Capítulo 11

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Narrador omnisciente

A la mañana siguiente, nada más los primeros rayos de sol aparecieron, Minho se asomó por la puerta del Hoyo.

-¿Seguro que no queréis libraros esta vez? -preguntó Minho sonriendo, mientras miraba a Thomas y a Marie.

-Sácanos ya de aquí de una vez -rió Thomas.

Minho abrió la puerta de barrotes de madera y les ayudó a salir de allí, y después los tres se dirigieron a la entrada del Laberinto, que todavía estaba cerrada.

Pocos minutos después empezaron a abrirse lentamente, y cuando ya estaba el camino libre, Minho empezó a correr.

-¡Vamos! -avisó a Thomas y a Marie, que en cuanto oyeron la exclamación, comenzaron a correr detrás de Minho.

Minho los condujo por los pasillos del Laberinto hasta llegar a uno más grande en el que desembocaban varios más pequeños. En la pared del pasillo había un 7.

-Ésta es la sección 7 -comunicó -. Hay desde aquí se va a las Cuchillas, que las veis allí. Vamos hacia allá, es la única posible salida que hemos encontrado hasta ahora.

Empezaron a caminar entre las Cuchillas, que eran gigantes, tan altas como los muros. Mientra caminaban, Marie paró en seco al oír unos pitidos extraños, y paró a Minho y a Thomas al adivinar de dónde venían.

-¡La cosa del penitente! -dijo, sacándola del arnés de cuero de Minho.

La tomó en la mano y comprobó que, efectivamente, los pitidos venían de allí.

-Creo que nos está enseñando el camino -dijo Marie, y empezó a caminar hacia donde los pitidos eran más frecuentes.

El extraño aparato los guió a una especie de pasadizo, un camino extraño con abismos a los lados y una puerta circular al final del pasillo.

-Nunca había visto este sitio antes -dijo Minho asombrado, mientras caminaban hacia lo que parecía ser una puerta.

La decepción fue que al llegar allí, no había manera alguna de abrir eso.

-Es sólo otro camino sin salida -dijo Minho, algo fastidiado.

Marie iba a coincidir con él, pero se oyó un ruido parecido al de engranajes al encajar viniendo de la extraña puerta, y los tres se giraron hacia allí.

El asombro que sintieron al ver la puerta abrirse fue indescriptible.

Después de abrirse la puerta, una luz como de láser pasó de arriba a abajo, parecía estar escaneándolos.

-Estamos en problemas -adivinó Thomas, echando a correr.

Minho y Marie lo siguieron rápidamente al ver la puerta cerrarse y unas columnas cayendo del tejado.

Rápidamente corrieron hacia las Cuchillas, pero antes de llegar allí, una enorme pared se desprendió y estaba por caer encima de los jóvenes.

-¡No miréis atrás! -gritó Minho. Marie le hizo caso pero Thomas siguió haciéndolo.

-¡Que no mires atrás, pedazo de shank! -gritó Marie al ver que Thomas iba más despacio por mirar hacia atrás.

Pronto llegaron a las Cuchillas, y para el terror de los tres, se estaban cerrando, para poder atraparlos.

Pasaron fácilmente entre la mayoría de ellas, Minho llegó a escapar, pero Marie y Thomas quedaron atrapados en la última fila.

-¡Vamos, vosotros podéis! -les animó Minho.

Los dos jóvenes lograron hacer un último esfuerzo y pasar más allá de las Cuchillas, se unieron a Minho y pasaron a la Sección 7, cuyas puertas se estaban cerrando.

Una vez estuvieron el la Sección 7, pararon un minuto para recobrar el aliento y después Minho los guió para volver al Claro.

Cuando llegaron, habían muchos chicos esperándolos.

-¿Qué ha pasado allí fuera? -preguntó Alby.

-Creemos que hemos encontrado una salida -dijo Thomas -. Es a donde los penitentes van de día.

-Espera, ¿estáis diciendo que tenemos que ir directamente al hogar de los penitentes? -dijo Chuck, algo alarmado.

-Sí, pero su entrada podría ser nuestra salida, Chuck -contestó Marie.

-Lo que pasa aquí es que Thomas y Marie no saben lo que han hecho, como siempre -acusó Gally.

Marie y Thomas se dieron la vuelta bruscamente para contestarle a Gally.

-Bueno, al menos hemos hecho algo Gally -repuso Thomas -. O sea, ¿que has hecho tú? Aparte de esconderte detrás de estos muros.

-Dejadme deciros algo, nuevitos -dijo Gally furioso -. Habéis estado aquí tres días. Yo he estado aquí tres años.

-¡Si, has estado aquí tres años y todavía sigues aquí! -contestó Marie -. Tal vez eso signifique que tienes que empezar a hacer las cosas un poco diferente.

-¡Chicos! -dijo una de las chicas. Al parecer había despertado ya -. No peleéis.

La otra chica estaba a su lado, parecía más tímida.

-Tiene razón -dijo Alby -. No ha estado bien que os peleéis. Esta vez os lo paso pero no lo repitáis.

-Está bien -dijo Marie.

Después Marie fue a visitar a Newt, para contarle como había ido todo en el Laberinto. Nada más entrar por la puerta de la cabaña del chico, él se sentó en su cama y le indicó a Marie que entrase.

-Veo que ya habéis vuelto -dijo Newt, sonriendo.

-Sí, y tal vez hayamos encontrado una salida -dijo Marie.

-Eso está muy bien -respondió Newt, y después siguió hablando -. Marie, pensaste bien lo que te dije, ¿verdad?

-Sí - dijo ella -. Y la verdad Newt, lo siento si te hago sentir mal o algo así, pero de verdad que no veo por qué podría afectarme tanto ser Corredora.

-Está bien, tampoco esperaba que lo supieras tan pronto -dijo él mirándose las manos, con una sonrisa triste -. ¿Sabes qué? -añadió girándose a ver a Marie -. Lo mejor sería que te contase ya que me pasó a mí, así lo entenderías.

-Está bien, te escucho -respondió Marie.

-Bien, yo-

Newt no llegó a acabar, ya que Minho apareció en la cabaña, interrumpiendo su frase.

-Lo siento mucho por interrumpir, chicos -dijo, parecía algo asustado -. Pero tenemos un gran problema.

-¿Qué pasa? -preguntó Newt, frunciendo el ceño.

-Sí, ¿qué tan grave es? -añadió Marie, no sabía que podía ser lo que estaba pasando.

-Mejor venid a verlo por vosotros mismos -contestó Minho, y salió por la puerta.

Marie y Newt se miraron rápidamente y salieron fuera para ver qué era lo que estaba pasando.

Se sorprendieron al ver a todos los chicos alarmados, corriendo de un lado a otro. Unos momentos después, las dos chicas, Teresa y Jane, llegaron junto a Newt y Marie.

-Chicas, ¿qué está pasando? -preguntó Marie.

-Ya está anocheciendo -dijo Jane, asustada.

-Sí, ¿y eso que tiene? -preguntó Newt. Ver a todo el mundo asustado lo empezaba a alarmar a él también.

-Las puertas del Laberinto no se están cerrando -anunció Teresa.

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Holaa, aquí estoy de nuevo, sorprendentemente parece ser que puedo escribir más estos días jaja

Aquí tenéis el capítulo 11, espero que os guste :)

Love in the Glade [TMR Newt] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora