Love in the Glade [TMR Newt]

Capítulo 2

Narrador omnisciente

Marie se incorporó junto a Newt y salieron de la cabaña. El chico comenzó a enseñarle el lugar.

-Allí, en el centro, como ya has visto antes, está la caja-señaló-. Allí está la cocina. Tienes que conocer a Sartén, es muy amable.

-Si se ocupa de la cocina probablemente lo vea pronto, porque estoy muriendo de hambre- rió la chica.

-Si, le verás pronto-afirmó Newt sonriendo.

-¿Qué es esa torre?-dijo Marie, señalando una torre que había cerca suya.

-A veces subimos allí a contemplar las vistas y cosas así-respondió Newt. Luego se giró para mirar a Marie-. ¿Quieres subir para ver todo mejor?

-No lo sé-dijo ella, desconfiada-. No parece muy estable.

-No te preocupes-rió Newt-. No se ha caído en tres años, no irá a caerse ahora. Además, si subimos ahora, tendrás una vista perfecta del atardecer.

-Está bien-dijo Marie-. Pero si muero es tu responsabilidad-repuso, haciendo al chico reír.

Comenzaron a subir la escalera y Marie pudo comprobar que, tal y como le había dicho Newt, era muy resistente, a pesar de su apariencia inestable.

Cuando llegaron arriba, Marie quedo impresionada por el hecho de que a pesar de la gran altura de la torre, seguía sin poder ver por encima de los muros que rodeaban el Claro.

-Si, lo sé. Yo también quedé en shock cuando subí por primera vez y no fui capaz de ver por encima de las paredes-dijo Newt, adivinando los pensamientos de la chica-. Pero trata de distraerte un poco y simplemente disfruta de las vistas-añadió con una sonrisa.

Newt tiene razón pensó Marie. Las vistas eran increíbles, y el chico podía mostrarle mucho mejor cada lugar sin siquiera la necesidad de moverse. Marie estaba disfrutando esos momentos, allí arriba, contemplando las vistas con Newt, que tan bien la había recibido. Casi sentía como si lo llevara conociendo toda su vida.
Marie estaba creando sus primeros recuerdos, y estaba contenta de que a pesar de la angustia de no recordar nada más que su nombre, eran momentos felices, bonitos y tranquilos, y deseaba que todos los que creara a partir de entonces fueran así.

Cuando más absorta en sus pensamientos estaba, notó que un chico asiático había aparecido en la mitad de las vistas, parecía haber venido de fuera del Claro, más allá de las paredes.

-¡Ey, Minho!-saludó Newt. Se notaba que eran amigos-¡Haz el favor de apartarte, tapas las vistas!

El asiático miró exageradamente a su alrededor y puso cara de confusión.

-¡Pero qué dices, Newt! ¡Si la vista soy yo!-dijo.

EL comentario hizo que Marie soltaste una carcajada.

-Presumido-rió Newt.

El asiático de acerco a la torre, y una vez abajo, hizo el ademán de subir las escaleras.

-¿Estás con el nuevito?-le preguntó a Newt.

-Si, estoy con una de los dos-respondió el rubio.

El asiático paró en seco cuando oyó la respuesta de su amigo.

-¿Una? ¿Los dos?-preguntó, esta vez confundido de verdad.

-Sube y te cuento todo-le dijo Newt.

Cuando el asiático subió, se quedó un buen rato mirando atentamente a Marie. Se notaba que no había visto una chica en su vida, al menos, que él recordase.