Capitulo 37 - Un corazón roto

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Carina estaba sola en el apartamento, era la tercera noche que pasaba sola, sin su hermano y sin Maya.

Su pobre hermanito había tomado por fin la valentía de pedirle a Sarah ser su novia y aquella muchacha rompió su corazón. Se iba del país al igual que Carina, la única diferencia es que ella perseguiría sus sueños y Carina era obligada a alejarse del amor de su vida. Sarah le pidió que pasaran la última semana de ella en Seattle juntos para luego marcharse, la chica estaba completamente enamorada de Andrew, pero no dejaría pasar esa oportunidad.

Por otro lado, Carina no había podido dormir bien esas noches, extrañaba abrazar a Maya, extrañaba su olor y sus caricias. Sobre todo sus besos, sus suaves labios dejando delicados besos por sus mejillas.

Llevaba dando vueltas un par de horas en su cama. Se levantó enojada de la cama y caminó al salón, odiaba depender tanto de una sola persona, una persona que no quería verla. Su corazón dolía, era una sensación peor a todos sus corazones rotos por sus exnovias y pensaba que ni siquiera había terminado con Maya, no se podía imaginar el llegar a terminar con ella, probablemente no se recuperaría por años, Maya había inundado su ser, se había metido bajo su piel y no había forma de que alguien la sacara

Carina tampoco quería sacarla si era sincera.

Se acostó en el sofá sintiendo el frío del apartamento, en completo silencio, escuchaba la lluvia fuera, caía con fuerza. Sin evitarlo pensó si Maya estaría durmiendo o quizás tampoco podía dormir sin ella. Cerró sus ojos intentando dormir, el sofá no era lo más cómodo, pero así no sentía el leve olor de Maya en su almohada, que solo hacía extrañarla más. Por fin sintió sus párpados pesados y estaba conciliando el sueño.

Unos golpes en la puerta la despertaron, miró alrededor y seguía todo oscuro, no había dormido más de quince minutos y cuando por fin había conseguido dormir alguien la despertaba, se sentó de mala gana y golpeó un cojín, pensó en lanzarlo cuando escuchó nuevamente un golpe.

Podría ser alguno de sus vecinos. Escuchó un trueno provenir de la tormenta y rió mentalmente, era una escena de una película de terror, sonó el timbre del apartamento y gruñó

¿Quién no podía esperar?

Se levantó a abrir la puerta sin molestarse en encender las luces aún atontada por recién despertar, se encontró a Maya empapada, su cabello pegándose a su rostro y la sudadera húmeda

- Maya...- Dijo preocupada tomando su brazo y haciéndola entrar

-¡Te amo! - Dijo Maya rápidamente recuperando el aire, Carina la miró con sorpresa sintiendo una calidez extenderse en su pecho, parpadeo rápido intentando comprender que pasaba ¿era un sueño? - Te amo, Carina - Repitió Maya acelerando el corazón de Carina que iba a responderle cuando vio las gotas de agua caer de la ropa de Maya

-Estás empapada, ¿qué sucedió? - Preguntó preocupada agarrando el borde de la sudadera y quitándola, Maya levantando sus brazos ayudando a quitarla - Maya, ¿porque estás mojada? - Dijo pasando su mano por la frente de Maya quitando unas pocas gotas de agua, la gorra de la sudadera llevándose la peor parte

-Te amo - Dijo Maya sintiéndose ignorada por Carina

Su corazón dolió, quizás el haber venido en mitad de la noche era ridículo, no sabía si Carina sentía lo mismo por ella o incluso si Carina quería continuar la relación luego de todo el drama que había sucedido entre ambas, llevaban en constantes discusiones desde hace un tiempo. Se formó un nudo en su garganta pensando en que Carina no la quería más, no podría soportarlo.

Carina se alejó y miró a su novia, tenía sus zapatillas deportivas y sus AirPods en la mano, dedujo que había salido a correr con esa lluvia, muchas preguntas daban vuelta por su mente

Delicate (Marina gip) Station 19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora