capítulo once

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La decisión correcta.

—Alazne, despierta—Escuché la voz de Abril contra mi rostro, haciéndome abrir los ojos con lentitud—.

—¿Qué pasa, enana?—La pregunté sonando adormilada mientras ella me quitaba algunos mechones del rostro—.

Hasta ese momento no recordé por qué Abril estaba conmigo durmiendo en la cama, hasta que sentí una punzada en el pecho.

Estaba comprometida con Tom.

Repentinamente pude sentir el peso del anillo de compromiso en el dedo en el que debía ir, a pesar de que aún no me lo había puesto.

Me senté y le dediqué una pequeña sonrisa a Abril, que me miraba intranquila y preocupada.

Para ella debía ser muy raro todo esto, no entendería que estaba pasando.

Aunque ciertamente yo tampoco lo entendía.

Abril no podía saber a qué me estaban obligando, tenía que pensar que yo verdaderamente quería estar con Tom por amor.

—Has dormido hasta muy tarde—Me dijo devolviéndome la sonrisa, viéndose más tranquila—.

—Estaba cansada, tenía sueño—Respondí intentando mantener mi sonrisa, que cada vez decaía más—.

Esto me estaba destrozando.

Había olvidado que hoy saldría con los demás al parque de atracciones. Me alargué a agarrar mi teléfono para ver la hora, encontrándome con que ya eran casi las dos de la tarde.

Me puse de pie y me di cuenta de que Abril ya estaba vestida. La dije que iba a salir hoy y que tenía que prepararme, por lo que me dejó a solas para que pudiera cambiarme.

Cuando acabé de vestirme, miré con odio la cajita donde dormía el anillo.

No había podido apartar mis ojos de ella mientras me preparaba, pensando una y otra vez en ponerme el anillo.

La abrí y sin pensarlo dos veces, para no arrepentirme, me coloqué el anillo.

Lo contemplé unos minutos, cierto era que era bonito, pero no dejaba de disgustarme el contexto.

Abril tocó la puerta para avisarme que mis amigos me esperaban abajo listos para irse.

Mis amigos.

¿Cómo reaccionarán ante la noticia?

¿Qué pensarían de Tom si supieran que me estaba obligando?

Comencé a sentir lástima de mí misma, me había rendido ante el matrimonio incluso antes de luchar. Me daba mucha rabia.

Tom no iba a tener las cosas tan fáciles.

Si quería casarse conmigo, no opondría resistencia, pero no por eso me convertiría en la esposa perfecta.

Además, si él ya no quisiera casarse conmigo, esto no tendría que hacerse.

—¡Ya voy!—Le grité a Abril agarrando las últimas cosas antes de irme—.

No estaba del todo acostumbrada a llevar maquillaje, aunque tenía algunas cosas que me regalaban y había experimentado un poco con ellas.

Me arreglé lo más que pude, me peiné el pelo hasta que quedó completamente liso, queriendo verme lo más presentable posible.

Todo lo contrario a cómo iba a todos lados.

Era desagradable ver mi reflejo en el espejo y no reconocerme, pero si Tom deseaba guerra, eso obtendría.

Marry me (+18)  {Tom Kaulitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora