JUANJO:
Me levanté temprano para ir a la universidad. Aunque el sol de septiembre brillaba en el cielo, mi corazón estaba lleno de incertidumbre, sabiendo que nunca podré ser lo que realmente me apasiona, la música. Mis padres habían decidido que estudiara alguna ingeniería, en este caso, naval.
Me encontraba de pie frente a la imponente facultad, con la sensación de que mi futuro estaba siendo moldeado por decisiones que no eran mías. Mientras me sentaba en un banco, esperando a que sonase el timbre, un recuerdo borroso pasó por mi mente. Recordé un momento en el que cantaba junto a alguien, mi pequeño mejor amigo, cuyo rostro y nombre se habían desvanecido con el tiempo.
Aquel recuerdo me trajo una sensación de calidez y libertad que parecía estar ausente en mi vida actual. Mientras los demás estudiantes se apresuraban en llegar a clase, yo me quedé un momento más, permitiéndome revivir ese instante fugaz de felicidad. ¿Cómo pude olvidarme completamente de esa persona? ¿Quien era?
Decidí ponerme los auriculares y escuchar canciones de mi infancia como " Somebody to love" de Queen, sin importarme lo tarde que llegaría a clase, mi cuerpo me pedía que viviese un momento con mi yo interior. Me di cuenta de que la música siempre había sido mi verdadera pasión, pero mi alma se congeló al recordar la presión que llevaba encima, la obligación de estudiar algo que no me importa ni lo más mínimo.
Estaba tan sometido en mis pensamientos que no noté aquella mano fría en mi hombro que me llamaba repetidamente.
-Juanjo, JUANJO! Me estás escuchando? hola?- Chillaba su mejor amigo, Álvaro Mayo, al cual le acompañaba Naiara, la mejor amiga de Juanjo desde que empezó en la universidad.
-Sí sí, perdón, vamos a clase.
Me levanté y la nostalgia se esfumó de mi cuerpo tras juntarme con un dúo de amigos tan divertidos. Nos fumamos un cigarro, chillamos y reímos hasta llegar a clase.Tras varias horas, me reencuentro con ambos.
-Maño vienes esta tarde a tomar café? Se apunta todo el grupo.
-Que coñazo- Dije quejumbroso antes de recapacitar -Pero me apetece una cerveza y hace mucho que no veo a todos.Salí de mi última clase del día con un sentimiento de aburrimiento que había estado presente desde por la mañana. Mientras me preparaba para la tarde, un incondicional peso de nostalgia y tristeza me invadía, como si mi cabeza estuviese borrando o distorsionando los únicos momentos en los que fui feliz en mi infancia, sentía pinchazos en el corazón cada vez que uno de estos se desvanecían. El problema es que no sé la causa de este sentimiento, tenía una corazonada y solo esperaba en equivocarme.
Con peso desanimado, me vestí para encontrarme con mis amigos en la cafetería. Cada prenda que me colocaba parecía acentuar mi vacío, como si llevase encima el peso de mis memorias melancólicas.
Al salir de mi habitación compartida de la facultad, el aire fresco de la tarde me hizo recordar que el mundo seguía girando a pesar de mi estado de ánimo. Mientras caminaba por el campus con un cigarro en la boca, intentaba sacudirme la sensación de apatía que me envolvía, recordando los momentos en los que solía sentirme más vivo. De repente, como un destello de claridad, una comprensión profunda se apoderó de mi. Me di cuenta de que esos momentos tan memorables de mi infancia, llenos de risas y canciones, los acompañaba aquel joven desde el mismo momento en el que tengo memoria. Había existido una conexión especial y duradera con esa persona, una presencia constante que había compartido sus alegrías y tristezas desde el principio.
Sin embargo, algo en mi mente había decidido borrar esos recuerdos, esa promesa, como si quisiera construir una vida nueva sobre cimientos desconocidos. El peso de esa revelación me embargó.
Justo al entrar a la cafetería, varios de mis amigos ya habían llegado, su presencia me alivió y me hizo sentirme como en casa de nuevo. Esperamos unos 15 minutos para que llegase el resto, solo faltaban Álvaro y Chiara, no se como hacen para siempre llegar tarde.
-Me acaba de escribir Álvaro, ya están de camino, dice que se retrasan porque nuestra nueva incorporación había tardado demasiado en prepararse- Aclaraba Bea.
-Espera, ¿qué nueva incorporación? - Dije sorprendido, sinceramente hace mucho que no leía el grupo de WhatsApp así que si hubiesen quedado en las Maldivas no me hubiese enterado.
-Es un nuevo alumno de la uni de artes, es el compañero de dormitorio de Álvaro y ha dicho que es muy simpático - Comentaba Lucas, emocionado en conocer a gente nueva.
-Que pereza socializar, podíais haber avisado así no hubiese venido- Sinceramente nunca he sido una persona a la que le guste juntarse con gente nueva, con mi grupo ya estaba a gusto.
-Vamos no pongas esa cara Juanjo, al menos recíbele bien, que no se lleve un disgusto el pobre chico- Decía Violeta intentando calmar mi mal humor.
