Marry me (+18) {Tom Kaulitz}

capítulo trece

Cuarto compartido.

—Pásame el azúcar—.

—Lo tienes a diez centímetros de tu brazo, agárralo tú—.

—¡Tom que me des el azúcar!—.

—¡No!—.

—¡Perfecto!—Me crucé de brazos y miré hacia otro lado—¡No me caso!, ¡pido el divorcio!—.

Pude ver cómo Tom frotaba su rostro con ambas manos, intentando calmarse, al mismo tiempo que exhalaba profundamente.

—Contrataré o le pediré a alguien que llegue a miras de la boda y grite "¡yo me opongo!"—Terminé de decirle a Tom, sabiendo que estábamos empezando ya con nuestras peleas desde el desayuno—.

Las cosas no iban bien, tal vez Tom estuviera reconsiderando el matrimonio ahora que éramos novios oficiales.

Había pasado una semana desde su cumpleaños, y nuestro compromiso, pero más allá de parecer la pareja feliz que fuimos en el parque de atracciones con los chicos, volvimos a ser los mismos de antes.

Y de alguna manera, eso me gustaba.

—Toma—Me extendió el frasco de azúcar a regañadientes, con su rostro cansado—.

Esto de las peleas le estaba estresando, aunque para mí eran un respiro de tantos besos y cariños que me daba.

Además, yo lo necesitaba, creía que la peor parte había pasado cuando les contamos a nuestros amigos que nos casaríamos, pero fue porque había olvidado que aún iba a clases.

Todas las chicas comenzaron a dedicarme miradas aterradoras, los chicos nos molestaban con la luna de miel, y Mike... él era el primero en iniciar las burlas.

—Alazne—Me llamó Abril—¿Me puedes acercar la miel?—Me pidió señalándola—.

La miel estaba más lejos que el azúcar, así que me levanté de mi asiento y la tomé para entregársela.

—¿¡Te levantas a por la miel y no a por el azúcar?!—Exclamó Tom señalándolo con su mano, podía notar cómo se acaloró por la frustración y no paró de bufar hasta que terminamos de desayunar—.

Mi padre ya se había ido al trabajo, mamá desayunaba en la cama cuando se despertaba, Lola no se encontraba en casa porque ahora vivía en la universidad y Simone comía en la cocina.

Nuestros desayunos sin la supervisión de un adulto eran un caos total.

—Se me ha olvidado lavarme los dientes—Habló Abril deteniéndose en cuanto estuvimos a punto de salir a clases—Esperadme, voy rápido—Dijo mientras ya salía corriendo escaleras arriba—.

Nos quedamos solos en la entrada, esperando a que Abril se lavara los dientes, listos para irnos a clases.

Miré de reojo a Tom, nunca lograba usar el uniforme como debía, sí que era cierto que lo acomodaba a su manera, como a él le gustaba vestir cuando se ponía la ropa ancha de siempre, pero de igual forma, no lo llevaba bien.

La chaqueta incluso llegaba a llevarla arrugada, la camisa afuera y con los primeros dos botones desabrochados, los pantalones por debajo de lo normal y acomodados como se ponía los vaqueros, y la corbata con un nudo rápido.

Me acerqué a él y comencé a anudar su corbata correctamente, me daría tiempo en estos minutos que tendríamos, y al menos se vería un poco más presentable.

—Tienes que pasarla por abajo...—Hablé en alto concentrada—La pones por aquí... y ya está —Terminé de acomodarle la corbata—.

Él me dedicó una sonrisa y besó mi mejilla inclinándose hacia delante, viéndose feliz.