Corea habia sido dividida por el bando de la familia Min y Kim, dos grandes mafias que controlaban cada movimiento de sus territorios. El líder Min en busca de encontrar la debilidad de los Kim, no esperaba llevarse la inesperada sorpresa de obsesio...
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La pomposa cola se movía de lado a lado, dos personas la seguían sigilosamente cruzando por las esquinas de la pared rugosa en piedra caliza. Uno de ellos portaba el tranquilizante que dormiría a la criatura que caminaba con rapidez.
Gang-yan lucía pelones en el lomo mostrando un aspecto demacrado, aún así, el bonito color de las pintas en el pelaje sumado a la personalidad altanera demostraban la crianza consentida de su dueño.
"—Sehun, reporta la situación."
El intercomunicador se encontraba oculto en el cuerpo de los hombres pertenecientes al equipo de redadas y fogueos. La voz de Hoseok traspasaba por la línea permitiendo que las dos personas recibieran la información, al mismo tiempo vieron al gato acelerar el paso.
—Señor, el gato camina muy rápido —respondió Sehun levemente agitado —Si corremos atrás de él activaremos las alarmas.
"—Mantengan la distancia, en algún momento deberá cansarse —ordenó Hoseok"
Cumpliendo la orden aminoraron la caminata, el gato tomaba la delantera a unos 10 metros de distancia. Sin embargo, con cada segundo que transcurría, un metro más era sumado a la distancia que tenían. Un poco inquietos por repetir el mismo ciclo de persecución, Sehun observó la hora en su reloj.
Eran las 3:30 de la mañana, en tan solo escasos 20 minutos el plazo para el rescate de la peluda criatura finalizaría.
—Señor, no lograremos atrapar el gato a tiempo—comentó Jongin. —Necesitas refuerzos para encarcelarlo entre la zona sur y este. Además, según la información el cambio de turno es a las 4.
"—Esta bien, enviaré a dos del equipo a la parte principal de la mansión."
—Entendido —respondieron al unísono.
Con miradas cómplices el equipo decidió hacer un último intento, la voz empalagosa de Sehun expresó unos cuantos "Mishi" mientras Jongin movía el láser rojo alrededor del arisco minino.
El gato como si fuera de la realeza les dirigió una mirada de prepotencia y les gruñó con sus dientes afuera totalmente molesto, volvieron a confirmar lo difícil que sería inyectarle el tranquilizante.
—Nos odia. —suspiro Sehun.
El equipo se encorvo pasando por debajo del ventanal que tenía el salón principal de la mansión. A esa hora de la madrugada los guardias de Kim dormitaban tranquilos en las torres de vigilancia. Hoseok se había tomado el tiempo de encargarse de cada uno de los guardias, de esa forma tanto Sehun como Jongin completarian el rescate sin ninguna interferencia.
Pero realmente ese no fue el problema principal... puesto que el equipo estaba resignado al ver que el gato no dejaba ser rescatado.
En ese momento, con la resignación reflejada en sus rostros y un dolor asentado en las adoloridas espaldas, el maullido desgarrador de Gang-yan irrumpió el silencio de la madrugada provocando que sus vellos se erizaran con el sonido estridente. El gato lloraba, clamaba por atención y olía lo que parecía ser para el equipo un juguete en forma de mandarina.