-Está bien.Estuvimos conversando y riendo unos minutos más cuando por fin vi a Chiara entrar por la puerta, tan enérgica como siempre. Conocí a la inglesa en el instituto, no tenía amigos así que me empecé a juntar con ella y desde entonces tenemos un vínculo muy especial, pero ya no hablamos tango como antes, supongo que es un poco mi culpa, al volverme tan insoportable.
A veces me doy asco.No logré ver al nuevo, pues todos se lanzaron corriendo a saludarle, como si les fuese la vida en ello. Al principio no me quise levantar, pero vi a Ruslana con una cara amenazante diciéndome entre dientes -Te levantas y le saludas, sonríe- A veces me da miedo pero la pelirroja tenía toda la razón, ella era como mi hermana pequeña y siempre nos picamos de broma, pero esta vez si lo decía en serio.
Cuando todos terminaron de abrazar al nuevo, le agarré por detrás del hombro para saludarle.
-Encantado, soy Juanjo- Dije con una falsa e incómoda sonrisa, la cual se borró en cuestión de un segundo al ver la cara del menor de pelos alborotados.MARTIN:
Estaba disfrutando de la compañía y calidez de los abrazos y saludos del grupo, cuando escucho detrás mio probablemente la voz más hermosa que mis oídos jamás hayan percibido, o si la había escuchado antes? Acto seguido por una cálida mano que reposaba con confianza en mi hombro.
Antes de darme la vuelta, no escuché nada más que la palabra "Juanjo" saliendo de sus labios, un mal cuerpo me invadió y volvieron los largos escalofríos. Al girarme, mi mirada se encontró con unos ojos tan característico, oscuros como la puerta a un mundo al que necesitaba entrar y explorar, unas pestañas largas y rizadas, y el brillo en forma de estrella que se le formaba en el iris al sonreír. Sabía perfectamente a quien estaba mirando a los ojos de nuevo, me dejó paralizado por lo que parecieron lustros, mi mandíbula cayó de forma involuntaria sin abrir del todo la boca, como si unas palabras estuviesen a punto de salir en un susurro casi imperceptible: Juanjo... Me miraba confuso, y yo parecía imbécil con mi cara de atontado. Efectivamente la persona que tenía delante era Juan José Bona, mi amigo de la infancia.
JUANJO:
A pesar de de mantener una expresión confusa en mi rostro, en lo más profundo de mi ser, una calidez reconfortante comenzó a expandirse dentro de mi, como si un peso desconocido se hubiera desvanecido de repente. Notaba una sensación de familiaridad y afecto hacia Martin, aunque no lograba comprender del todo la razón detrás de mis propias emociones, sabía que algo significativo estaba teniendo lugar en este encuentro. Ese momento se desvaneció al instante cuando recordé que había mas gente, y vi la cara del joven, mirándome como si me desease o algo, ni que me conociese.
-¿Qué pasa?- Le dije de una manera de la cual me arrepentí al segundo, tal vez estoy siendo muy duro.
Se quedó en silencio dos segundo más, hasta que pudo volver a la realidad y formular una frase, le notaba nervioso, ¿con qué razón?
-Si.
que?
-Nada, perdón, pensaba que...
Este chico es muy raro, acaso parezco tonto?MARTIN:
Me siento la persona mas estúpida del planeta ahora mismo, o sea , tengo mil cosas que decirle y lo único que sale por mi boca es SI? Puede que me esté equivocando de persona pero es que su voz, sus ojos, su sonrisa, incluso su nombre era igual, no tenía ninguna duda, y sinceramente, tenía el presentimiento de que él también se dio cuenta de algo.
-Martin, me llamo Martin -Me dispuse a decir después de tragar saliva y romper ese silencio incómodo que todo el grupo estaba presenciando.
Juanjo me miró asustado, pero lo intentó disimular.
-Encantado, siéntate aquí y pide lo que quieras- Dijo el aragonés, esquivando mi mirada y disimulando el sentimiento de nostalgia que se reflejaba en sus ojos. Acaso él también se dio cuenta de quien era y lo intentaba disimular? o simplemente no se acuerda de mi?Me quedé confuso toda la tarde, sin saber muy bien como tomarme ese recibimiento del mayor. Conversé también con los demás, y resultaron ser todos super agradables, me acogieron super bien y al fin y al cabo pasé una tarde de maravilla. Al momento de despedirse, noté una mirada clavada en mi, que al girarme vi como se desvaneció a cualquier otro rincón del lugar. Era Juanjo.
Sabía perfectamente que me conocía y que por alguna razón no lo quería aceptar. Estaba tan triste y confuso
Episodio un pelín más largo, espero
que os guste. Que le pasa a Juanjo?
no olvideis votar plis<3 os amooo
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Hasta las estrellas- juantin
FanfikceDespués de 13 años sin verse tras su mudanza, Martin y Juanjo, dos mejores amigo de la infancia, coinciden en la misma residencia. Lo que no sabían es que este reencuentro a ciegas les iba a cambiar la vida por completo.