XVIII - ¡Al ataque!

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La habitación se encontraba vacía a excepción del pelirrojo, que se encontraba sentado en su cama, con la mirada perdida en la pared. A pesar de que era el día de su boda, no se sentía tan alegre. En realidad, tenía una opresión en su pecho y las ganas de llorar lo invadieron, así que se dejó llevar. Extrañaba a Taehyung, aun no podía asimilar que la persona que más amaba ya no se encontraba en ese mundo.

Siempre soñó con el día de su casamiento, donde se uniría a ese hombre de sus sueños que se colaba en sus pensamientos y en su corazón. Se figuraba radiante, recitando sus votos y profesando su amor, a la vez que sonreían y se miraban como tontos enamorados y ahora, eso no era más que un sueño roto. Taehyung se había llevado una parte de su corazón con él y estaba seguro de que, a pesar de que continuara con su vida, nunca sería el mismo.

Daría lo mejor de sí para poder satisfacer a Yoongi y quizás con el tiempo, el azabache podría curar su pobre y desdichado corazón. Tal vez y se terminara enamorando de Min, aunque realmente dudaba en que pudiese amar a alguien más o por lo menos con la misma intensidad que lo hacía con Taehyung. El rubio siempre tendría un lugar en su corazón, aun si no estuviese con vida.

Tocaron la puerta, sacándolo de su ensimismamiento. Esta fue abierta, dejando ver la figura de su mejor amiga, una castaña de nombre Irene. La chica se adentró, tomando asiento a un lado de Hoseok.

—Ya es la hora—avisó con un deje de tristeza en su voz, bien sabía que su amigo se casaba por compromiso—. Nos esperan en la catedral.

Hoseok se limitó a asentir, levantándose seguido de Irene, saliendo por fin del cuarto. Ambos caminaron a la par hasta llegar afuera de la casa, donde los esperaba un pequeño vehículo que los trasladaría hasta allá; no es como que fuera lejos para ir a pie, solo que su padre estaba tan emocionado, incluso más que él, que decidió alquilar un auto para que su hermoso hijo llegara como se debía, ya que él era el centro ese día.

La castaña suspiró, se sentía impotente por no poder ayudar a su mejor amigo, lo único que podía hacer era rezar para que ocurriera un milagro y esta boda no se llevara a cabo.

La castaña suspiró, se sentía impotente por no poder ayudar a su mejor amigo, lo único que podía hacer era rezar para que ocurriera un milagro y esta boda no se llevara a cabo

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—Esto es malo—dijo Namjoon, llamado la atención de Jin, quien tenía sus mejillas infladas debido a la cantidad de comida que se había metido a la boca.

Después de masticar y tragar todo, observó a su pareja, quien tenía un semblante de frustración—. ¿Qué sucede Namie?

—Qué pronto todos morirán—Jisung se atragantó y Lisa escupió la soda que estaba tomando en la cara de Jackson, quien estaba sentado frente a ella.

— ¿Qué? —Expresó Jin con confusión—, ¿A qué te refieres con exactitud?

—La base enemiga de Fantasía vendrán a atacar Índigo.

—Eso es imposible—se levantó de inmediato Jisung, golpeando con sus palmas la mesa—. Índigo es un pueblo pacífico, ¿por qué querrían atacarnos?

Agonía - KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora