de la habitación, y juntos tomamos asiento frente al piano.

Comencé a tocar una simple melodía mientras ella miraba atenta como mis dedos tocaban las teclas. Reí en el intento de Avril al tocar una simple melodía como "Feliz Cumpleaños"

—Sabes tomar muy bien el piano. ¿Cómo aprendiste?

—Toco desde los 5 años. Es solo práctica, mi padre también tocaba. Solía esperarlo hasta que llegaba de trabajar. Antes de dormir siempre nos dejábamos llevar por la dulce melodía que transmite este instrumento-en ese momento recordé como veía la manera rápida que mi padre tocaba el piano. Y yo era un pequeño ingenuo que todavía no sabía nada del mundo exterior.

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