Capítulo 8

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Narrador omnisciente

-¡¿Qué?! -gritó Thomas.

Todo a partir de allí hasta que nos empezamos a mover me fue borroso. Seguramente por la adrenalina del momento, la inquietud y el miedo mezclados.

Después de intercambiar unas palabras que no recuerdo, levantamos a Newt entre los tres, y nos fuimos de allí. Buscamos un lugar donde esconder a Newt hasta la mañana, y finalmente lo colgamos entre la hiedra.

Poco antes de llegar a atar la hiedra que lo sostenía, se oyó un chirrido metálico y Minho miró hacia un pasillo cercano, aterrorizado.

-¿Minho? -pregunté, concentrada en subir a Newt, junto a Thomas.

-Tenemos que irnos ya -dijo Minho con urgencia.

-Espera, un poco más y lo tenemos ya -respondió Thomas -. Luego nos vamos.

-No hay tiempo, tenemos que irnos YA -dijo Minho, cada vez más asustado.

-Quédate aquí, Minho -dije -. No tardamos nada.

-Lo siento, chicos -dijo Minho.

-¿Qué? -grité mientras él se iba corriendo.

El peso de Newt era demasiado para Thomas y para mí, ya que al estar inconsciente era casi como manejar el cuerpo de un muerto.

Caímos al suelo, y fue entonces cuando los dos vimos a un penitente al final del pasillo. Nos miramos rápidamente y nos dimos cuenta de que no teníamos tiempo de levantarnos y correr sin que nos viera. Estábamos perdidos.

Bueno, al menos eso pensábamos.

-¡Marie, mira! -dijo Thomas, señalando con la cabeza un espacio que había entre la pared en la que habíamos colgado a Newt y el suelo.

Sonreí aliviada y entré como pude en el hueco, Thomas hizo lo mismo. Después de unos segundos vimos las patas del penitente pasar por donde hacía tan sólo unos segundos estábamos Thomas y yo.

Unos momentos después de dejar de ver a la criatura salimos del hueco. Terminamos de subir a Newt a la pared y lo atamos. Después nos fuimos, con la esperanza de poder escapar de los penitentes.

Thomas iba delante de mí. Pretendíamos tratar de encontrar a Minho, y si no, simplemente evitar a los penitentes.

Paré de caminar bruscamente cuando Thomas, que se había asomado a un pasillo, volvió rápidamente a mi lado tocando sus labios con su dedo índice, indicándome que no hiciese ruido.

Me quedé quieta y por si acaso respiré silenciosamente, y pude oír perfectamente el ruido que hacían las patas de metal de la criatura chocando contra el suelo.

Cuando desapareció de su vista, Thomas me hizo una señal para que le siguiera. Estábamos caminando por el pasillo cuando él pisó un charco de algo viscoso, parecía baba.

-Ew -dije, con una mueca de asco. Thomas me miró con la misma cara que yo había puesto.

-¿Qué es-

Thomas no pudo acabar su pregunta, porque un chorro de la misma sustancia viscosa aterrizó en su hombro. Lo miré entre la diversión de que estuviese lleno de esa baba, y asco.

Pero la diversión y el asco no fueron nada comparados con el miedo. Porque cuando nos giramos a ver de dónde había caído la baba, vimos a un penitente por encima de nosotros.

Thomas y yo nos miramos rápidamente y sin pensarlo ni un solo momento más, salimos corriendo mientras el penitente aterrizaba en el suelo, dispuesto a darnos caza.

Love in the Glade [TMR Newt] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora