XV - Una prueba y otra apuesta

8 3 0
                                    

Namjoon los transportó en una oleada de cera, dejando atónitos a los chicos exceptuando a Jin, para quien ya no era novedad. No tardaron más de un minuto en llegar al lugar acordado, que también era rodeado por neblina, presentando un aspecto desolador. Por un momento, el grupo de amigos pensó que de verdad no había ni un alma, pero, estaban equivocados.

Bajaron del transporte, si así se le podía llamar, de cera hecho por el moreno, dándole un vistazo al panorama. Iban caminando y Jisung se sobresaltó al casi chocar con una estatua. Sin embargo, fijándose mejor, se percató de que no era un monumento, si no, que se trataba de una persona o esqueleto mejor dicho. Abrió los ojos en grande, impresionándose de que esa persona estuviera tiesa y llena de polvo, más bien, se estaba deshaciendo con el aire, como si fuese el polvo mismo.

El moreno de albinos cabellos colocó su mano en su hombro, haciendo que moviera la cabeza en su dirección, obteniendo como consuelo una negación con su cabeza, indicándole que no había nada que hacer. Así eran las cosas en la tierra de los olvidados, no había esperanza ni consuelo para nadie, solo soledad y agonía.

Taehyung tragó grueso, ¿Eso era lo que Jungkook debía de soportar todos los días?, no quería ni imaginarlo, de por sí, él llevaba menos de cinco minutos y ya quería desistir y regresarse por donde vino. Sacudió esos pensamientos, debía de seguir si quería recuperar su oportunidad de vivir, así que trato de relajarse para continuar su camino, ignorando aquella opresión en su pecho, esta realidad apestaba.

A lo lejos, divisó un enorme trono de color negro, donde, lo que más resaltaba eran las prominentes alas grises a los lados del trono. A su vez, logró contemplar una figura parada de espaldas a un costado del espeluznante trono, pudiendo discernir el gran sombrero color rojo que reposaba en su cabeza, con velas en sus bordes y el traje del mismo color.

Supuso que se trataba de la catrina así que, suspiró aliviado, surcando una sonrisa a la vez que sus pies avanzaban hacia allí. Jin quien iba delante de todos, carraspeó al estar frente al trono, que estaba unos centímetros por encima de ellos gracias a la altura del escalón que los separaba.

Captó la atención de Jimin, quien se volteó a verlos, quedando de frente a ellos. Taehyung quedó sorprendido con la belleza de la catrina, pero, al mismo tiempo, haciéndolo sentir intimidado. Temía que su actitud fuera igual o peor a la de Jungkook.

—Jimin, querido.

—Jin, ¿Qué hacen aquí? —los miró incrédulo, abriendo sus ojos de la impresión, sobre todo al ver a cierto rubio.

—Lo siento, Minnie. Ellos fueron insistentes, no pude hacer más que velar porque llegaran bien—subió el gran escalón, acercándose al azabache de mechas blancas—. No te enojes conmigo—juntó sus palmas en señal de disculpa.

—Entiendo—sonrió débilmente—. No te preocupes, Jin. Yo me encargo—bajó el escalón, quedando frente al grupito, pero, en una distancia prudente—. No esperaba visitas, menos de ti, Taehyung—dijo colocando sus manos delante de él, unidas.

— ¿Cómo sabe mi nombre? —Jin rodó los ojos.

—Es obvio, tontito. Es la catrina, el dios de la vida.

—Querrás decir, lo era—forzó un pequeña sonrisa.

—Y sobre eso queríamos hablarte—ahora Seokjin se colocó serio—. Jungkook hizo trampa. Engañó a Taehyung para que se sacrificara y muriera. Así fue como ganó la apuesta, aunque, no pareces muy sorprendido—comentó al darse cuenta de que el semblante de Jimin no cambiaba, si no, que se mantenía sereno.

— ¿Está no sería la parte donde se enoja? —formuló Jackson.

—En realidad, siempre supe que Kook había hecho trampa—todos quedaron boca abiertos, a excepción de Jin, que se veía más bien preocupado por el azabache.

Agonía - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora