Capítulo 4

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Narrador omnisciente

Marie se despertó cuando los primeros rayos del sol golpearon su cara a través de la ventana de la cabaña. Se incorporó y miró fuera, y como no vio a ninguno de los chicos fuera, decidió que todavía era pronto.
Se levanto de la cama y fue al baño, se ducho, se arreglo el pelo y la cara y salió. Volvió a mirar por la ventana y está vez vio a Minho con otro chico, y tras calzar se rápidamente, Marie salió para saludarlo.
Eran los únicos dos que ya se habían levantado. Cuando vio a Marie acercarse, Minho la saludo.

—Que pasa Marie, no me digas que al final si que vas a hacer la prueba para ser corredora—bromeó el asiatico.

—Ni lo pienses Minho—contesto Marie sonriendo. Después señaló al chico que estaba con su amigo—. ¿Quién es el?

—Es Ben, otro corredor—le dijo Minho—. Ben, esta es Marie, la chica que llegó ayer en la caja.

—Un gusto, Marie—dijo Ben, tendiéndole la mano a la chica.

—Igualmente, Ben—contestó ella, estrechándole la mano.

—Bueno Marie, ayer Newt me dijo que iría a avisarte cuando tengas que salir de la cabaña a hacer las pruebas—le dijo Minho a la joven—. Puedes ir a dar un paseo por aqui o si quieres vuelve a la cabaña y espera allí a Newt.

—Vale, creo que volveré a la cabaña.

Justo cuando la chica acabó la frase, empezó a oirse un ruido.

—Tenemos que irnos ya—dijo Ben—. La puerta ya se está abriendo.

—Hablamos luego Marie—se despidió Minho con una sonrisa.

—Adiós—se despidió ella, sonriendo también.

Se dirigió de nuevo a su cabaña y una vez entró, no sabía que hacer. Recordó el libro de su caja, así que lo sacó y se sentó en la cama. Cuando lo abrió, vio que en la primera página había un sobre que dentro tenía fotos.

Las sacó una a una. Eran cinco en total. La chica estaba asustada, porque reconocía las caras de las fotos.

En la primera estaban ella y Newt sonriendo, unos años más jóvenes que ahora.

En la segunda aparecía ella con Alby y Minho, el asiático tenía una cara malhumorada pero se notaba que en realidad estaba feliz.

La tercera tenía una imagen de tres niños, que aunque eran pequeños, pudo reconocer en ellos las caras de Newt, Ben y Gally. Eran adorables, sonrió al verlos.

En la cuarta estaban otra vez ella y Newt, en esta aparecían abrazados y Newt le estaba dando un beso en la frente. Era una foto muy tierna.

En la quinta, la última, aparecían Thomas y ella fundidos en un abrazo profundo. Vio que en la parte de abajo de la foto ponía algo. Hermanos por siempre, leyó.

Marie no sabía que pensar. Habían dos posibilidades: o ella y Thomas eran tan buenos amigos que se consideraban hermanos, o eran hermanos de verdad. Decidió no tomar ninguna de las dos por verdadera hasta que averiguase más.

Cuando salió de sus pensamientos vio a Newt a lo lejos. Guardo las fotos rápidamente, todavía no se las quería enseñar a nadie, y tuvo el tiempo justo de colocar el libro en su sitio y sentarse de nuevo en su cama antes de que el rubio abriese la puerta.

—Buenos días, Marie—saludó Newt alegre—. Hoy te espera un día bastante ajetreado, Alby dice que te vendría bien probar al menos tres de los trabajos que hay.

Mientras asentía y se levantaba de la cama, Marie vio que Newt tenía algo en la mano. El chico se dio cuenta de que la chica lo había notado, y le enseño lo que era, dejándola ver que era una foto.

Love in the Glade [TMR Newt] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora